En los últimos días, se viene calentando la campaña hacia el balotaje, la cual va a ingresar en las últimas y decisivas semanas. El marco político de esta breve campaña es el triunfo de Massa y Unión por la Patria el 22 de octubre, que sorprendió a Milei y golpeó a su fuerza política que no esperaba ese resultado. De hecho, venía de un cierre de campaña en el Movistar Arena donde el propio Milei arengó con estar ganando en primera vuelta. Nada de eso sucedió y ahora tiene que remar duro hacia el balotaje, aunque esa disputa en la que Massa aparece algo mejor ubicado siga abierta.
Escribe: Sergio García
También, al dejar los resultados de ese domingo en tercer lugar y lejos a Juntos por el Cambio, aceleró la crisis de esa fuerza de la derecha opositora que hoy navega entre insultos cruzados, anuncios de ruptura y desintegración política. Poniendo así más en crisis al régimen capitalista actual, al debilitarse al extremo una de sus patas políticas, creada hace pocos años.
Los resultados arrojaron a la vez movimientos políticos importantes. El más destacado fue el anuncio rápido de Patricia Bullrich de darle apoyo a Milei y coronar esa decisión con una visita conjunta al programa A Dos Voces. Como es de público conocimiento, fue Mauricio Macri el padrino de ese acuerdo, gestándolo en su propia casa ni bien se conocieron los resultados. Así Macri avanzó en concretar lo que políticamente creía mucho tiempo antes; que su fuerza política debía tener un acuerdo con Milei, un plan de acción más radicalizado, algo distante de la política del sector del PRO de Larreta y de gran parte de la UCR.
Contra Milei siempre y en todos lados
El ascenso electoral de Milei se fue construyendo sobre la base del desastre del gobierno actual que, entre ajuste y entrega al FMI, colaboró bastante para que surgiera una fuerza y un referente por fuera de los partidos tradicionales y con propuestas de ultraderecha. Ganándole el lugar a la otra fuerza opositora de derecha, que, en el gobierno anterior con Macri, también dejó un recuerdo muy lamentable en grandes franjas de la población.
Así este personaje se fue autocons-truyendo, ubicado a la extrema derecha, con propuestas negacionistas y antiderechos, repudiables como todo su proyecto. Pero a la vez, el haber ganado en las PASO y aparecer primero en las encuestas hacia las generales, lo llevó a una postura triunfalista y desbocada las semanas finales antes del 22 de octubre, donde desarrolló lo peor de sus ideas y de su plan económico y político. Él y sus referentes negaron la cantidad de detenidos-desparecidos, hablaron de «excesos», de privatizar ríos y el mar, de privatizar los trenes, alentaron corridas financieras, entre otras barbaridades. Motosierra en mano se creyeron habilitados a todo, y recibieron un golpazo. Sobre el final, una franja de la población se volcó a sumar un voto a favor de Massa, no por tener acuerdo con este candidato ajustador, si no como una forma de ponerle un freno a Milei. Reservas democráticas y de lucha en defensa de lo público se expresaron en parte en el voto contra tan nefasto personaje.
Ahora hacia el balotaje, dijimos en una declaración política de Cele Fierro y Alejandro Bodart en nombre de nuestro partido, que obviamente convocamos a no votar al ultradere-chista de Milei. Le estamos diciendo a millones de familias trabajadoras y a la juventud que no lo voten, para obstaculizar así su proyecto y que no llegue al gobierno. Ser militantes activos contra Milei es una tarea de primer orden.
Al mismo tiempo y precisamente porque el temor a que gane Milei es evidente, es que seguramente habrá muchos trabajadores y sectores de la juventud que voten a Massa. Muchos lo harán, como dice la frase popular, «con la nariz tapada». Ya que el referente del peronismo y del Frente Renovador representa un ala derecha notoria, de marcada amistad con la Casa Blanca y el FMI. Más allá de esa ubicación recibirá votos como un instrumento para que no gane Milei. Porque entendemos a quienes lo hagan, es decir porque comprendemos su sano deseo de frenar al libertario, es que también decidimos no llamar a votar en blanco ni hacer campaña por esa alternativa. Y lamentamos que los compañeros del PTS en su declaración sobre el balotaje no digan que no llaman a votar en blanco y sean poco claros al respecto. Ya que sería muy correcto que desde todo el Frente de Izquierda Unidad, entendiendo a quienes votarán contra Milei, no llamemos en esta oportunidad a votar en blanco.
Sin darle apoyo político a los que ajustan de la mano del Fondo
En momentos como estos, también hacemos notar que la política necesaria no es decir blanco o negro ni es rechazar con dureza algo, pero callar sobre el conjunto de problemas planteados. Es por eso que llamamos con fuerza a no votar a Milei y a la vez no llamamos a votar en blanco. Igualmente decimos con toda claridad que no le damos ningún apoyo político a Massa y como partido no lo votamos. Entendemos, como ya dijimos, a quienes sí lo votarán. Y eso no nos impide decir, advertir, que con Massa de presidente también vendrán grandes problemas para el pueblo, como ya los hay bajo el gobierno actual donde él juega un rol central.
Massa representa un plan político apegado al Fondo, a las grandes corporaciones, a la más podrida burocracia sindical, a los señores feudales de los PJ provinciales. A los grandes empresarios, como él mismo lo demostró estos días en su visita a un evento de la Unión Industrial argentina (UIA), donde los convocó a integrar el gobierno con estas palabras: «Los invité a participar de un gobierno de unidad nacional, no solo a participar de mesas de diálogo sino a participar activamente como funcionarios, tomando decisiones, participando del gobierno». Tan clara es la propuesta, que el sitio web oficialista Página 12 expresó sin dudar en el título de su nota sobre el evento lo siguiente: «Sergio Massa y un encuentro con industriales para darle forma al gobierno de unidad nacional». A esto hay que sumarle los llamados y coqueteos permanentes del massismo con gobernadores radicales como el ajustador y represor Gerardo Morales de Jujuy, que viene de declarar «voy a hacer lo que haga falta para que pierda Milei», un claro gesto político al candidato de Unión por la Patria. Lo que surge evidente es que Massa aplica y propone un plan económico y político muy diferente al que defendemos desde la izquierda. Por lo cual no encontrará de nosotros ningún apoyo político. Ni antes ni después del balotaje.
Además, tampoco es verdad el planteo de dirigentes del peronismo que quieren presionar a quienes critican a Massa por su ajuste, diciendo que esto es «Milei o democracia». Sabemos bien quien es Milei: un ultraderechista enemigo de los trabajadores y el pueblo, que igualmente no llega a ser un proyecto fascista. Menos ahora junto al macrismo, que le aporta otra visión también ubicada a derecha, pero no un proyecto facho. Milei es un peligro grande que llamamos a no votar y a enfrentar en todos los planos, pero no llega a ese nivel. Y a la vez tampoco el PJ es el paladín de la democracia. Es en realidad el administrador y garante de un régimen capitalista que dista mucho de ser realmente democrático. Un régimen que decide entre pocos políticos y funcionarios los grandes temas nacionales, como entregar el país al FMI por largos años o facilitar la extracción de recursos y la destrucción ambiental por parte de grandes corporaciones. Un régimen que no garantiza el derecho democrático al trabajo digno de millones ni la alimentación de una parte importante de la población. No hacen falta campañas falaces de tinte electoralista para forzar el voto, sino jugarse por un proyecto político que luche por otra forma de democracia, que sea real, donde las y los trabajadores gobernemos y no haya políticos ni jueces privilegiados que se enriquecen mientras deciden, sin consultar a nadie, nuestro destino como país.
Fortalecer al Frente de Izquierda para lo que viene
Quedan pocas semanas para el balotaje y tenemos una posición clara al respecto. Una política integral que volvemos a poner a disposición de un debate en el FIT Unidad, para intentar explorar una posición común de nuestro frente.
A la vez, precisamente por la crisis económica y social profunda que atraviesa nuestro país y las perspectivas de mayor ajuste y dependencia al Fondo, política que solo pasa con represión, es que la tarea esencial que tenemos por delante es fortalecer al Frente de Izquierda, como único sector político que en verdad defienda los intereses de las y los trabajadores y la juventud. Es el único con un programa alternativo, de ruptura con el FMI, nacionalización de la banca y el comercio exterior y priorizando las necesidades sociales de las mayorías atacando los intereses de los que más tienen.
No hay que perder de vista que del balance de estas elecciones surge que el FIT-U es un actor político importante y a la vez que todavía es limitada su influencia política. Y para dar un salto hay que terminar con el modelo de frente electoral, hay que evitar hegemonismos, hay que convocar a miles y poner el frente a organizar las luchas cotidianas, dándole también un funcionamiento real, semanal y de intento de actuar en común en todos los planos. No hacer eso, es decir, no animarse a cambiar y mejorar, es una traba para las tareas de la izquierda anticapita-lista y socialista. Desde el MST en el FIT Unidad aportamos al frente también esta visión política y convocamos a nuestros simpatizantes y votantes a fortalecer este camino con más participación y organización en cada lugar de trabajo, de estudio y en cada barrio popular del país. Convocando a miles de trabajadores y jóvenes a prepararnos con fuerza para lo que viene.
El FIT-U y el balotaje. ¿Por qué no hay una posición común?
Lamentablemente nuestro frente no tiene una posición unificada ante el balotaje del 19 de noviembre, lo cual hubiera sido claramente lo mejor para intervenir más fuerte en este debate político nacional, que ameritaba salir con fuerza y en unidad desde la izquierda.
En nuestra opinión, se plasman en el hecho de no lograr acuerdo, obviamente diferencias políticas sobre como pararnos ante el balotaje. Y a la vez se confirman los límites que el frente tiene, al no tener, como venimos marcando hace tiempo, un funcionamiento común y unificado, abierto a la participación de miles, que permita debatir colectivamente y más a fondo todo para luego decidir lo mejor.
Breve repaso de nuestra posición
En el plano político, ya hemos escrito nuestra posi-ción en sendos artí-culos y declaraciones, el 27 de octubre primero y luego en un texto complementario el 2 de noviembre. Y como decíamos allí, seguimos creyendo que la mejor ubicación política para la izquierda anticapitalista y socialista nucleada en el FIT Unidad es participar del debate hacia el balotaje partiendo de convocar a la población trabajadora y a la juventud a no votar a Milei. Es decir, aparecer con fuerza como un frente militante contra el proyecto de los libertarios aliados ahora con Macri y Bullrich. Desplegando una dura crítica a ese proyecto de ultraderecha como parte del llamado a que no se los vote.
A la vez, precisamente por esta tarea política combinada con el hecho entendible que miles votarán por Massa no por apoyarlo en sí, si no para que no gane Milei, es que creemos correcto no llamar a votar en blanco y no hacer campaña por esa política que creemos equivocada en esta disputa. Nuestro frente no puede hacer un llamado a votar en blanco obstaculizando la justa necesidad que sentirán de millones de trabajadores y sectores populares de frenar a Milei.
Y desde esta ubicación política que consideramos muy necesaria, a la vez el FIT Unidad no tiene que darle apoyo político a Massa y su proyecto, que se va ubicando cada vez más a derecha, ni puede votarlo tampoco. Hay que alertar también a la población de todo lo malo que este proyecto de ajuste y FMI representa en el presente y a futuro, y su propuesta de gobierno de unidad nacional es para fortalecer sus tareas ajustadoras.
Errores políticos unilaterales que no ayudan
Como decíamos al inicio de esta nota, lamentablemente no hay una comprensión común de estas tareas y sí posiciones unilaterales que debilitan la intervención de nuestro frente. En un artículo anterior, marcábamos por ejemplo el error de los compañeros del PTS que en su declaración del 30 de octubre, si bien convocan correctamente a no votar a Milei, no dijeron que no llamaban a votar en blanco, con lo cual confunden e indirectamente ponen casi al mismo nivel a los dos candidatos. Teniendo en la compañera Myriam Bregman la figura del frente que viene de ser candidata a presidenta, hubiera sido positivo que ella dijera con claridad que el FITU no llama a votar en blanco, pero no lo hizo al igual que la declaración de su partido.
Luego de esto vino la declaración de la Conferencia de los compañeros de PO del 4 de noviembre, que profundizan en ese error, llevándolo a un plano mayor, ya que surgió de allí una posición que iguala lo que a todas luces es diferente y conduce al llamado al voto en blanco en los hechos. Porque está muy claro que ambos candidatos son patronales y aplicarán de ganar un fuerte ajuste atado al FMI. Pero somos socialistas, dialécticos, por eso vemos que eso que tienen en común no elimina lo que tienen de diferente como proyecto si no que es un proceso combinado, donde las diferencias no pueden ignorarse para definir una política. Y está claro que en lo que proponen en concreto frente a temas muy sensibles del pasado y del presente, y en la percepción que millones de trabajadores tienen de este balotaje, Milei expresa una variante más radicalizada a derecha, que lógicamente tiene que rechazarse como una primera tarea prioritaria sin minimizarla.
Izquierda Socialista le capitula a Massa
Finalmente, el 7 de noviembre, Izquierda Socialista luego de un largo silencio y evidentemente mucho debate interno, anunció su apoyo político-electoral a Sergio Massa, expresando una posición muy equivocada y de capitulación política a quien en los últimos días se abrazó a la DAIA, defendió al Estado genocida de Israel contra el pueblo palestino, prometió un ministro de economía de la oposición y recientemente en Córdoba, a la búsqueda de los votos de Schiaretti, propuso bajarle las retenciones a los líderes del agronegocio y los grandes sojeros.
Para hacer pasar esa política ahora IS dice que Milei es fascista, necesitó dar ese salto en la caracterización para esconder su error político. Ni ellos ni el FIT-U nunca habíamos definido así a los libertarios, ya que el fascismo es un concepto que expresa un proyecto mucho más desarrollado a lo que ellos expresan y a lo que pueden. Nosotros siempre dijimos lo que son en realidad: un proyecto de ultraderecha, que ahora, aliado a Macri y con este codirigiendo su campaña, trata de aparecer incluso más moderado en varios temas, para ganar apoyo burgués y de una parte de la población. Si IS quería cederle al candidato del gobierno no hacía falta forzar la realidad. Pero lo hace para que no quede en evidencia que acaba de perder independencia política frente a un candidato amigo y servidor de la Casa Blanca, debilitando al FIT-U en esa decisión que tomó en soledad y que es muy minoritaria dentro del frente.
De nuestra parte seguiremos convocando a la población a rechazar a Milei, a no votarlo y a enfrentarlo de todas las formas posibles. No llamaremos a votar en blanco entendiendo la situación y a quienes desde la clase trabajadora y la juventud votarán para derrotarlo. Y no le daremos apoyo político a Massa en ninguna forma. Se viene después del balotaje tiempos complejos, de mayor tensión social y política. Para ese país nos preparamos con fuerza. En el cual la izquierda tiene que fortalecerse, porque vienen grandes ajustes y ataques a derechos y vienen nuevas y grandes luchas sociales que impulsaremos y ayudaremos a organizar. El Frente de Izquierda que hace falta es mucho mejor que el actual. Ese desafío de hacerlo más grande, más fuerte y más convocante sigue planteado. Y vamos a seguir peleando, desde la unidad de la izquierda conquistada, por esos cambios profundos que necesita.