El domingo 15/6, día del padre y en medio del debut de Argentina en el Mundial, fue el día elegido por la patronal negrera y explotadora de PATY-Quickfood/BRF para comunicar a sus 250 trabajadores que la empresa iba a cerrar y trasladar toda su producción a San Jorge, provincia de Santa Fe. La empresa nunca había presentado un preventivo de crisis y todos sabemos que sus ganancias en los últimos años han sido fabulosas. Con esta medida PATY se suma a los casi 20.000 trabajadores que han sido despedidos de la industria de la carne en los últimos 3 años. Los trabajadores y su comisión interna se presentaron en la fábrica el lunes 16, y ya había un numeroso despliegue de seguridad privada adentro. En asamblea, los trabajadores decidieron ingresar a la planta y ocuparla, en defensa de su fuente de trabajo. Llamaron a todas las organizaciones obreras, sociales y de derechos humanos a acompañarlos, llamaron también al Sindicato Capital de la Carne que conduce Molina y a la Federación Nacional que conduce Fantini a que convoquen a una Asamblea General de todo el gremio en PATY y al paro de todos los frigoríficos. Mientras tanto, la empresa no envió un solo telegrama de despido, sólo notas con nombres y horarios para que los obreros vayan a “arreglar” la “indemnización” en las oficinas de un Pettit Hotel de Martínez donde apretaban y obligaban a los compañeros para que arreglen.
La justicia y un ejército represivo contra los obreros y sus familias
El martes 17, la justicia y las fuerzas represivas de la bonaerense, actuaron conjuntamente para desalojar la planta. Más de 700 efectivos de policía e infantería rodearon las 4 entradas a la fábrica, cerraron las accesos por la colectora de Panamericana y efectivos de varios municipios, gendarmería, el Grupo Halcón, el GEO, la Brigada Antiexplosivos y los Bomberos, con carros de asalto, hidrantes, colectivos, ambulancias de emergencias especiales y helicópteros rodeando y sobrevolando la planta. El lugar se había transformado en zona de guerra contra los trabajadores y los que estábamos apoyándolos afuera.
El grupo de unos 30 obreros, con algunas esposas e hijos, votaron retirarse de la planta, entre abrazos y llantos de rabia, bronca e impotencia. ¡Todas las fuerzas de seguridad al servicio de reprimir a los trabajadores!
Hay un camino: la estatización de PATY y ponerlo en función social
La patronal ofreció indemnizaciones y “gratificaciones” especiales a los compañeros que logró convencer. Mientras desarrollaba un brutal lock-out patronal contra los obreros de PATY. A los compañeros que “no arreglaron” les proponen que sigan cobrando el salario sin prestación laboral. Pero los obreros exigen la reincorporación de los 250 trabajadores de la planta y que todos cobren su salario. ¡Quieren trabajar!
Y hay un camino para lograrlo. Exigir al gobierno nacional y provincial, que se estatice ya el frigorífico, que se ponga a PATY a producir al servicio de la población y no de las ganancias de los patrones negreros. Producir hamburguesas y productos de primera necesidad para los comedores escolares de la provincia, para que no falten hamburguesas en las escuelas, en los hospitales, en los comedores de los barrios populares. Confiscar a la patronal todo el dinero de sus ganancias fabulosas y expropiar la fábrica, para que los trabajadores sigan trabajando y produciendo, ahora no para los patrones, sino para el pueblo.
Exigir la estatización ya, y rodear esta lucha de solidaridad. Unificar todas las luchas contra despidos, suspensiones y cierres, preparar un gran corte de la Panamericana para volver a instalar la lucha, seguir exigiendo el paro del gremio de la carne y que la CGT y la CTA tomen la bandera de la lucha de PATY y se comprometan en esta lucha, no solo con declaraciones. En el acto realizado el 23/6 frente a la fábrica, junto a una delegación de los petroleros de Las Heras, desde el MST llevamos esta propuesta, y seguiremos acompañando a los obreros de PATY en su lucha.
María Damasseno