Pasada la crisis en la cúpula del Frente de Todos y los cambios de gabinete se reforzó un rumbo: garantías al gran capital y parches al pueblo trabajador. La embestida de Cristina terminó yendo más a derecha, mientras la derecha política tracciona la agenda oficial. El potencial de avance para la izquierda y nuestra responsabilidad estratégica.
Escribe: Pablo Vasco
Una vez acomodadas -ponele- las fichas del nuevo gabinete, está claro que todas las señales fueron contundentes en confirmar el giro a derecha del gobierno en materia económica y política, más allá de algunos fuegos artificiales para tratar de recuperar votos:
El jefe de gabinete Juan Manzur no sólo es un antiderechos: fiel amigo del empresariado, ahora viajó a EE.UU. para aceitar sus lazos con los capitalistas yanquis y el gobierno imperialista de Joe Biden. Entre otras tareas, se reunirá con el FMI para “acompañar” a Guzmán, en lo que algunos entienden como un monitoreo paralelo.
El ministro Julián Domínguez, que además es amigo del Papa Bergoglio, tiene sólidos vínculos con los pooles de siembra y la oligarquía del campo. Propuso llegar a las 70 millones de toneladas anuales de soja, o sea que profundizará el proceso de sojización funcional a las agroexportadoras, con sus negativas secuelas socio-ambientales.
Aníbal Fernández, de reconocidos lazos con todo el aparato policial y represivo, viene a reforzar la impronta autoritaria del gobierno albertista, que se prepara para seguir aplicando ajustes. Es tan patotero y mecha corta, que hasta Manzur tuvo que retarlo públicamente por sus exabruptos amenazantes hacia el dibujante pro-macrista Nik.
La liga de gobernadores pejotistas, esos señores feudales que se creen dueños de las provincias, gana peso en la interna del gobierno nacional. A su vez, en el comando de la gobernación bonaerense del “progre” Kicillof, crece el poder de los intendentes en paralelo al de los gobernadores.
Por si alguien tenía dudas del rumbo oficial, es el propio Alberto en persona quien tranquiliza al “círculo rojo” de los grandes capitalistas. El martes 12 compartió un almuerzo con ocho grandes burgueses: Javier Madanes (Aluar y Fate), Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Francisco De Narváez (Grupo De Narváez), Jorge Brito (Banco Macro), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (Pan American Energy).
Sin embargo, hacia las elecciones definitivas del 14 de noviembre, y más allá de las arengas de campaña, el resultado del oficialismo pinta complejo. Es que el contundente mensaje de hartazgo popular en las PASO tiene raíces económicas y sociales profundas: la heladera sigue vacía.
Garantías a las corporaciones, limosnas a las mayorías
En sus discursos y sus medidas, el gobierno ejerce un doble movimiento. Por un lado, a la gran burguesía le habla claro y le ofrece previsibilidad y beneficios a mediano plazo. Por otro, a las masas les habla con doble discurso y las medidas “sociales” son menos que paliativas.
Para la agroindustria anunció una Ley de Fomento el mismo día en que el INDEC anunció el índice récord de pobreza. ¿Qué es? Exenciones fiscales y devolución del IVA. El mismo IVA que a vos no te devuelven en el súper ni en el chino.
En igual tónica, para las corporaciones petroleras prepara una nueva Ley de Hidrocarburos. ¿Qué es? Con más beneficios impositivos y de precios garantizados, alienta el extractivismo de saqueo y contaminación como en Vaca Muerta.
Y como imponerla por ley es más riesgoso, se traen una nueva reforma laboral por convenio o por empresa, como se hizo hace poco en Toyota con la complicidad de la burocracia del SMATA. ¿Qué es? Más precarización, a gusto patronal.
Por eso, en la cena, además de que los empresarios apoyaron la negociación con el Fondo para seguir pagando, Alberto coincidió con ellos en “la necesidad de ‘encontrar marcos nuevos para generar’ puestos genuinos de trabajo, con un esquema normativo que convoque a un acuerdo entre los sectores empresarios y los representantes sindicales” 1.
No tengas dudas: así como antes te hablaban de seguridad jurídica, si ahora te hablan de marcos nuevos o esquema normativo es porque preparan leyes, decretos o resoluciones como un traje hecho a medida para los capitalistas. El Coloquio de IDEA que se reúne esta semana en Costa Salguero ratificará esta hoja de ruta: sumisión al FMI, exenciones tributarias y reforma laboral en modo ley Larreta-Lousteau o convenio Toyota-SMATA. Los fugadores seriales y evasores de la “caja de Pandora” imponen su programa a las dos coaliciones mayoritarias. Y si la derecha empuja por anular la indemnización por despido, es porque ve margen político para presionar al gobierno hacia allí.
Como contracara, para la clase trabajadora y el pueblo pobre los “cambios” después de las PASO son más verso que realidad. Los “aumentos” salariales siguen por detrás de la inflación real, que además siempre es mayor en el rubro de los alimentos. La nueva jubilación anticipada llegará a menos de 30.000 personas. Convertir algunos planes sociales en “empleo genuino” esconde subsidios del Estado a unos pocos e inseguros puestos. Y seguir atados al FMI y la deuda es aceptar el condicionamiento de reducir aún más el llamado gasto público, o sea recortar las jubilaciones, la asistencia social y la salud y la educación pública.
El único programa de rescate social es el de la izquierda
No es el objetivo de esta nota desarrollar todo nuestro programa económico, pero sí reafirmar que, si beneficiando a los capitalistas estamos como estamos, de movida hay que hacer diametralmente lo opuesto: poner mano dura con los ricos, que se llevan la plata que a nosotros nos falta.
¡Basta de Panamás y Pandoras de burgueses y políticos privilegiados que viven en el lujo, se cagan de risa de la gente y nunca pagan ni la propina! A los capitalistas que fugan o evaden, aplicarles un impuesto permanente y con tasas crecientes. Si reinciden, confiscar sus bienes.
Estatizar el comercio exterior y el sistema bancario: esos resortes económicos básicos, que permiten controlar las divisas y los precios, deben tener una orientación social. Otro punto clave es reconstruir una flota mercante estatal, para abaratar costos.
El no pago e investigación o auditoría social de la deuda externa es crucial. Hay que hacer lo mismo que hizo EE.UU. cuando se liberó de Gran Bretaña y Argentina cuando nos liberamos de España: soberano corte de manga al FMI y que toda esa plata quede acá para las necesidades sociales y para reactivar la economía nacional.
Combate real contra la inflación, con apertura de los libros contables y control obrero de los costos reales de las grandes empresas formadoras de precios. Eliminación del IVA a todos los productos de la canasta familiar.
Jornada laboral de 6 horas y reparto de las horas disponibles, sin reducción salarial. Eso permitiría crear un 25% más de puestos en forma inmediata. Prohibir por ley los despidos y suspensiones, bajo amenaza de expropiación si la empresa incumple.
Esas son algunas de las principales medidas económico-sociales que proponemos desde el MST en el Frente de Izquierda. A los capitalistas, ni un tantito así: nuestras vidas valen más que sus ganancias. Lo demás es puro cuento del tío… del tío Alberto.
La lucha hacia noviembre y el día después
En este último tramo de la campaña combinaremos la agitación masiva llamando a votar al FIT-U con la convocatoria a encuentros de debate político con militantes, simpatizantes y colaboradores del frente. Queremos reafirmar las propuestas que hicimos en las PASO.
En la izquierda debemos prepararnos para crecer y ser una opción de poder en el próximo período, ya que la polarización se va a acentuar. Junto a ampliar la representación parlamentaria es clave crecer en los lugares de trabajo, la juventud y el activismo ambiental, feminista y disidente. Proponemos hacer del FIT-U un gran movimiento anticapitalista y socialista, que sea un polo de atracción para miles y miles de desencantados y gravite en la lucha de clases.
1. Diario Río Negro, 12/10/21.