Las 14.000 hectáreas que el magnate inglés Joe Lewis posee en el sur de Río Negro constituyen un verdadero Estado, en este caso de la corona británica, dentro del territorio nacional Argentino. Sus propias leyes, que no respetan ninguna de las leyes argentinas que lo obligan desde hace años a abrir un camino de público acceso al Lago Escondido. Sus propios jueces que lo acompañan, fallan para él y no juzgan ninguna de sus atrocidades. Una fuerza armada parapolicial, que le responde dentro de sus tierras, pero que extiende su accionar a toda la zona de El Foyel y El Bolsón. Grandes medios de comunicación que lo presentan como un desarrollador del progreso en nuestra Patagonia. Y un gobierno provincial y otro nacional, sumisos a ese poder. Esto es lo que enfrentamos en la Séptima Marcha al Lago Escondido.
Escribe: Carlos Maradona
Para entender cómo llegamos a esto hay que remontarse al año 1996. El gobierno del Partido Justicialista, encabezado por Carlos Menem y el gobierno provincial de la UCR con Pablo Verani como gobernador, violentó las leyes argentinas y le permitieron al empresario inglés Joe Lewis, adquirir tierras en zona de frontera que incluyen al Lago Escondido. Este fue el primer paso de la instalación de un verdadero Estado con leyes y fuerzas de seguridad propias, dentro del Estado nacional. Y que se ha mantenido estos 27 años con todos los gobiernos, tanto del peronismo como del macrismo. En esta Séptima Marcha al Lago Escondido compartimos actividades, trincheras y también golpes con compañeras y compañeros de distintos sectores del peronismo. Hemos forjado con ellos una relación de camaradería y de confianza, que se reforzó al estar codo a codo enfrentando piedras, gases y palos, empujando juntos contra las rejas y resistiendo juntos a la guardia armada de Lewis. El gobierno provincial de Río Negro, a cargo actualmente de Arabela Carreras, presiona a los jueces a favor de Lewis, manda su policía a defenderlo y trabaja al servicio de ese Estado paralelo. Y también el gobierno nacional del Frente de Todos deja que Lewis actuúe dentro de este Estado inglés en nuestra Patagonia. Hay que decirlo con todas las letras: el gobierno nacional no hizo nada de nada a favor de nuestra marcha. No hizo nada que pudiera enfrentar el poder de Lewis y su enclave británico. Ni siquiera cuando la vida de las compañeras y compañeros de la columna de montaña «Juana Azurduy» estaba en riesgo, movieron un dedo. Todo se logró con la unidad y la fuerza de la marcha y de la movilización, con el enfrentamiento cara a cara a la banda paramilitar de Lewis, con la firmeza de la columna de montaña y con una decisión categórica: el Lago Escondido es argentino y lo vamos a recuperar y vamos a abrir el camino público de Tacuifí.
La reja de Tacuifí es la frontera del Estado paralelo
Durante 5 días, bajo un sol abrasador que ardía el pavimento de la ruta 40, más de 300 compañeras y compañeros nos apostamos frente a la reja del que debería ser el camino público de Tacuifí según la ley argentina, pero que tiene un cartel que ostenta el nombre de camino privado en el Estado paralelo inglés. Es defendido por una guardia armada y por la policía de Río Negro. Esa reja marca el límite de los dos Estados. Adentro rigen las leyes de Lewis y no quieren ningún tipo de injerencia. Por eso cuando hace unos meses estuvo Grabois con una amplia cobertura de prensa, lo dejaron ingresar pero por los caminos privados, lo dejaron sacarse una foto y hacer unos videos, porque no estaba en juego el camino público. Nuestra Séptima Marcha a Lago Escondido tenía un objetivo claro: abrir el camino público. Y si bien esta vez no pudimos lograrlo, sí pudimos concretar que un grupo de compañeras y compañeros ingresen a las tierras de Lewis y transiten el camino público. Por eso la brutalidad de la represión contra ellos. Porque llegaron a 200 metros de la reja, de la frontera de Lewis, pero del lado de adentro. Por eso los golpearon poniendo en riesgo sus vidas. Porque no quisieron regresar y salir por otros accesos. La Séptima Marcha logró ingresar y transitar por el camino público. Mostró que se puede. Y vamos a volver con más fuerza para abrir la reja y terminar con la frontera de Lewis, para siempre.
Hagamos de Lago Escondido una causa nacional
Dentro del Estado paralelo de Lewis hay una mansión de 2.500 m2, un centro de convenciones de 4.200 m2, un hipódromo, un kartódromo, cines, canchas de fútbol, de básquet, tenis, un establo para más de 100 caballos, etc. Un aeropuerto privado sin control del Estado nacional donde aterrizan y hacen reuniones secretas del poder, con la participación de políticos, empresarios, jueces y CEOs de los grupos mediáticos. Y ese Estado paralelo cuenta con otro aeropuerto, con una pista similar, en su largo, al Aeropuerto Jorge Newbery en la zona atlántica de Sierra Grande. Ese Estado paralelo crece y se ramifica. Ahora llegaron inversores de Qatar y de Estados árabes aliados a Inglaterra y a EEUU para seguir adquiriendo tierras, lagos y lagunas. Para seguir violentando las leyes argentinas. Detener esto es una tarea fundamental. Con esta marcha dimos un paso grande para hacer de Lago Escondido una causa nacional.
Las compañeras y compañeros de la comuna de montaña «Juana Azurduy» entraron el 28 de enero. Caminaron por la montaña durante seis días. Al ingresar al Estado paralelo de Lewis fueron hostilizados y atacados. Cuando accedieron al lago los arrinconaron en un estrecho sector de costa de piedra y durante toda la noche torturaron sus oídos con ruidos de motosierras y música ensordecedora. Les rompieron equipos y la guardia armada de Lewis intentó por todos los medios que se volvieran. Pero la fuerza y la tenacidad de la columna aguantó todas las provocaciones y a pesar del cansancio y el hambre navegaron el lago en sus kayaks y se negaron a volver. Cuando el 4 de febrero, a las 3.10 hs de la madrugada, después de esperarlos durante más de 5 horas en una ruta 40 solo iluminada por la luna y las luces de nuestros autos y micros, nos fundimos en un abrazo y bajo cantos, gritos y algunas lágrimas, juramentamos volver y abrir para siempre el camino público.
Durante varios días Lewis y Lago Escondido fueron primeras tendencias en Twitter. La lucha por la recuperación del Lago Escondido se instaló en todo el país. Los golpes y la acción de la patota armada de Lewis llegaron a todos los medios de comunicación. Y si bien desde algunos de los grandes medios intentaron distorsionar el reclamo, no lo lograron. Hoy, en todo el país y sobre todo en la Patagonia, son miles y millones los que conocen de esta verdadera atrocidad y de la existencia de este Estado paralelo de bandera inglesa. Este fue uno de los triunfos de esta Séptima Marcha. La lucha por la apertura del camino público de Tacuifí se hizo nacional. Y ahora tenemos la gran tarea de extender esta lucha a todo el país, empezando por nuestra Patagonia. Y hacer de Lago Escondido una causa nacional hasta lograrlo.
Ampliar a más sectores la unidad de acción para esta pelea. Desde el MST en el FIT Unidad vamos a seguir batallando para que todas las fuerzas del Frente de Izquierda se incorporen. Y más sectores de los movimientos sociales, sindicales y estudiantiles. Es necesario discutir las mejores formas, las mejores tácticas, pero siempre con un solo objetivo: romper esa frontera del Estado paralelo de Lewis y que todos podamos ingresar y transitar el camino público y acceder a nuestro lago.