El anuncio de la firma del acuerdo por parte de YPF con la multinacional de origen yanqui provocó un verdadero tembladeral político en el gobierno kirchnerista. No es para menos: después de la tan promocionada «estatización» de YPF que prometía soberanía antiimperialista, la decisión que el gobierno nacional acaba de tomar confirma toda una orientación estratégica en el fin de ciclo K: la consolidación noventista de un perfil productivo de saqueo y contaminación.

Primero lo primero para analizar las implicancias de ese acuerdo. Los aspectos centrales de este contrato de entrega leonina al saqueo de nuestros recursos se pueden sintetizar perfectamente:

• A cambio de explotar el yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén, Chevrón no pagará retenciones a la exportación y podrá importar equipos con arancel cero
• Tampoco estará obligado a liquidar en Argentina los dólares obtenidos al concretar la operación de venta de nuestro petróleo y quedará habilitado para remitir dividendos a su casa matriz casi sin limitaciones
• Se le garantiza un eventual precio interno igual al internacional
• La concesión de áreas hidrocarburíferas es por 25 años y prorrogable por 10 años más
• Se arrasa con los derechos de los pueblos originarios y mediante el fracking se provoca un daño irreparable al ambiente

¿Quién es Chevron?

Chevron es una empresa petrolera estadounidense consti-tuída en 1911 en California, tras la disolución del trust Standard Oil, bajo el nombre de Standard Oil of California. Durante décadas John D. Rockefeller llevó la Standard Oil a ser la compañía más grande del mundo por mucho tiempo. Dispone de yacimientos petrolíferos y de gas natural, refinerías de petróleo y buques petroleros. Tiene un volumen de ventas enorme -27.342 millones de dólares- y cerca de 40.000 trabajadores.
Cabe recordar que esta empresa fue expulsada de Ecuador y multada en 19.000 millones de dólares por los graves perjuicios ambientales causados en ese país hermano.
Con semejante marco, no podemos dejar de expresar que rebautizar como Área Mosconi a Vaca Muerta constituye una verdadera afrenta a aquel defensor del petróleo nacional, enemigo histórico de la Standard Oil, hoy Chevron.

El fracking contamina y mata

La Explotación No Convencional de Hidrocarburos se va a realizar, como ha sido confirmado públicamente por los funcionarios del gobierno nacional a través de la técnica de Fractura Hidráulica o fracking. Existen diversos estudios que afirman que esta técnica de explotación es sumamente peligrosa y contamina las aguas y el ambiente en general. Existen investigaciones muy sólidas en el ámbito científico que prueban la peligrosidad de este método de explotación de petróleo y gas – por ejemplo, la Universidad de Cornell, EE.UU. En varios países y regiones del mundo se ha prohibido esta técnica.
Francia ha sido el primer país en prohibir el fracking basándose en la Carta del Medio Ambiente del 2004. La negativa tiene fecha 13/7/2011 y permanecerá vigente hasta tener mayor información respecto de los riesgos de contaminación y de la liberación de sustancias radiactivas. El 14/6/2012, Bulgaria se sumó a la prohibición del fracking.
La Agencia de Protección Ambiental de EE:UU. asocia el fracking a la contaminación de las aguas de Wyoming. Otros estados de EE.UU., en el 2012, también prohibieron este sistema extractivo. En Australia, el estado de Nueva Gales del Sur en el 2011 se declaró libre de fracking.
La República de Sudáfrica, durante el 2011, suspendió la licencia por fracking en la región del Karoo. Quebec en Canadá suspendió estas perforaciones en 2011. También en el 2011 el cantón Friburgo de Suiza suspendió el fracking. La ciudad de Valle de Mena en Burgos, España, se declaró el 5 de julio de 2012, ciudad libre de fracking».

La estatización trucha de YPF preparaba esta entrega

Cuando en su momento se debatió la expropiación del 51 % de las acciones de YPF en manos de REPSOL, sentamos posición a favor de la estatización del 100 % con control social y de sus trabajadores. Y asimismo en aquel momento advertimos que «compartiendo con nuestro pueblo que Repsol tiene que irse, creemos que la medida del gobierno es parcial y a su vez equivocadamente mantiene a YPF como una sociedad anónima (…) Por lo tanto se explicitaba que no se pretendía crear una empresa estatal sino preparar la apertura a inversiones de capital extranjero para su explotación. Esto que el kirchnerismo duro negaba en su momento y utilizó para venderse antiimperialista, hoy desnuda el absoluto doble discurso de un proyecto político que se agota y transita su ciclo decadente. Por entonces, citábamos a un general nacionalista al que ahora se utiliza para maquillar la entrega de Vaca Muerta poniéndole su nombre -Enrique Mosconi- al yacimiento del saqueo, que esto decía en 1928 en relación a la coexistencia de lo estatal y el capital privado:»No queda otro camino que el monopolio del Estado pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración, el transporte y el comercio […] sin monopolio del petróleo es difícil, diré más, es imposible para un organismo del Estado vencer en la lucha comercial las organizaciones del capital privado». Y en su libro El petróleo argentino y la ruptura de los trusts petrolíferos inglés y norteamericano, el 1º de agosto de 1929, lo reafirmaba aun más claramente: «Dos organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan intereses antagónicos, destinados a vivir en una lucha de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la organización estatista. Para asegurar para nuestro país la riqueza petrolera debe encararse a fondo la cuestión, siendo ello imposible de lograr mientras el Estado no monopolice íntegramente la explotación de sus yacimientos».
Por todo lo dicho, cuando se trató este proyecto de ley en el congreso y Lozano y Pino Solanas avalaron el proyecto K, nuestra ubicación política fue construir una posición independiente como la que tuvimos en la legislatura de CABA con el proyecto de declaración presentado por nuestro diputado Alejandro Bodart. (www.alejandrobodart.com.ar)

Mariano Rosa

Por una política de soberanía antiimperialista

Frente a la hipocresía política de la derecha reaccionaria que ahora dice estar «en contra de la entrega a Chevron» y que en realidad quisiera noventismo hidro-carburífero integral -y no solo con Chevron- desde el MST reafirmamos nuestra posición categórica. Primero, exigiendo la anulación del acuerdo con la multinacional yanqui y en segundo lugar, avanzando en una política de salida global expropiando el 100% de las acciones de YPF S.A. para de ese modo recuperarla como una empresa estatal, estableciendo a la vez que funcione bajo control público y de sus trabajadores. También planteamos la necesidad de avanzar con la rescisión de los contratos en manos de las otras corporaciones multinacionales, que controlan nada menos que los dos tercios de la explotación del petróleo y gas en nuestro país. Así y solamente así se podrá transitar el camino de la soberanía energética y una orientación independiente de nuestro país.