MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Medidas socialistas para parar la inflación

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En plena campaña, con inflación galopante (52% interanual), pobreza en aumento (superior al 40%) y salarios de hambre, el gobierno con Feletti a la cabeza lanzó la propuesta de un congelamiento del precio de 1.400 productos. Lo hizo tímidamente como pidiendo disculpas. Claro, detrás estaban las palabras de Cristina hablando de “articular el capital y el trabajo” y alabando la eficiencia del capitalismo. Las grandes corporaciones en boca de Grinman salieron a cruzarlo de inmediato augurando el desabastecimiento, sin creer demasiado en la tibia amenaza del secretario de comercio de aplicar la ley de abastecimiento. Decimos claramente que con estos parches no se frena la inflación y que el congelamiento del gobierno va derecho al fracaso.

Como sucedió siempre en la historia reciente, los empresarios se negaron a aceptar mansamente un congelamiento real. El Secretario de Comercio Interior Feletti amenazó para la prensa con aplicar la ley de abastecimiento. Los empresarios en boca de su vocero Mario Grinman no se achicaron y anunciaron que habría desabastecimiento igual. Obviamente no creen que un gobierno cuyo presidente y también su jefa política elogian al capitalismo y hablan de la articulación entre el capital y el trabajo, puedan aplicar siquiera alguna medida parcial. Sobre todo, si miran el giro a la derecha de todo el gabinete después de las PASO con un amigo del empresariado como es Manzur a la cabeza.

Fracaso asegurado

Los empresarios lo saben, la prensa burguesa lo remarca una y mil veces, el congelamiento del Frente de Todos tiene destino de fracaso, y tienen razón. No hay ninguna posibilidad de que, en el marco del posibilismo de Alberto, con Cristina defendiendo al capitalismo como sistema y sus ganancias como eje, se puedan aplicar medidas que acaben con la especulación, la codicia y la sed de superganancias de las grandes corporaciones, que aprovechan la inflación para poner los precios que se les ocurra, con márgenes de ganancias obscenos mientras la población entera se hunde en la miseria.

Si realmente queremos frenar la inflación, no sólo hay que aplicar precios máximos, congelamiento y ley de abastecimiento, sino que hay que avanzar con una serie de medidas transicionales, de corte socialista para evitar que esta escalada inflacionaria termine con el escaso poder adquisitivo en el que han quedado los sueldos, de los que aún los tienen. Sostenemos que no hay forma de evitar que sigan remarcando, o que incluso acaparen y desabastezcan el mercado como amenazan si no se tocan de forma paralela y simultánea otros resortes de la economía capitalista que les permite a las corporaciones hacer siempre su juego y ganar siempre aun cuando todos perdemos.

1. Anular el IVA a los productos de la canasta familiar. Con esta medida, los precios de miles de productos de consumo masivo -y que son el grueso del gasto mensual de los sectores populares- bajarían de inmediato un 20%.

2. Aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales al costo de la canasta familiar, con actualización según la inflación.

3. Precios máximos y congelados sí, pero con control de los consumidores y los trabajadores de las grandes empresas formadoras de precios.

4. Aplicación sin vueltas de la Ley de Abastecimiento, con cárcel efectiva al empresario que acapare, desabastezca o remarque. Nacionalizar toda empresa que incumpla, bajo control de sus trabajadores.

5. Nacionalizar la banca y el comercio exterior. Esto cortaría el círculo vicioso de quienes desabastecen acá pero venden afuera, obteniendo dólares que luego fugan a través de bancos privados y maniobras aduaneras. Terminar con esa fuga nos permitiría disponer de dólares necesarios para comprar productos que no se fabrican en el país.

6. Suspender todo pago de deuda externa y prohibir el giro de las ganancias en dólares de las multinacionales hacia sus países de origen. Volcar esos fondos a reactivar una industria nacional para abastecer las necesidades populares, como parte de un plan económico alternativo.