Para aumentar la producción de Hilux, la patronal de Toyota ha implementado una medida novedosa, aunque fiel a su estilo y tradición: superexplotar a sus trabajadores. La flexibilización implementada es apoyada por la burocracia del SMATA y puede ser un caso testigo para estos tiempos de crisis.
Escribe: Guillermo Pacagnini
El régimen laboral era de cinco días de trabajo fijos, más dos sábados por mes, bajo la modalidad de horas extras. Ahora van a tener cinco jornadas de trabajo totales por semana, con flexibilidad de los días que sean, estableciendo grupos de trabajo de seis personas que irán rotando.
Los trabajadores venían sosteniendo un conflicto negándose a realizar las horas extras, porque sufrían importantes recortes en sus ingresos al aplicársele el regresivo impuesto al salario. La patronal, ante la realidad que el salario no es ganancia en lugar de buscar una solución favorable a los trabajadores, optó por flexibilizar el régimen. No le importó la inestabilidad que va a producir esta medida en la vida y la salud de los trabajadores. Con la complicidad de la burocracia y con la fachada de la efectivización de una franja nueva de operarios, implementa esta verdadera reforma laboral.
Un anuncio que viene con trampa
Los trabajadores relatan con crudeza la situación: «Eso lo informaron los delegados (del SMATA) el viernes 24 en asambleas por sector. Dijeron que la fábrica necesitaba un nuevo cambio del esquema de trabajo, cosa que en 17 o 20 años nunca se hizo. Dijeron que había que cambiar para venir a laburar de lunes a sábados y que a cambio habían conseguido las 1.200, 1.300 efectivizaciones de los compañeros nuevos. ‘Levante la mano el que está de acuerdo’, dijeron. Y nadie dijo nada en contra, todos levantaron la mano porque los delegados son vivos, presentaron la efectivización. Pero nunca hablaron de los más viejos, los de 20 años de antigüedad, del Impuesto a las Ganancias, de que la gente no quiere ir a trabajar los sábados porque el impuesto nos saca todo. Hoy a un operario de 18 o 20 años de antigüedad le sacan 50 lucas por mes de un sueldo básico de 150. Y no es que estamos cobrando 200 lucas: un pibe soltero cobra 150 lucas hace cuatro años y hubo aumentos que nunca vimos, que nunca cobramos, por el maldito impuesto».
A trabajar los sábados
El centro de esta reforma consiste en que los operarios deberán trabajar todos los sábados, en un turno de medio día, como jornada obligatoria. Por otro lado, tendrán franco todos los domingos, más un día de semana que será móvil. De esta manera, Toyota podrá tener la planta en funcionamiento durante la mayor cantidad de horas para aumentar el volumen de fabricación de los modelos Hilux y SW4.
Uno de los trabajadores más antiguos nos dice: «Ante nuestras quejas, los delegados siempre hicieron oídos sordos y nos patearon. ‘Ustedes cobran bien’, decían. Ahora la venden como que SMATA consiguió 1.200 efectivizaciones, pero no dicen que vamos a trabajar un día más y a tener menos descanso. La efectivización a la larga iba a pasar porque la fábrica, si realmente va a producir más, va a necesitar esa gente. Entonces lo de SMATA, de que consiguió efectivizar compañeros y que tenemos que ‘trabajar más por el bien de la fábrica’, es todo chamuyo. Toyota hace esto porque los sábados, cuando convocaban a producir, la gente no iba por el descuento del impuesto. Y muchos chicos jóvenes, en vez de ir a hacer horas extras los sábados, prefieren quedarse con la familia. Como eso perjudicaba a la empresa, el sindicato optó por la más fácil: ponerlo obligatorio y que ahora tengamos que trabajar un día más, el sábado, sabiendo que no lo vamos a cobrar. No piensan en nosotros. Sólo te quieren hacer ver que consiguieron efectivizar 1.500 compañeros, pero los otros 4.000 o 5.000 que trabajamos ahí, perdimos».
Aumentar la producción en base a la explotación
El objetivo es claro: necesitan pasar de 145.000 unidades en esa terminal a un piso de 167.000 unidades para 2022. El cambio de régimen laboral es la condición para lograrlo y es un pedido de la casa matriz. La medida es novedosa, y sin dudas, Toyota es marca registrada en flexibilización laboral. La tradición japonesa en este caso se remonta a finales de la Segunda Guerra, cuando crearon el «toyotismo» como un método supuestamente superador del fordismo agotado por la crisis capitalista. Basado en salarios bajos, flexibilidad laboral, polifuncionalidad y rotación en puestos de trabajo, fue puntual para la superexplotación de la clase trabajadora.
Los trabajadores de la planta de Zárate lo explican con absoluta claridad: «La realidad es que la fábrica necesita producir más y con el esquema de trabajo que tenía ahora, de lunes a viernes y el sábado opcional, no le daba. Porque la mitad de la fábrica no le iba. Empezaron a no ir, porque de 10 lucas que les sacaba el impuesto empezaron a sacar 20, 30 y después 50 lucas. Somos muchos más los operarios de la fábrica, 3.000 operarios, y sin embargo nunca nos dieron bola. Nosotros lo planteamos hace años, cuando nos estaban metiendo la mano en los bolsillos, pero nunca tuvimos respuesta: siempre se hacen los boludos, miran para otro lado. Y esto que transaron ahora me parece una cagada. No por los compañeros nuevos, que está perfecto, pero los más viejos conseguimos la ampliación de la fábrica, peleamos convenios colectivos nuevos, logramos ascensos. Por eso dejamos de ir los sábados, de bronca. Porque no lo cobrabas: ibas el sábado y ni lo veías a fin de mes. Y si sé que voy a venir a trabajar, pero no me lo van a pagar, ¿entonces para qué voy a venir?»
La complicidad de siempre
El secretario del SMATA, lejos de defender a los trabajadores, aportó nuevamente a su prontuario de servilismo con las patronales. Pignanelli, un adalid a la hora de negociar suspensiones, rebajas de salario y reprogramaciones productivas en tiempos de pandemia y crisis, volvió a ofrecer sus servicios.
El socio de Moyano en el Frente Sindical, y uno de los que se postula para la «renovación» en la CGT, vendió el producto a cambio de un pago adicional que, no significa incremento alguno de salario, y el «compromiso» de Toyota de efectivizar a unos 1.000 trabajadores que ingresaron bajo la modalidad temporal para cubrir la mayor demanda de producción y reemplazar a los licenciados por Covid.
En lugar de organizar la lucha contra el impuesto al salario, la banda del SMATA se abocó a solucionar el problema de la patronal, que ante la dificultad de conseguir operarios que estuvieran dispuestos a trabajar por horas extras los sábados, motivo por el cual tuvo que suspender la producción los fines de semana.
Mientras los trabajadores discuten y responden, denunciamos este paso novedoso en la liquidación de derechos adquiridos que debuta en el sector mecánico. Un paso hacia la flexibilización de este y otros convenios colectivos, según lo reclamado por el FMI y el acuerdo de facilidades extendidas, que firmará el gobierno de Alberto Fernández y el Frente de Todos, con el aval de la oposición macrista radical.