La extrema pobreza golpea a 1.200.000 paraguayos, hay un 25% de desnutridos, 64% de excluidos de la educación, 165.000 desempleados, 702.000 subempleados, y una sangrienta represión a las luchas sociales con la actuación de bandas de sicarios al servicio de las grandes patronales del campo. El salario mínimo es de 1.200.000 guaraníes, equivalentes a $3000, pero que en realidad se ha transformado en el salario máximo.
Todo esto y más componen el cuadro de una situación explosiva cuyo primer gran acto fue la Huelga General del 26 de Marzo. Era tanto el entusiasmo de la vanguardia y el movimiento de masas por este hito histórico en Paraguay que en varias ciudades se convocaron actividades previas a la Huelga, donde asistieron miles de personas. Por ejemplo, en Asunción, se realizó un festival donde participaron 40 bandas musicales de primera línea.
Al llegar a las 00hs del día 26, en todos estos eventos se dio por iniciada la Huelga General, en medio del júbilo de los presentes, acompañando con piquetes, corte de rutas y la movilización de miles de campesinos del interior del país hacia Asunción. Era tanta la energía en el aire y la fuerza combativa que se mantuvo la vigilia hasta la madrugada, muchos permanecieron despiertos en los piquetes, el resto a las 7 hs ya estaba formando las columnas para comenzar la movilización.
En cada localidad se repetía el mismo ritual: columnas formadas en los cuatros puntos cardinales, marchaban para confluir en las plazas centrales de cada ciudad. Se trataba de ciudades tomadas por la clase obrera y el movimiento de masas.
El rol de la clase obrera
Hay un hecho nuevo en Paraguay, absolutamente cualitativo: la entrada en escena del movimiento obrero que modifica el mapa político y el mapa de los conflictos. A pesar de ser un país mayoritariamente campesino, la entrada en acción de la clase obrera fue impresionante ya que logró la unidad en la lucha de los obreros, los campesinos y los estudiantes. Una clase obrera que se posiciona como dirección del conjunto del movimiento de masas. Se ubica en el lugar que le corresponde. Pararon las fábricas, el aparato del Estado, los comercios, los medios de transporte. Universidades y Colegios bloqueados por los estudiantes. El sector campesino movilizado en su totalidad, reclamando la reforma agraria.
Este es el hecho de los hechos, la dirección obrera fue la gran protagonista de esta jornada, con sus siete centrales unidas, y con los principales dirigentes a la cabeza. Recorrieron cada campo, cada facultad, para explicar y convencer a los campesinos y estudiantes de la importancia de la unidad para garantizar una gran Huelga. Y así fue.
La reacción del gobierno
El gobierno y la burguesía intimidaron a los trabajadores con la amenaza de despidos masivos. A la población en general, la intentaron amedrentar con el discurso de que los huelguistas y los manifestantes iban a generar desmanes y actos vandálicos. Se intentó quebrar la unidad de las centrales sindicales con aumentos salariales por sector. Dos semanas antes de la Huelga General, dos matones asesinaron a Eusebio Torres, referente campesino mientras tomaba terere, bajo un árbol del patio de su casa.
A pesar de todo esto, no lograron el objetivo buscado: no pudieron quitar fuerza ni desarmar la Huelga. El mismo día por la mañana el gobierno llamó a negociar, en una mesa de diálogo, reconociendo la enorme magnitud de la Huelga General y la movilización en todo el país.
La perspectiva
Estamos viendo un nuevo escenario político en Paraguay. Hay luchas en todos los sectores sociales, que comparten una consigna: No al APP (Alianza Público-Privada), es decir una política de privatizaciones al mejor estilo Menem 90. Achicar el Estado, disminuir la inversión pública, privatizar la educación y la salud, entregar las tierras que restan a los grandes propietarios brasileños y algunos burgueses paraguayos, fomentar el ingreso de capitales imperialistas, llevar adelante el régimen de la maquila y una desforestación sin límites.
Evidentemente la dinámica es hacia más luchas, más piquetes, más tomas de universidades y colegios, más huelgas generales. A su vez, está surgiendo una enorme y fuerte vanguardia proletaria estudiantil. La conciencia de estos sectores ha cambiado. Descreen de todas las instituciones burguesas, y se declaran independientes. Es claro que están en búsqueda de una nueva dirección que canalice todos estos reclamos y se ponga a la cabeza de las luchas. Paraguay entró con fuerza al ritmo latinoamericano.
- ¡Viva la Huelga General!
- ¡Viva la unidad
- obrero-campesino-estudiantil!
- ¡Abajo la Alianza Público-Privada!
Alfredo Miñarro (Desde Paraguay, donde llevó el apoyo del MST)