El pedido de condena de 12 años e inhabilitación para cargos públicos a Cristina Fernández de Kirchner, realizado por el fiscal Diego Luciani en torno a la llamada causa “Vialidad”, visibiliza varios hechos a la vez. Por un lado el rol nefasto de un poder judicial capitalista que se mueve por intereses económicos y políticos de sectores del poder, en este caso ligados al macrismo y sus voceros mediáticos. A la vez el tema vuelve a traer a debate la nociva relación entre los gobiernos capitalistas desde el Estado y todo el andamiaje de corrupción que siempre ha rodeado a la obra pública y demás negocios del poder político de turno. Finalmente, reabre debates sobre cómo creemos que se puede llegar a la verdad e investigando a quiénes, y con qué proyecto político terminar con estos flagelos sistémicos.
Escribe: Sergio García
En primer lugar, como anticapita-listas y socialistas, tenemos claro que esta justicia no representa la búsqueda de la verdad, sino que actúa, fiel a sus intereses políticos y de clase, en función de las necesidades políticas del sector burgués que le es más afín, en este caso, el arco político del macrismo. La misma justicia que mira para otro lado ante toda una serie de negociados y fraudes millonarios a la Nación, como la permanente fuga de divisas entre bancos y corporaciones capitalistas, o la estafa del último acuerdo entre Macri y el FMI, ahora se dedica a “investigar” hechos de corrupción solo alrededor de la figura de Cristina Fernández de Kirchner. En ese sentido, hay una notoria capacidad judicial para elegir política y conscientemente a quién investigar y a quién no, con un sesgo de persecución política en danza, por lo cual hasta que no se avance con una investigación independiente a fondo, no vamos a avalar ninguna condena ni inhabilitación.
Es la misma justicia de clase, capitalista y millonaria, repleta de privilegios de por vida que el poder político que defiende les da, para que precisamente actúen cuando hace falta, a su favor. Como siempre, depende el momento y los personajes en cuestión, actúa más en favor de algún sector que de otro, como se percibe claramente en este caso, donde medios masivos nacionales y opositores transmiten en directo los alegatos de la fiscalía y esa misma justicia le niega a CFK el derecho a ampliar su declaración.
A la vez la propia CFK y todo el Frente de Todos no pueden criticar este accionar como si no tuvieran ninguna responsabilidad, porque la tienen y es mucha. Esta justicia, este régimen judicial atado al poder político y privilegiado, es propuesto y defendido por todos los actores políticos del sistema capitalista, desde Juntos por el Cambio al peronismo, todos mantienen el modelo judicial actual, antidemocrático y dependiente del poder político, y hoy, uno de los sectores políticos en cuestión, paga las consecuencias y otro las aprovecha. En momentos de crisis político-judiciales como este, es bueno recordar que solo desde la izquierda proponemos y defendemos otro régimen judicial, donde los jueces y fiscales sean elegidos por el voto popular, sean revocables y no tengan privilegios salariales, jubilatorios e impositivos, como es en la actualidad.
La corrupción y el Estado capitalista
A la vez denunciar el rol nefasto de este modelo judicial no nos impide criticar también el rol de los gobiernos capitalistas en general y peronistas en particular, que siempre han sido un festival de negociados de corrupción que es imposible ocultar. No le damos el derecho a esta justicia de clase, con doble moral, de hacer un show político-mediático contra una figura a la cual se oponen. Pero sí le damos el derecho a millones de trabajadores y a la población de saber realmente qué se hizo durante los últimos gobiernos en relación a la obra pública y otros emprendimientos estatales.
Queremos decir con esto que no compartimos el relato que hoy CFK hizo por cadena nacional. Donde criticó con dureza y elementos de razón evidentes, a la justicia y a sus naves insignias mediáticas, pero intentó a la vez demostrar que nada tiene que ver con los hechos de corrupción existentes. Cuando salta a la vista de todos desde hace mucho, y no por lo que digan ahora fiscales acomodados, que durante sus gobiernos hubo una relación intrínseca entre empresarios amigos, funcionarios del Estado y millonarios fondos estatales.
Pretender ignorar que la corrupción desde el Estado fue parte de la lógica de sus gobiernos está por fuera de la realidad. Tanto como si alguien del PRO quisiera demostrar que bajo Macri en la presidencia o bajo Larreta en CABA no hubo corrupción estatal, cuando hubo y hay negociados y denuncias permanentes, que la absoluta mayoría de las veces la misma justicia desestima y no investiga por sus lazos políticos con el poder. Ninguno de quienes nos han gobernados las últimas décadas, está por fuera de un entramado mafioso desde el Estado con el cual se han enriquecido los Manzano, los Báez, los Caputto y tantos otros empresarios amigos del poder de turno.
La derecha, las derechas, los ajustes
A la vez, aún comprendiendo el sentimiento de miles de querer defender a su líder política ante lo que consideran una injusticia, no compartimos la visión que se ha comenzado a dar desde el aparato político oficialista, de que esto sucede por culpa de un golpe de la derecha y sus pretendidos ajustes, lo cual oficia como intento de tapar el país real de ajuste permanente que estamos viviendo.
Porque en la Argentina de este 2022, que heredó del gobierno derechista y macrista un desastre, estamos viviendo otro desastre y otra gestión que nada tiene que envidiarle a las derechas tradicionales. Es el gobierno del Frente de Todos, ahora con Massa a la cabeza y con el apoyo y aval de CFK, quien aplica un brutal ajuste en el marco de cumplir un acuerdo con el Fondo que es pura dependencia y entrega. CFK dijo hoy que “esto es un juicio al peronismo y a los gobiernos populares”. Pero, ¿en qué causa popular se encuentra un gobierno que le paga una estafa al FMI, se asocia con la Mesa de Enlace y los grandes CEO´s, recorta la asistencia social a los que menos tienen, hace que el salario pierda con la inflación y aplica fuertes tarifazos?
Vivimos una especie de campeonato por ver quién toma y aplica mejor la agenda tradicional de la derecha. La designación de Rubinstein en el área de economía y los automáticos anuncios de recortes de presupuesto y nuevos aumentos de combustible y tarifas, son tan solo un último ejemplo de este rumbo que cualquier derechista confeso envidiaría. Y no hay causa judicial, por más armada y repudiable que sea, que pueda tapar esta realidad de ajuste ni el derecho de millones a enfrentarlo en la calle.
Investigar de verdad, a todos
Volviendo a lo que decíamos al inicio de este artículo, esta justicia capitalista y privilegiada no tiene moral para inhabilitar ni para posar de defensora de las arcas del Estado, las mismas arcas de la cual se nutre jugosamente y de la cual no ejerce defensa ni investigación alguna cuando se realizan negociados internacionales en acuerdo con el poder financiero nacional y transnacional.
Por esto mismo, y porque el pueblo tiene derecho a saber toda la verdad, es que proponemos que se investiguen todas las denuncias y hechos de corrupción, tanto de los gobiernos de CFK como del gobierno de Macri, a través de la conformación de una Comisión Investigadora Independiente, compuesta por personalidades intachables, referentes de DDHH, intelectuales y otros sectores que no tengan ningún compromiso con el poder político, y con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas en cuestión. Es tan nocivo y recurrente el tema corrupción desde el Estado capitalista y sus gobiernos, que necesitamos una especie de CONADEP que visibilice todo su accionar. A la vez, si una conclusión se vuelve urgente, es que frente a tantos poderes nefastos y tanta corrupción sistémica y estructural, hace falta realzar la necesidad política de superar a los partidos tradicionales, a su régimen político, a sus programas y métodos de gestión. Este es un hecho más por el cual llamamos a fortalecer una construcción política desde la izquierda, anticapitalista y socialista, porque vamos a terminar con esta justicia injusta y con la corrupción cuando terminemos con este sistema capitalista y levantemos sobre otras bases una nueva sociedad organizada democráticamente priorizando las necesidades de las mayorías, una sociedad socialista donde las y los trabajadores gobernemos. Para ese objetivo luchamos desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad.