Organizado por nuestra Liga Internacional Socialista, el sábado 5 de marzo se realizó un concurrido y emocionante encuentro internacional virtual de mujeres socialistas de más de 25 países. Extractamos aquí las intervenciones de las compañeras.
Cele Fierro, MST en el FIT Unidad (Argentina)
¡Bienvenidas, compañeras socialistas de todo el mundo! Por encima de las fronteras y los distintos idiomas, nuestra lucha es una misma contra el sistema capitalista y patriarcal, por la igualdad y el socialismo. Primero, nuestra solidaridad con las mujeres y el pueblo de Ucrania. En las guerras, también somos las mujeres y niñas las que más sufrimos.
Aquí hace poco más de un año logramos el derecho al aborto. Nuestro partido intervino activamente en esa lucha y ganamos muchas jóvenes militantes. Luego la pandemia aplacó las luchas sociales. Igual salieron las trabajadoras de la salud, como en tantos países. Y con la vuelta a clases, hoy están en lucha las docentes. Ahora enfrentamos el acuerdo del gobierno y el Fondo Monetario Internacional, que implica más ajuste y extractivismo.
Con la crisis del capitalismo hay más polarización social y política: crece la derecha, pero también el espacio para nuestras ideas y propuestas. Este encuentro nos fortalece para seguir construyendo nuestras organizaciones y la LIS. ¡Adelante, compañeras!
Derya Koca, SEP (Turquía)
En Turquía, Erdogan cambió el sistema vía la dictadura. Un sector muy dinámico fueron las mujeres, aunque en el movimiento hay una crisis. Salvo el caso de las argentinas, con una exitosa intervención socialista, el resto del mundo es muy distinto y en general hay políticas de identidad.
En la historia de la lucha de las mujeres el hito es la revolución bolchevique, que socializó las tareas de cuidado, dio libertad a las disidencias y fue el inicio de una sociedad socialista.
Turquía pasa por un momento muy crítico. La lucha de las mujeres sufrió una gran reducción y crecen la pobreza y la violencia. Ahora hay algunas huelgas espontáneas y las trabajadoras inician la lucha contra la desigualdad laboral, salarial y la precarización.
El movimiento de mujeres tiene problemas ideológicos, donde debemos intervenir: es la política de identidades, que apunta contra los varones, no al sistema ni a los gobiernos. En Turquía creamos un frente unido con organizaciones de mujeres, convocamos una marcha para el 8M y dimos una durísima batalla ideológica con otros sectores.
Rehana Akhtar, La Lucha (Pakistán)
Las mujeres aún hoy debemos lidiar con la violencia, el acoso y el abuso. Trabajamos 8 o 10 horas en una fábrica y cuando volvemos a la casa debemos lavar la ropa, limpiar, etc., gratis, en una doble explotación.
En Pakistán y el Tercer Mundo la situación de las mujeres es más apática. Hay un movimiento feminista, pero aún es débil y no logra que las bases sean de mujeres trabajadoras, sino más bien de clase media e intelectual. Pero intentamos conectar el movimiento de mujeres con el de la clase obrera.
Hablar de la cuestión de las mujeres sin hablar de la cuestión de clases no aporta al movimiento de la clase trabajadora. No nos consideramos sólo feministas: somos marxistas, porque los problemas de la mujer sólo se pueden resolver en el socialismo. Con la revolución bolchevique se habían resuelto muchas de esas cuestiones cotidianas.
Trabajemos y luchemos juntas, junto con la lucha de los trabajadores. No podemos luchar de forma separada, pero podemos luchar en conjunto y ganar.
Maryanne Kasina y Minoo Kyaa, LSR (Kenya)
Estoy muy feliz de participar en esta conferencia. En Kenia, atravesamos una gran crisis debido al imperialismo y el capitalismo. Exigimos el acceso a la vivienda, el agua, educación, productos menstruales, cosas básicas. La falta de dignidad se perpetúa a través de la violencia patriarcal. Hay mujeres que sufren violencia de género a través de la policía, que asesina a nuestros hijos y nos violenta. Necesitamos seguir en la lucha y la clase media debe unirse a la clase trabajadora con solidaridad. Nuestra lucha es hasta que todas las mujeres sean libres. Si en Cuba, Venezuela, Kurdistán o Palestina ellas no son libres, nosotras no lo somos. Y ningún hombre es libre si las mujeres no lo somos.
Seguimos con nuestra lucha contra el capitalismo, que nuestra región es muy fuerte. También es muy difícil organizarse: hay cuestiones históricas que no contribuyen a la situación de las mujeres, sino al sistema opresivo. Por eso es necesario hacer un proceso de educación política y que las mujeres comprendan qué es el patriarcado, y que es un sistema que no sólo nos oprime a nosotras sino también a los hombres, los pone en situaciones complejas y también se expresa en la lucha de clases y la conciencia de clase.
Socorro Trejos, PRT (Costa Rica)
Como mujeres debemos luchar por derribar este patriarcado, que nos margina. Somos mujeres obreras que luchamos por nuestra libertad y por la igualdad. Las mujeres salimos adelante en cualquier lucha. Nuestra lucha es p or ayudar a los que más necesitan, a la gente pobre. Si no eliminamos el capitalismo, que nos tiene en esta miseria, nunca vamos a tener igualdad.
Somos grandes luchadoras, pasamos por muchas cosas y las superamos. Sabemos la situación ahora en Ucrania y que la guerra nos margina. Porque estamos en una guerra, la mujer siempre está expuesta. Es la que puede ser violada, nos violan nuestros derechos y entonces debemos enfocarnos en nuestra lucha para poder terminar con este capitalismo.
Ha sido un placer compartir estas palabras con ustedes y espero que compartamos nuestros conocimientos y experiencias. ¡Abrazos para todas y para adelante!
Patricia Totorica, Rumbo Socialista (Uruguay)
En Uruguay hubo en los últimos años avances significativos. En 2012, la aprobación de la ley de aborto. Pero tenemos que seguir defendiendo esa conquista. Hace dos años tenemos un gobierno de derecha, que ha traído un retroceso. Lo bueno es que estamos resistiendo. Cada vez que el gobierno intenta retroceder en cumplir esta ley, salimos a la calle. El movimiento feminista es muy diverso, pero nos unimos para cada una de estas ocasiones.
¿Cómo es la combinación entre clases y género? Es un tema a debatir. Hay un lazo entre patriarcado, capitalismo y valores católicos para sostener este sistema. Es muy difícil combatir al patriarcado si no combatimos el capitalismo y a los valores hegemónicos. También hay mucho que sanar y combatir dentro de nuestros propios movimientos. Como decía Flora Tristán en 1834, «las mujeres somos las proletarias del proletariado». Lamentablemente, eso sigue sucediendo.
Un saludo enorme a todas y me parece hermoso este encuentro para contactarnos y aprender unas de las otras.
Catherine Noury, La Commune (Francia)
En Francia, la situación empeoró desde el inicio de la pandemia. En promedio, las mujeres ganamos 28,5% menos que los hombres y las jubilaciones son 38% más bajas. En su mayoría aún asumen el trabajo doméstico no remunerado. A la vez, 213.000 al año sufren violencia en la pareja y en 2021 fueron asesinadas 113. Una de cada dos trabajadoras enfrentó una situación de sexismo o acoso sexual laboral. Son todas violencias inaceptables.
En y por la lucha de clases, las mujeres se visibilizan políticamente a escala mundial. Para mejorar las condiciones de vida de todas y todos, salen a la calle y están dispuestas a derrocar todo. El socialismo nos trae el objetivo de la emancipación completa, o sea el fin del patriarcado y su corolario, el capitalismo. Este es el sentido del proyecto político de la LIS, contra toda forma de opresión y explotación.
Verónica O’Kelly, Alternativa Socialista (Brasil)
Brasil comparte datos horrorosos sobre lo que sufrimos las mujeres, por ejemplo en pobreza, que pega a las mujeres y más a las mujeres negras. Es decir, la violencia tiene clase, color y género. No hay vías de mejorar, sino de empeorar por la crisis capitalista. Entonces las luchas están vinculadas contra el capital y contra el patriarcado.
Brasil está en el quinto lugar del ranking mundial de violencia de género. En 2021 se calcula que hubo un femicidio cada 6 horas. Tenemos diferentes organizaciones de mujeres, como nosotras de Alternativa Socialista compartimos con otras compañeras dentro del PSOL. Y tenemos debates con quienes piensan que la lucha de las mujeres es por separado de la lucha contra el capitalismo. El llamado de esta conferencia es para nosotras súper real, completo y correcto porque las mujeres trabajadoras no tenemos otra alternativa para luchar por el socialismo.
Sara Espínola, Alternativa Socialista (Paraguay)
En Paraguay, los derechos de las mujeres son pisoteados en las empresas, en los barrios, por el gobierno. Cada tres minutos una mujer es sometida a algún tipo de violencia, cada cinco días hay uno o dos casos de femicidio y llegó a seis en un día, hay muchos casos de embarazos adolescentes. La justicia actúa lento y en muchos casos ignora nuestros problemas. Al gobierno no le interesamos y lo exhibe con el presupuesto militar, mientras al Ministerio de las Mujeres sólo le da dos dólares por mujer al año.
Sin el cambio total de conciencia y el internacionalismo no es posible derrotar la «triple alianza»: Estado capitalista, gobiernos y deuda externa. Nos preparamos con fuerza para este 8M, somos parte de la articulación feminista nacional e integramos nuestras reivindicaciones. ¡Ni Una Menos, camaradas, unidas por el socialismo y la igualdad!
Maura Gálvez, Movimiento Anticapitalista (Chile)
En nuestro país, la ola feminista viene teniendo un lugar muy cercano al de Argentina en 2015. En 2016, el femicidio de una niña de 9 años, Florencia, generó una de las movilizaciones más masivas después de la dictadura. Se constituyó un movimiento feminista muy diverso y combativo. Está atravesado por las direcciones políticas, en este caso la Coordinadora 8M, que terminan diluyendo la fuerza feminista para dar una señal política al futuro gobierno de Boric.
Disgregaron la marcha del 8M hacia actividades territoriales, sin marchar con una consigna unificada ni generar asambleas. Esto nos da un espacio a las socialistas para intervenir. En ese marco, hay una expectativa y un vacío muy grande con el nuevo gobierno de Boric. Nuestra posición es buscar alianzas con los distintos sectores del feminismo revolucionario o más de izquierda. Este encuentro es importante para fortalecer un polo del feminismo revolucionario a nivel internacional, que pelea por un horizonte claro: el socialismo.
Rim Trad, Jóvenes por el Cambio (Líbano)
La situación de las mujeres del Líbano está ligada a la lucha de las mujeres a nivel mundial. El 2021 mostró un aumento de 200% de los casos de violencia respecto de 2020. La crisis pone su peso en los hombros de las mujeres y otras comunidades marginalizadas. Las mujeres aún no pueden pasar su ciudadanía a sus hijos y la justicia les puede prohibir verlos.
Las mujeres son oprimidas por el capitalismo y el patriarcado; hay organizaciones feministas burguesas que ven a éste como independiente del capitalismo. Algunas luchan por la inclusión en las elecciones, pero serían usadas por los políticos para reivindicar su poder.
En el mundo árabe las mujeres viven una situación similar o peor, en sociedades y países patriarcales; en Palestina, luchan contra la ocupación sionista y lideran la liberación nacional. Las mujeres árabes estuvieron en la primera línea de los movimientos de liberación nacional, protestas y marchas. El feminismo que no es anticapitalista nunca le va a servir a la clase obrera, sino que va a recrear estos sistemas ofensivos contra las mujeres y las minorías.
Flor Nolasco, de la LIS (Perú)
Las mujeres de Perú apostamos a una organización feminista, socialista, democrática, diversa, intercultural. Creemos necesario romper las estructuras patriarcales y racistas que perjudican a las mujeres. Y nos reafirmamos en un feminismo popular, plural, democrático e interseccional, que enfrente al capitalismo y al colonialismo.
En Perú el gobierno ha abandonado estas banderas y nuestra participación no está en cuenta. Queremos que cumplan con las banderas aprobadas en el Plan Bicentenario, donde votamos por la participación de mujeres en todo el territorio. No hay educación en igualdad de género, ni participación política ni una vida libre de violencia.
Nos solidarizamos con nuestras hermanas, migrantes, trabajadoras sexuales, mujeres trans, las afectadas por el derrame de petróleo y en la Amazonia peruana. Apostamos a seguir construyendo un proceso constituyente popular que nos permita un país con esperanza.
Ariana McGuire, Alternativa Socialista (Nicaragua)
Nicaragua atraviesa un reflujo en la lucha contra la dictadura de Ortega-Murillo, por una política de represión y terrorismo de Estado a partir del estallido de 2018. Hay una campaña contra organizaciones feministas, de derechos humanos, activistas, periodistas independientes y líderes políticas. El 8M no se puede marchar. Y los grupos de oposición política de «diálogo y conciliación», promovidos por la empresa privada y la «comunidad internacional», garantizaron la reelección de Ortega.
Hoy hay más de 170 personas presas políticas, incluso dirigentes como Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila y Suyén Barahona. Son torturadas, con visión nula con su familia y abogados, en aislamiento, sin luz solar ni atención médica. Llamamos a poner en pie un movimiento internacional por la libertad de todas las personas presas políticas, frente a un gobierno que usurpa la bandera de la izquierda y el socialismo. Impulsamos acciones en embajadas y una jornada internacional en la semana del 18 de abril, a cuatro años de la rebelión.
Ángela Alarcón, Impulso Socialista (Colombia)
Las mujeres y disidencias hemos puesto nuestras reivindicaciones en la agenda política, durante el gran estallido de 2021 y luego con la despenalización del aborto: la conquistamos hasta la semana 24, pero nuestra marea verde debe continuar por el aborto legal, seguro y gratuito.
La crisis es inherente al capitalismo. Organismos multilaterales exigen programas de ajuste y precarización. La desigualdad de género está determinada por el modo de producción capitalista, que sostiene la opresión patriarcal en beneficio de la clase dominante.
El feminismo radical cae en políticas de identidad y separatismo, en conductas punitivistas y de la cancelación, a veces utilizadas contra las direcciones revolucionarias. Y el feminismo reformista ha convocado a acciones, pero ha cerrado los debates en un rol burocrático, rebaja el programa de lucha y dice que la única salida para conquistar nuestros derechos es electoral. Esta derechización de los reformismos nos plantea a las mujeres y disidencias construir una salida revolucionaria junto con nuestros compañeros.
Flor Salgueiro, SOL (Estado español)
Nos consideramos feministas anticapitalistas. Hay otros sectores del feminismo contra los que debemos pelear. En el Estado español y Europa Occidental crece el feminismo institucional, ligado a los gobiernos pseudo-progresistas como el del PSOE-Unidas Podemos. Ante el 8 de marzo, no quieren ir por la huelga. Los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y UGT, ni siquiera llamaron a asamblea.
En este marco, el feminismo anticapitalista tiene un rol importante que jugar. Es clave ganar las calles el 8 de Marzo y seguir organizándonos, generando espacios como este encuentro, en todos los lugares donde podamos. Creo que hay un antes y un después en la cabeza de muchas mujeres, se ha abierto un gran debate y que tenemos un rol a jugar en este contexto. En el plano internacional, la LIS y nuestras agrupaciones feministas tenemos mucho terreno para avanzar.
Silvia Leticia, Lucha Socialista (Brasil)
La lucha de la mujer trabajadora es una necesidad para la construcción del socialismo. Las luchas por la vida, comida, tierra, derechos, son luchas anticapita-listas y contra el patriarcado.
En Brasil los problemas se agravan por la crisis, la pandemia y el gobierno genocida de Bolsonaro. En 2018 hicimos una fuerte lucha ante el asesinato de nuestra compañera Marielle Franco y también por Ele Não contra Bolsonaro.
Las mujeres negras tienen tres veces más chances de sufrir violencias sexuales y feminicidios. Hay un 40% más de asesinatos de personas trans. Soy madre de dos personas trans e indigna ver las muertes diarias.
Tenemos que seguir fortaleciendo la lucha, repudiar a los gobiernos capitalistas y defender a la mujer trabajadora, con una perspectiva de clase. Hay que derrotar a Bolsonaro y su ajuste, sin confiar en el proceso electoral burgués. Gran parte de las organizaciones feministas insisten en atar al movimiento a la defensa ciega de un gobierno petista y a Lula. Es preciso fortalecer nuestra unidad en la lucha y la organización.
Sofiya Boichuk, LSU (Ucrania)
La situación de la mujer en mi país sigue siendo insatisfactoria. Pero ellas son parte activa en la vida del país; muchas se oponen al imperialismo ruso, en el frente, con las armas en la mano.
Las opiniones sobre el rol de la mujer en la sociedad y la familia son muy conservadoras: la mayoría cree que su lugar es en la cocina y con los niños. Esto se agrava por la relativa popularidad de las ideas de derecha y extrema derecha, lo que se convierte en odio hacia las personas de otras razas y nacionalidades, LGBT, mujeres.
Las opiniones neoliberales y patrióticas son más comunes entre las mujeres. Muchos creen ingenuamente que la Unión Europea y otros representantes del imperialismo occidental los liberarán de la dictadura y la opresión. El problema es que no hay una alternativa decente. La mayoría de las fuerzas de izquierda son pro-rusas y sólo hablan de la amenaza de Occidente, pero nada de las atrocidades del régimen de Putin. En cambio, la Liga Socialista Ucraniana lucha contra toda forma de imperialismo.
Zuleika Matamoros, Marea Socialista (Venezuela)
En mi país las condiciones para luchar son cada vez son más urgentes, agravadas por la crisis, la pandemia y las sanciones económicas del imperialismo americano. La feminización de la pobreza se traduce en más de seis millones de migrantes y en la vida precaria. Hace días el gobierno de Maduro anunció un salario mínimo equivalente a 29 dólares mensuales, ante una canasta alimentaria de 446 dólares.
Otras aristas son la represión y encarcelamiento de trabajadores por luchar. Hay decenas de trabajadoras encarceladas y judicializadas. La educación sexual es inexistente, el acceso a los anticonceptivos está mercantilizado y el aborto es ilegal.
El movimiento de mujeres es muy débil, institucionalizado, con feministas pro-gobierno y ONG que no van contra el sistema, aunque el último año pudimos tejer redes para movilizar. Nuestro feminismo es de clase: promovemos la movilización y la construcción de un partido de la clase trabajadora.
Bermet Borubaeva, KyrgSots (Kirguistán)
Es un placer estar aquí. Fuimos parte de la URSS, donde tuvimos un movimiento de emancipación de las mujeres. En nuestro Estado hubo un gran legado progresista hacia las mujeres, derecho a la educación, al voto, etc. De allí podemos sacar ideas. Reivindicamos a Rosa Luxemburgo. Ahora hay un retroceso, mucha violencia y desigualdad contra las mujeres, es muy triste.
Nuestra organización es feminista, marxista, nueva, vamos paso a paso. Intentamos trabajar con los sindicatos, con mujeres que trabajan en la producción y cuyos derechos son violados. Queremos demostrar que no hay manera de emancipar a las mujeres sin terminar con el capitalismo y convertirlo en una sociedad igualitaria.
Sobre la situación bélica actual, en nuestro país utilizan mucho dinero en armamento nuclear. No es un problema de hoy, sino de este sistema a nivel mundial que se prepara para cometer este tipo de masacres.
Estoy muy feliz de haber conocido a todas y queremos vincularnos desde aquí para seguir construyendo.
Chaia Ahmed Baba, Unión de la Juventud Saharaui y LIS (Sahara Occidental)
Nos sentimos identificadas con cada lucha. Yo sé lo que es la guerra y lo que se sufre. Mi corazón está con la gente de Ucrania.
Sobre las mujeres árabes, la guerra está en vigor cada día. Se mató mucha gente, pero lamentablemente es la única solución para lograr nuestra libertad. Mientras estemos colonizadas, las mujeres seguimos sin disfrutar nuestra libertad.
Marruecos tiene sus fuerzas en las zonas saharauis ocupadas. Las mujeres no se sienten seguras, mueren y no se sabe el motivo o el causante porque siempre es el ocupante. Viven torturas, violaciones sexuales, verbales, psicológicas, materiales. Y aun así siguen resistiendo. Sultana Khaya es un ejemplo. En la ONU hay evidencias, pero todo es silencio porque nuestro país es explotado por la Unión Europea.
Nuestra obligación es unir fuerzas. Como yo recibo apoyo, estoy dispuesta a apoyar. La lucha de una es la lucha de todas. Un saludo especial a las compañeras de Kenya y un abrazo enorme a las de Ucrania.