Casi la única coincidencia, más bien obvia, con PO sobre la situación en Ucrania, es que es un proceso que divide aguas en la izquierda mundial. A partir de ahí, tenemos visiones distintas sobre la naturaleza del conflicto, el carácter de Rusia y por defecto, la política de los socialistas revolucionarios para la región. De nuestra parte, polemizamos, a partir de la elaboración internacional de la LIS, con implantación militante en Ucrania a través de dirigentes obreros de sindicatos independientes y la Liga Socialista Ucraniana.
Escribe: Mariano Rosa
La posición del Partido Obrero sobre este tema tiene los siguientes puntos a resaltar, para nosotros totalmente equivocados y que lo desliza hacia una posición semi-campista de apoyo a Putin, objetivamente:
Cataloga como inter-imperialista la guerra en Ucrania. Esto significa que Rusia como potencia ataca a Ucrania, que en definitiva “es” la OTAN.
Denuncia, por lo tanto, en primer lugar, a la OTAN, no a Putin y su invasión.
Caracteriza a Putin como “burócrata restauracionista” y no como gobierno burgués e imperialista.
De todo lo anterior, la tarea para las masas ucranianas sería luchar por la derrota militar de Ucrania, ergo, el triunfo militar de Putin.
Las cuatro afirmaciones nos parecen equivocadas, y efectivamente tienen como deriva una posición que, de hecho, embellece a Putin frente a la OTAN, en lugar de construir desde las necesidades inmediatas de las masas ucranianas una posición independiente de todo campo imperialista o burgués. Es decir: una tercera posición socialista, revolucionaria, obrera e internacionalista.
¿Ucrania imperialista? El punto de partida de una política revolucionaria
Por supuesto: la definición del carácter de la guerra en curso es decisivo para la ubicación de los revolucionarios. El PO insiste en definir que Ucrania desde 2014 en adelante, después del Euro-Maidán, que PO caracteriza como “golpe”, todo lo que vino fue la consumación de una especie de protectorado de la OTAN y que, en definitiva, Ucrania como país y su gobierno, son la OTAN. En la realidad existe una paleta de matices importantes para definir concretamente una situación dada. Es lógico que, a la distancia (desde Argentina), y sin tener implantación obrera y militante en la zona, una fuerza nacional pueda caer en unilateralidades. Pero la realidad es que Ucrania es una semicolonia (lo era ya en 2014 con Yanukovich, al que PO de hecho presenta como “progresivo”), y su gobierno es burgués pro-imperialista, de un país (repito) semicolonial. Por lo tanto, el carácter de la invasión rusa, como país imperialista (en otro artículo se explica ese aspecto), es la agresión de un país capitalista más fuerte con aspiraciones expansionistas-imperiales, sobre un país semicolonial en condiciones de inferioridad. Sin partir de este punto, toda la política se distorsiona y no hay ninguna chance para los socialistas revolucionarios de dialogar con las masas ucranianas. No estamos frente a un debate académico o abstracto sin consecuencias prácticas. Para la clase obrera y las masas pobres de Ucrania, las bombas y los blindados rusos son muy concretos, las bajas civiles también y, por lo tanto, si el punto de partida no es ponernos de su lado para respaldar el rechazo a la invasión de Putin, francamente no hay nada más que hablar. De hecho, si no es esa posición, entonces la contraria sería promover el triunfo de la invasión imperialista que vendría a significar un “mal menor” frente a la OTAN. Directamente absurdo para la experiencia directa del pueblo trabajador ucraniano. Efectivamente, el rol de Zelensky en el conflicto, quedarse y presumir de gran “líder nacional”, siembra profunda confusión en el pueblo de Ucrania. Pero, para mejor combatirlo, duramente y desde ahora, lo primero es partir del rechazo a la invasión, por el retiro de las tropas rusas. No resulta fácil imaginarse a nuestros camaradas ucranianos, al frente de refugios anti-misiles en Kiev, explicando que en realidad no son los tanques rusos el peligro inmediato, sino la OTAN, que por otra parte no tiene bases militares en Ucrania, ni quiere intervenir militarmente, sino que apoya a un gobierno pro-imperialista como en muchos países del mundo. Por lo tanto, la posición de PO en Ucrania significa lisa y llanamente, ser pro-Putin.
Con las masas ucranianas, contra la invasión imperialista y denunciando a la OTAN
Lo desafiante, difícil, pero elemental para el internacionalismo militante, es construir una posición independiente de todos los campos imperialistas y burgueses que intervienen. Esto, claro, partiendo de las necesidades inmediatas de la clase obrera y el pueblo pobre del país agredido. Y a la vez, claro, se trata de levantar esa posición sin ninguna confianza en el gobierno de Zelensky, ni mucho menos en la OTAN, respecto de la cual solo cabe exigir el retiro total de Europa del Este. Sin embargo, el llamado al “derrotismo revolucionario”, que sería la línea de PO para Ucrania, supone bregar (en esto la política tiene consecuencias), por el triunfo de Putin. Entonces: ¿pone en mejores condiciones al movimiento de masas ucraniano para luchar contra la OTAN y por una salida independiente de clase el triunfo de Putin? ¿Cuáles serían los beneficios progresivos de un sometimiento a Rusia? En realidad, el pueblo de Ucrania hoy no lucha por el gobierno de la OTAN en su país, su enemigo inmediato es otro imperialismo: el ruso, por otro lado, histórico como factor gravitante en su “espacio vital” (desde el Zarismo, pasando por Stalin, hasta hoy). Por lo tanto, ser los mejores militantes para lograr el retiro de las tropas rusas, como aspiración y necesidad inmediata-concreta de las masas de Ucrania, pone a los socialistas en mejores condiciones de autoridad para desplegar todo el programa transicional para la región: contra la OTAN, por la autodeterminación de las regiones del sureste del país (sin tropas de Putin, ni de la OTAN), y luchar por un gobierno obrero y una federación de repúblicas socialistas y democráticas de todo el Este.
La LIS en el conflicto, la LIS en el mundo
Desde el minuto cero, de hecho desde antes del inicio de la invasión, la Liga Internacional Socialista elaboró una política integral que respondió a todos los debates en curso:
La amenaza de Putin
El carácter pro-OTAN del gobierno de Zelensky
El rol hipócrita de la OTAN, facilitador de la ofensiva de Putin
El conflicto con las regiones del sureste del país
Nuestro llamado, desde el principio, a poner en pie un movimiento internacional que rechace la invasión, que apoye al pueblo de Ucrania, que desenmascare a la OTAN y que levante una posición independiente, revolucionaria e internacionalista. Tenemos el orgullo de contar con valientes dirigentes obreros y militantes en Ucrania, en Bielorrusia y en Rusia, que levantan de un lado y otro de las fronteras nacionales las mismas banderas del internacionalismo militante. Nuestras camaradas en Bielorrusia estuvieron en la primera línea de la rebelión contra Lukashenko, en cuya salvaje represión colaboró Putin. En Rusia, el activismo de la LIS promueve protestas contra su propio gobierno imperialista, incluso sufriendo la cárcel por esa coherencia. Y en todo el mundo impulsamos acciones unitarias a embajadas y consulados, promoviendo en sindicatos, centros de estudiantes y movimientos sociales la movilización por estas causas. Este es el sentido concreto del internacionalismo que practicamos desde la LIS, y
el MST, su sección argentina.