Se termina una gestión desastrosa para la clase trabajadora en la Ciudad, la de Horacio Rodríguez Larreta. Jorge Macri asume diciendo que su gestión es un «nuevo punto de partida», sin embargo, no solo entre sus funcionarios hay continuidad con lo anterior, a la vez dos ejes cruzarán a esta nueva gestión: el punitivismo y el apoyo incondicional al sector privado.
Escribe: Leo Rando
Para entender lo calamitoso que fue el gobierno de Larreta hace falta tomar algunos números que muestran la desigualdad de la Ciudad más rica del país. A mediados de este año la pobreza alcanzaba al 27% de la población (830.000 personas) con 103 mil nuevos pobres el último año. La indigencia está en el orden del 10,2% (315.000 porteños).
El impuestazo es una de las marcas registradas de su gestión. Larreta fue quien creó el impuesto a las compras con tarjetas de crédito y débito y aumentó, por inflación o por encima de ese índice, el A.B.L., patentes, VTV, multas, peajes de autopistas, boleto de subte y estacionamiento.
En materia de salud en los hospitales públicos faltan insumos, se cierran guardias, la infraestructura de los edificios se deteriora y el personal está precarizado con salarios paupérrimos, sin refrigerios en los Cesac y a la enfermería, instrumentadoras y lic. en diagnóstico, no se las reconoce desde hace años dentro de la carrera profesional en la Ley 60.035, como viene reclamando la ALE (Asociación de Licenciados en Enfermería).
En cuanto a la educación, no cumplió con la promesa de construir cien escuelas en toda su gestión y recortó el presupuesto del Ministerio de Educación porteño un 19,5% en sus 8 años (sin contar que una parte importante va a subsidios de escuelas privadas y confesionales). Hay una falta de vacantes en jardines infantiles, el deterioro edilicio producto del recorte presupuestario en la infraestructura escolar del 57% en los últimos 4 años es evidente. También lo es el ataque y la persecución a la docencia pagando bajos salarios, sancionando a quienes hacían paros y denigrando su vocación constantemente.
Larreta es el primer jefe de gobierno desde 1996 que no licitó un solo kilómetro de subte. No llevó adelante una política de vivienda y el espacio verde lo reventó para hacer negocios inmobiliarios para sus amigos.
La ciudad que se viene
En sus discursos tanto en la Legislatura como en la Usina del Arte dejó entrever lo que será su gestión. Agradeció a sus predecesores, Mauricio, su primo, y a Larreta por los «16 años de transformaciones excepcionales». También dejó en claro que la Argentina vive momentos de angustia e incertidumbre, pero que con Milei empieza un nuevo ciclo, haciendo referencia a su relación con el Presidente. Para que no queden dudas sentenció: «Compartimos ideas con Milei: una política más austera, sin privilegios, ocupada en solucionar los problemas de la gente». Además agregó que hace falta recuperar el sentido de autoridad y ejemplaridad, del esfuerzo y premio al mérito.
Dos ejes claros que tendrá su gobierno serán la «seguridad» y el apoyo a los empresarios. En materia de seguridad remarcó que es fundamental recuperar el orden público: «La ciudad necesita decirle basta al caos, a los piquetes. Por suerte, además de tener un Presidente comprometido en ese sentido, la vamos a tener a Patricia en el Ministerio de Seguridad». Y completó su idea: «Creemos en la libertad de manifestarse pero también creemos en la libertad de trabajar, estudiar, emprender, circular o ser libres en la calle sin nadie que nos marque una agenda que nos límite. Espero que podamos acordar un mínimo básico: niños en las marchas no». Toda una declaración de guerra.
En cuanto al sector privado fue tajante: «lo más importante que tiene el país y que tiene que recuperar es al privado: que emprende, que crea, que desarrolla y que genera empleo. El emprendedor de la Ciudad de Buenos Aires tiene que saber que nos va a tener de su lado, como hasta ahora y más». Para esto Jorge Macri hizo referencia a la necesidad de recuperar autonomía. En esa agenda busca recuperar el control de la terminal de Retiro, la gestión del puerto y el objetivo de la creación de un fuero laboral propio. Aclaró que: «El capital de nadie va a ser puesto en riesgo y por eso necesitamos un fuero laboral propio» e hizo referencia a la recuperación de la coparticipación para llevar adelante estos desafíos: «Estoy convencido que Milei le va a devolver a los porteños lo que les corresponde».
Fin de la escribanía. ¿Nace el pacto PRO-Lousteau-Marra?
Para hacer pasar estas medidas en la Legislatura Macri debe rediscutir el marco de alianzas. Por eso se lo notó tan agradecido con sus nuevos socios en ambos discursos. Una muestra de esto es la conformación de su gabinete. Si bien siguen funcionarios como el principal enemigo de la enfermería, Fernan Quiroz, al frente del Ministerio de Salud, el reparto de ministerios, secretarías y cargos a cambio de votos avanza con las distintas fuerzas patronales. También existe un claro acuerdo privilegiado con el sector de la Libertad Avanza: el apoyo al acto negacionista de Villaruel dentro del recinto fue un anticipo.
En su presentación nombró a la Legislatura como: «la casa de los acuerdos». Y como el ajuste no pasa sin represión, el presupuesto aprobado con el apoyo del bloque de la UCR, contempla un recorte en las áreas más importantes como Salud y Educación y un crecimiento en Seguridad. Además, subrayó que hay que apoyar a la Policía de la Ciudad «que es una de las más profesionales» (la primera fuerza que está implicada judicialmente de cometer un crimen racial como el de Lucas Gonzales o que fue la responsable de la muerte de Facundo Molares)
Fortalezcamos una alternativa
El PJ lejos de posicionarse como una oposición consecuente para enfrentar al Macrismo, como decía en campaña, en pos de garantizar acuerdos y cargos se bajó del ballotage. Ante los anuncios hechos por el actual Jefe de Gobierno y el recorte presupuestario no han dicho nada como fuerza política y en los gremios donde son conducción no han enfrentado el ajuste. El PJ no ha sido oposición al Macrismo en la Ciudad en 16 años. De hecho el pacto PRO-K en la Legislatura denunciado por Alejandro Bodart en su momento, cuando no tenían mayoría, le abrió el camino a Mauricio Macri para llegar a ser presidente. El PJ no es opción para enfrentar lo que se viene.
La fuerza que sí lo va enfrentar es la de nuestra corriente el MST en el FITU que luego de un importante desempeño de nuestra compañera Legisladora Vanesa Gagliardi y que tendrá continuidad con nuestra Diputada actual Cele Fierro que ya marcó la cancha con su compromiso público: «En el diccionario de esta nueva versión del macrismo no existen salud, educación ni vivienda o alquiler justo. Evidentemente elige un camino de polarización. Nosotros estamos en la vereda de enfrente de Macri: para nosotras lo público, el salario de los municipales, de las enfermeras y de la docencia es lo fundamental y no la rentabilidad empresarial».