Fernández esbozó cínicamente el desmanejo de fondos como pretexto primero. En realidad, se trató de una confesión de parte de la crisis del hospital más grande del país que está bajo directa responsabilidad del gobierno nacional. Crisis por la infraestructura defectuosa, falta de insumos y una vergonzosa precarización de sus trabajadores. Este gobierno durante los doce años de su gestión nunca se propuso revertir estructuralmente esta situación y sus medidas no pasaron de anuncios o medidas paliativas. Es el caso del “Puerto Madero” que construyeron fundamentalmente para oficinas administrativas, mientras el resto del hospital se cae a pedazos. Una muestra concluyente fue la trágica muerte de nuestro compañero Emanuel producto de la desidia y el abandono que sufrimos los trabajadores, así como toda la comunidad hospitalaria. La intervención no se realiza para revertir esta política, sino que se trata de un acomodamiento de las piezas de poder y de recursos, en el fin de ciclo de este gobierno. El primer argumento del gobierno resulta auto incriminador y de ninguna manera esta nueva dirección va a dar una respuesta al mal manejo de fondos, si se quiere saber que pasó, se necesita una comisión independiente que abra los libros e investigue hasta el final. Además hay que aclarar que no se necesitan más intervenciones, sino que por el contrario se necesita una conducción del hospital que contenga democráticamente a toda la comunidad hospitalaria
En segundo lugar habló de: “actividad sindical con gesto desproporcionado” lo que no es más que una referencia a la necesidad que ven de cerrar la lucha que todos los trabajadores vienen dando. Para esto además del directorio cuenta con aliados en la burocracia sindical, como el caso de UPCN y ATE Morón, que juegan un rol cómplice y de la más absoluta traición. Cabe mencionar que la misma se produce porque son más de 3.000 trabajadores precarizados hace más de 20 años en algunos casos, en una situación bochornosa.
Por el pase a planta, los trabajadores están de pie
La intervención lejos de derrotar a los trabajadores se convirtió en un aliciente para luchar y reavivo el conflicto. Por este motivo junto a la Intersindical, compuesta por la Asociación de Profesionales y el STS, comenzó un proceso de debate asambleario que va creciendo y que votó medidas de fuerza que fueron importantes, ya desarrolló un paro de 48 hs y en el cierre de esta edición se realiza un nuevo paro de 48 hs. Hay fuerzas y ganas de seguir hasta el final.
El punto central del conflicto sigue siendo el pase a planta permanente por decreto de excepcionalidad de todo el personal precarizado. Hasta el momento el gobierno dice que para “regularizar” a los precarizados deben firmar un contrato llamado 48, que es un contrato leonino renovable cada año y sujeto a ser rescindido cuando el empleador quiera, esa es la condición para posteriormente concursar el cargo, el cual ya ejercen desde hace años. Un concurso abierto implica que el trabajador puede perder su trabajo, y si lo gana pierde su antigüedad. Encima ahora se agrega que aún ganando el concurso el pase a la planta permanente no es automático, sino que pasa a engrosar un listado por un año. Por eso los trabajadores dicen fuerte: nada de concursos truchos ni contratos basuras. Es la principal demanda que levantan los trabajadores y sólo se va a conseguir, con más organización, más participación, en definitiva, con más luchas del conjunto de los trabajadores.
Orlando Restivo. Secretario de Prensa CICOP