El tablero político está más móvil que nunca. Posiblemente sea esa la dinámica de todo este año electoral, encuestas y resultados mediantes.
Es evidente que la crisis política tras la muerte del fiscal Nisman, para disgusto presidencial, ha terminado marcando la cancha. Y bastante. El gobierno jugó sus fichas al acto del #1M. Un operativo multimillonario, enmarcado en la disputa electoral.
El discurso de la presidenta dejó una serie de conclusiones que debemos analizar para prepararnos hacia adelante, porque sus palabras (y anuncios posteriores) marcan la línea con la que el kirchnerismo pretende encarar estos meses.
En ese discurso, con forma de despedida, la jefa de estado trazó un balance exitista de su gestión y la de Néstor comparándola con… los primeros gobiernos de Perón (sic). Fue prácticamente un compilado de cadenas nacionales, en el que ratificó la decisión de dirigirse exclusivamente a su base social. Por eso, desde el apartado de política internacional hasta las cuestiones domésticas buscaron pintar al sector gobernante en una pelea contra el neoliberalismo. Apelando a una tediosa pintura de doble discurso, reivindicó la utilización de los fondos de la ANSES como caja política. También el verso de los Precios cuidados. Por supuesto ocultando los problemas estructurales del país real, como la inflación, la pobreza, la destrucción socioambiental, el impuesto a las ganancias sobre el salario, Milani y las denuncias por participación en el genocidio. Nada de nada. Pareciera que la realidad de la mayoría estuviera en una dimensión paralela a la del gobierno, en otro mundo.
Junto con eso, se mostraron aspectos claves del modelo. Se felicitó al equipo económico por la negociación con los buitres y se valoró el pago de la deuda externa. También se habló del acuerdo entreguista con China. Y se aclaró que el gigante asiático es aliado de EE.UU., por lo que estos acuerdos son vistos con simpatía en el norte. Incluso cuando mencionó el tema AMIA, CFK defendió el alineamiento gubernamental con la política exterior yanqui, de acercarse o distanciarse de Irán según las necesidades geopolíticas imperiales.
Ya entrando en el terreno local, la presidenta ahuyentó temores a los de arriba. “Que los empresarios no se preocupen. No vamos a tomar ninguna medida que los perjudique. Necesitamos a los empresarios”.
Es importante inspeccionar a fondo y tomar en cuenta este ‘combo k’. Así se podrá entender cómo el mismo día que se anuncia una ‘estatización del ferrocarril’ (del dicho al hecho…), se niega rotundamente el debate por el derecho al aborto.
Para poder llegar hasta el final este plan, el gobierno ha elegido recostarse en su ‘núcleo duro’. Por eso la designación de “Wado” De Pedro como Secretario General de la Presidencia y la separación del viejo operador pejotista, el “Chueco” Mazzón, que acompañó todo este tiempo al sector gobernante y logró articular las listas oficiales con los gobernadores en cada elección. Esta tensa interna se expresó en la presentación de listas porteñas, con seis candidaturas a jefe de gobierno y dos a legisladores y comuneros en las listas oficiales y una por fuera del FPV. Y ya se deglutió a la mayoría de presidenciables K, quedando sólo Scioli y Randazzo. Seguramente cosas como estas se multiplicarán en cada localidad a lo largo de la batalla electoral.
Pero no se trata de peleas de fondo, por el rumbo del país o los cambios necesarios para terminar con la dependencia. Son tironeos lisos y llanos por el poder. Negocios, contratos, cargos, lugares en las listas. Los problemas del pueblo trabajador están fuera de la mira de quienes nos gobiernan.
Respetamos a quienes honestamente han apoyado al kirchnerismo, viéndolo como un vehículo progresista para transformar en el país. Pero hay que saber que, más allá de estas peleas, el candidato a continuar el proyecto sea Scioli o Randazzo, lo hará con sus amigos del PJ. Y sólo ofrecerán una continuidad del modelo, la misma que, con matices, ofrecen los candidatos de la oposición conservadora.
A todos ellos; también a quienes se sienten progresistas y buscan una opción diferente y a los simpatizantes de las ideas de izquierda les proponemos fortalecer una propuesta distinta, que apueste a un cambiar la realidad de raíz.
Sobra derecha. Para encarar un rumbo distinto, al servicio del pueblo, te convocamos alrededor de nuestras propuestas de cambio junto a Alejandro Bodart, Vilma Ripoll y demás referentes del MST-Nueva Izquierda en todo el país.