Aunque el gobierno lo relativiza, es evidente que el acuerdo con el Fondo tendrá como consecuencia un ajustazo sobre el conjunto de lxs trabajadorxs y el pueblo. Sin embargo, en medio de una fuerte crisis política, grietas en las alturas y cuestionamientos desde abajo, se encaminan a convalidar una nueva estafa. La lucha no termina con el tratamiento en el Congreso.
Escribe: César Latorre
El acuerdo se destrabó cuando el gobierno cedió en toda la línea con el tema de las tarifas. Y se encaminó a preparar un texto que recolecte la mayor cantidad de votos posibles. Tardaron una semana en presentar un proyecto que solo tiene dos artículos. Un permiso de endeudamiento para que voten críticos y aduladores. Y un anexo que contiene la letra chica, el compromiso de ajuste y la habilitación a reformas reaccionarias, pese a la desmentida del presidente.
Si esto no es ajuste…
La letra chica se encuentra como anexo del artículo dos del proyecto de ley bajo el título de «memorándum de políticas económicas y financieras» y «memorándum técnico de entendimiento». Vale la pena sintetizar sus puntos salientes.
. Tarifas: aumento de las mismas en tres segmentos: a) 40% del coeficiente de la variación salarial (CVS) del año anterior para los sectores alcanzados por la tarifa social. b) Quita de los subsidios para los sectores que lo pueden soportar c) grupo no alcanzado por las segmentaciones precedentes con un aumento del 80% del CVS del año anterior. De conjunto esto representa un tarifazo de más del 60%.
. Aumento del transporte: Si bien no hay una cláusula específica la provincialización y municipalización de los subsidios al transporte van a derivar en un aumento de las tarifas. De este aspecto además se especifica que el FMI monitoreará los giros a las provincias en sus misiones.
. Ajuste fiscal: Se firma una baja del déficit al 2,5% este año, al 1,9% en el año 2023 y un 0,9% en el 2024. A este ajuste además se limita la financiación con emisión desde el Banco Central en un 1% para este año, 0,6% para el año 2023 y 0% para el 2024. Es importante a este respecto tener en cuenta que el déficit fiscal en el 2021 fue del 3,2% y la emisión fue del 3,7% del PBI. Es decir que para el 2022 el ajuste real pasa a ser de un 3,4% del PBI (0,7% de reducción del déficit fiscal y un 2,7% de la reducción de emisión respecto al 2021)
. Desembolsos y pagos de los vencimientos: los desembolsos del Fondo tienen por objeto garantizar pagarse a ellos mismos la deuda anterior. Pero, además, cada desembolso está ligado a las revisiones trimestrales lo cual constituye un sometimiento político-económico enorme. El primer año se desembolsa más de lo necesario a cancelar con el objetivo de cumplir con el aumento de las reservas en 5.000 millones.
. Ayuda social: Está explicita la intención de transformarla en subsidio a las patronales y precarización laboral a través del fastuoso epíteto de generar «trabajo genuino». Además, hacia fines de año se prevé que los programas sociales sean monitoreados por organismos crediticios dirigidos por el imperialismo como lo son el BID y el BM.
. Jubilaciones: Se prevé revisar la «sustentabilidad a largo plazo» del sistema. Para ello revisarán los regímenes especiales, como así también crearán mecanismos para «facilitar la continuidad voluntaria de la vida laboral de las personas» Es decir, una reforma del sistema jubilatorio como mínimo de hecho, al empujar a las y los trabajadores a que tengan que seguir trabajando para subsistir.
. Salarios atados a la productividad y al «crecimiento»: Cambian el criterio de inflación como parámetro para los aumentos salariales por el de crecimiento económico. El mismo memorándum prevé en el mejor de los casos en un 3,5% del PBI. Este criterio atado a la productividad derramará también para el sector privado. Ni siquiera estará votado pero el Gobierno está acordando con la cúpula de la burocracia sindical modernizar los convenios colectivos de trabajo. Ya están hablando de un «congreso» para cambiar las relaciones laborales. Una parte de la reforma laboral pendiente.
¿Quién es quién frente al acuerdo?
A medida que se acerca la hora cero, muchos críticos van moderando sus discursos. Y otros cierran filas con Fernández y «el mejor acuerdo posible».
Está claro el sector que apoya el acuerdo, defendiendo lo indefendible: el Gobierno, los gobernadores, la UIA y Daer y Moyano de la CGT que movilizaron el día de la apertura de sesiones en apoyo del presidente.
De los apoyos públicos es muy significativo lo de Luis D´Elía que viró de la crítica al pacto, a bramar que si estuviera Néstor «votaría a favor» y que «los chicos de La Cámpora se comieron la curva»
Juntos por el Cambio, más allá de sus diferencias internas está por defender el acuerdo. Carrió directamente no quería que pase por el congreso. Morales y la UCR una vez más sintonizan con la Casa Rosada y el PRO que avala, más allá de cuestionar cínicamente el formato del proyecto.
Espert y Milei que salen a postular-se por derecha y dicen estar en contra porque el ajuste es muy suave.
Pero qué ocurre con el sector K crítico que despertó alguna expectativa luego de la renuncia de Máximo, que avanzaría en posiciones progresivas. Sin embargo, del dicho al hecho, hay una larga distancia.
Máximo Kirchner que no estuvo presente el día de la inauguración de sesiones en la cámara. Más allá de estos hechos simbólicos como bien dijo en su carta de renuncia no le iba a poner trabas al gobierno y por ende a la convalidación de la estafa macrista y el nuevo acuerdo de hipoteca de la soberanía hasta el 2034 (en teoría). Junto con Máximo la Cámpora puso reparos sin obstaculizar nada.
La CTA de los Trabajadores pese a las críticas de Yasky, no movió un dedo en contra del acuerdo.
Algo parecido vino de la mano de Lozano que más allá de las críticas sigue siendo funcionario del Banco Nación. La CTA autónoma, pese a rechazar verbalmente el acuerdo, llama a una marcha de circunstancia un día antes del tratamiento en el Congreso, para que el gobierno «reencauce» las negociaciones. Se ve que tiene pocas intenciones de generar siquiera algún grado de presión sobre el parlamento.
El único sector que se opone al 100% desde el día 0 es el FIT-Unidad que junto con, el Sindicalismo Combativo, la Unidad Piquetera y el espacio amplio que generó las masivas movilizaciones en la Plaza, llama a movilizar el día del tratamiento, exigiéndole el paro a las centrales sindicales además de, por supuesto, votar en contra.
La lucha sigue abierta
Cuando estas líneas lleguen a los lectorxs de Alternativa Socialista el gobierno del Frente de Todos, en combinación con la «oposición» de Juntos por el Cambio, estará buscando aprobar en la Cámara de Diputados la media sanción del proyecto de ley que avala el endeudamiento con el FMI. Lo hace en medio de una profunda crisis política que cruza tanto a la interna de la coalición oficialista como a la alianza opositora.
Es que la aprobación del acuerdo con el Fondo para acceder a un nuevo crédito de Facilidades Extendidas significa un nuevo y brutal ajuste, una entrega completa de los recursos del país y de nuestra soberanía, muy superior a la que Guzmán ya viene aplicando para cumplir con las exigencias del FMI.
La crisis tiene sus raíces en la gran resistencia de los trabajadores, las organizaciones sociales, las marchas en defensa del medio ambiente y muchas acciones de nuestro pueblo que enfrentan las consecuencias de este duro plan de ajuste y entrega. La profunda derrota electoral del Frente de Todos del 2021 constituyó una enorme manifestación de protesta, que significó para el peronismo la pérdida de 5 millones de votos, fundamentalmente en los barrios obreros y populares tradicionalmente votantes de las distintas propuestas electorales del PJ y los K.
Pocas semanas después, el Chubutazo significó un duro golpe para los planes del extractivismo minero y petrolero a cualquier costo, para cumplir con las necesidades de aumentar exportaciones, para juntar dólares y pagar al Fondo y a los acreedores privados buitres, cuente lo que cueste. Una pelea que ahora se ha trasladado al llamado Atlanticazo, esas enormes protestas que, con epicentro en Mar del Plata, se han extendido a múltiples ciudades del país, enfrentando la explotación of shore en el Mar Argentino.
Las cada vez más multitudinarias marchas y acciones de las organizaciones sociales reclamando trabajo genuino, mejoras en los planes sociales y asistencia a los comedores, han tomado el centro de Buenos Aires y de las principales ciudades del país con sus justos reclamos. Una variada respuesta de los trabajadores que, con los trabajadores de la salud a la cabeza, han complicado los planes del gobierno y las patronales, que no han podido impedirlas, pese a la enorme colaboración de la dirigencia sindical cegetista y de las CTAs. Trabajadores aceiteros, de la pesca, del neumático, docentes, ferroviarios, colectiveros, del subterráneo, de la carne, las aplicaciones, reparticiones estatales, municipales, fábricas y empresas contra la baja salarial, la flexibilización, los despidos o los cierres, son parte de una larga lista que viene resistiendo.
Dos plazas de Mayo colmadas y desbordadas, parte de jornadas de lucha nacionales, el 11D y 8F, para enfrentar este acuerdo del gobierno con el Fondo, gracias a la convocatoria unitaria inicial del Frente de Izquierda Unidad, que logró reunir en las asambleas abiertas de Parque Lezama a más de 200 organizaciones políticas, de trabajadores, sociales, ambientalistas, de DDHH, feministas y de las disidencias, autoconvocadas, prácticamente el conjunto de las organizaciones de izquierda del país, se ha constituido en un gran punto de la lucha unitaria y una referencia para todos aquellos que quieren enfrentar los planes de la banca internacional.
Estas peleas, nos han llevado hasta esta nueva semana de lucha. Una semana que empezó con las resoluciones de un nuevo encuentro del Plenario Sindical Combativo llamando a parar y movilizar con todas las fuerzas el día que se trate el proyecto de ley. Que continuó este lunes 7, con una radio abierta frente al Congreso, cuando Guzmán y Manzur defendían en la comisión el proyecto para seguir endeudándonos. Que siguió con una enorme movilización en Buenos Aires y en todo el interior del país, cuando en ocasión de conmemorarse el «Día Internacional de lucha de la mujer trabajadora», se levantaron bien alto, desde la izquierda y las organizaciones no oficialistas, las banderas para enfrentar el acuerdo con el Fondo. Que este 10M enfrentamos con otra movilización multitudinaria al Congreso la media sanción del proyecto entreguista en Diputados y si no lo podemos parar, lo volveremos a enfrentar cuando se trate en Senadores, que convertirá la marcha del próximo 24 de marzo, en una gran jornada de protesta nacional contra el acuerdo con el Fondo.
Venimos de este camino de luchas, estamos transitando una semana de duras peleas y continuaremos junto al resto de los trabajadorxs y sectores populares enfrentando este acuerdo del gobierno con el FMI y sus duras consecuencias contra los salarios, las jubilaciones, los planes sociales, la salud y la educación públicas, el extractivismo contaminante sin freno, que pretenden imponer como modelo de «desarrollo» capitalista para el país. Un plan donde no existe grieta entre gobierno y la oposición de derecha, salvo algunas poses teatrales para intentar capitalizar electoralmente. Un proyecto que necesita para imponerse de una dura represión hacia las protestas populares, como la que acaba de protagonizar el gobernador radical Morales contra las organizaciones sociales de Jujuy, siguiendo el camino de lo que el gobierno «popular» ya mostró en Guernica y otras peleas.
Si somos capaces de empujar, unir y desarrollar las luchas en curso, y somos capaces de mantener y fortalecer, la enorme unidad alcanzada en el espacio de Parque Lezama, responsable de las grandes marchas a Plaza de Mayo y ahora a Congreso, va a transitarse un tiempo de luchas y enfrentamientos en el que la pelea se puede ganar. Se puede, porque sobran fuerzas para enfrentar el pacto del FMI con el gobierno, la oposición de derecha, la burocracia sindical y las grandes patronales.
Esas fuerzas necesitan de una referencia político y sindical que las ayude a potenciarse y superar el curso de dependencia que imprime el gobierno junto a todo el régimen político y el traidor freno de la dirigencia sindical. Está probado que la unidad es el camino y en ese camino la iremos construyendo. Continuemos empujando, en cada lucha, la pelea contra el FMI. Sigamos abonando a una unidad cada vez mayor de los que estamos dispuestos a enfrentar la entrega a los buitres internacionales hasta el final y tenemos un plan alternativo al servicio de las mayorías obrerxs y populares. Ese es el camino. Es el camino que hemos emprendido desde nuestro MST en el FITU y al que te invitamos a sumarte.