El domingo 5 de julio se votó en Córdoba. Fue un día helado, casi tan frío como la campaña electoral. El bipartidismo cordobés se encargó de garantizar un escenario electoral precedido por la falta total de debate y la ausencia de propuestas. A fuerza de millones de pesos invertidos en marketing, manipulando encuestas y desplegando su aparato clientelar, el PJ cordobés logró quedarse nuevamente con el gobierno provincial.
Lo siguió en caudal de votos el rejunte de la UCR, el PRO y el Frente Cívico. Esta bolsa de gatos no entusiasmó a los cordobeses y a pesar de grandes anuncios y una costosísima campaña con sello macrista, no lograron derrotar al delasotismo. Es evidente que nada bueno para Córdoba puede salir de este armado de derecha que no propone ninguna salida alternativa frente a los graves problemas que sufrimos día a día. Tan sólo mencionar que un «abrazo» a la central de policía exigiendo seguridad fue el cierre de su campaña, pinta de cuerpo entero la orientación de la triple alianza.
El gran derrotado de la elección fue el kirchne-rismo, que sigue sin poder disputar en la segunda provincia del país. A Acastello no le valieron de nada los millones invertidos en campaña publicitaria, ni el respaldo de Scioli, ni las burdas operaciones emanadas del multimedio K, que intentaron ubicarlo peleando el segundo puesto. La realidad mostró mostró otra cosa: la triple alianza duplicó en votos al armado K.
EL FIT desperdicia una oportunidad histórica
En esta elección los grandes partidos tradicionales fueron en tres expresiones claras. Sin embargo, la izquierda nuevamente se presentó fragmentada dilapidando la posibilidad de hacer una de las mejores elecciones del país y constituir una alternativa de peso que enfrente en serio a los partidarios del ajuste, nucleados en el PJ, la triple alianza y el kirchnerismo.
La izquierda de conjunto, realizó una excelente elección, si se hubiera concretado la unidad, tal como le propusimos hasta el cansancio a las fuerzas que componen el FIT, no sólo habríamos conquistado numerosas bancas sino que podríamos habernos ubicado como la clara tercera fuerza provincial. Los referentes del FIT, lejos de orientarse por discutir ser una alternativa de gobierno en la provincia, parecían más interesados en cruzarse acusaciones en los medios, taparse los afiches entre sí y hacer actos donde la noticia eran las acusaciones entre los partidos del frente y nunca una propuesta concreta.
La última postal de la descomposición de este espacio, pudo verse la noche del escrutinio, donde ni siquiera pudieron esperar juntos los resultados y poniendo a prueba el sentido común, montaron dos búnker con el mismo nombre. Nosotros somos categóricos, la vieja izquierda nunca podrá dar solución a los problemas de los cordobeses mientras mantenga este nivel de infantilismo.
Crece una Nueva Izquierda
La campaña que desplegamos a lo largo y ancho de la provincia se transformó en un verdadero orgullo para todas y todos los que construimos el MST en Córdoba. Arrancando por el hecho de que los principales candidatos sintetizan las principales luchas de Córdoba. Logramos tener una presencia extendida en toda la provincia, presentando candidaturas en 22 departamentos y listas en varias elecciones municipales. Esto ha redundado en un fortalecimiento de nuestro trabajo en el interior, logrando consolidarnos en San Francisco, Villa María, Alta Gracia y extendernos a ciudades como Carlos Paz, Deán Funes, Villa de Totoral, Salsipuedes y Cosquín, entre otras.
Las figuras de Luciana Echevarría, Raúl Gómez, Maru Acosta y Sofía Gatica, son conocidas por cientos de miles de cordobeses y se han transformado en referencias de las más importantes de la izquierda provincial.
Junto con esto, logramos instalar que existen dos proyectos en la izquierda: el sectario y testimonial, encabezado por los compañeros del FIT, que se obstinan en la soberbia de creer que con la suma de sus partidos se supera el problema de la dispersión de la izquierda. Y el nuestro, que demostró en esta campaña que la renovación política, cultural y generacional de la izquierda es una realidad que venimos construyendo con mucho esfuerzo y cuyos frutos ya estamos cosechando. Por eso más de 30 mil cordobeses y cordobesas nos acompañaron con su voto y centenares se sumaron a fiscalizar y a participar de nuestras reuniones.
La banca es de Luciana
Los logros, avances y conquistas que hemos mencionado, hacen de nuestra elección un gran logro. Batallamos para conquistar una banca en la unicameral y lo conseguimos, hasta que, como suele suceder en esta provincia, nos fue arrebatada por la UCR en el último 15% del escrutinio. Cuando llamativamente nuestro porcentaje comenzó a caer, revirtiéndose una tendencia que se mantuvo durante el 80% del proceso.
Desde ese momento empezamos a denunciar esta maniobra de los viejos partidos y hemos hecho una presentación exigiendo que se abra la totalidad de las urnas y se cuente voto por voto, ya que han sido muchísimas las irregularidades. Aún quedan 221 urnas sin escrutar, lo que equivale a 50.000 votos y más de cinco mil votos recurridos.
Daremos la pelea hasta el final para que la banca de las mujeres, la juventud y los trabajadores, que decenas de miles de cordobeses conquistaron con su voto, sea ocupada por nuestra compañera Luciana Echevarría.
Virginia Caldera