Entre las postales que nos deja algo más de una década “desaprovechada” están los recurrentes cortes de luz. Antes era por el calor, ahora también por el frío, de modo que tenemos cortes todo el año. Cada vez que sube o baja la temperatura miles de usuarios de la Capital y el Gran Buenos Aires comienzan a padecer cortes de energía eléctrica. Y cuando duran más de 24 horas, aparte de que falta luz también falta agua, se pierden alimentos o medicamentos, los ascensores no funcionan y hay toda una serie de problemas que te trastornan la vida. Por eso apoyamos las protestas que los vecinos han realizado en distintos barrios porteños y del conurbano.
¿Por qué hay cortes?
Cuando asumió Néstor Kirchner en 2003 mantuvo el servicio privatizado tal como lo impuso Carlos Menem pero congeló las tarifas abusivas. Desde entonces las concesionarias privadas Edenor y Edesur argumentan que con esas tarifas no pueden hacer las inversiones necesarias. A su vez esa tarifa “barata” alentó el mayor consumo eléctrico y la compra de equipos frío/calor hasta en 18 cuotas. Y los nuevos edificios tienen todos sus servicios eléctricos.
En un intento de frenar ese crecimiento desigual, el gobierno nacional incluyó cargos en las facturas para desalentar el consumo. A la vez, les aumentó los subsidios estatales a las empresas: unos $ 20.000 millones promedio por año, que no figuran en la boleta pero salen de nuestros bolsillos. Por eso la causa de los cortes no son las tarifas “bajas”, sino que Edenor y Edesur siguen sin hacer las obras de mantenimiento y ampliación de la red, que incluye el tendido de cables e instalar nuevas subestaciones de transformación. Estas carencias se verifican en los indicadores de calidad de servicio y producto técnico que el ENRE controla.
¿Cuál es la solución?
El ENRE es el organismo técnico que debe regular y controlar que las distribuidoras cumplan sus obligaciones. Pero, como en otros casos, las decisiones políticas han superado a las técnicas. La subordinación del ENRE a las políticas de la secretaria de Energía (Mariana Matranga) y del ministro de Planificación Federal (Julio De Vido) llevaron a que el Ente no pueda cumplir eficazmente sus funciones. Parecido al INDEC…
Edenor y Edesur reciben año a año subsidios millonarios y préstamos del Estado por los supuestos “mayores costos”, para hacer obras y para pagar los sueldos de su personal y el de las tercerizadas. Si en sus balances dicen que pierden plata, ¿por qué no se van? Condiciones para anular las concesiones hay desde hace rato. Pero más allá de ponerles alguna multa, el gobierno K sigue cuidando el negocio privado de las empresas en detrimento del servicio público.
Macri, Scioli y el resto de la dirigencia capitalista coinciden en una misma receta neoliberal: aumentar las tarifas y que así sean los usuarios los que paguen las inversiones. En cambio para nosotros, tal como lo plantea nuestro diputado porteño Alejandro Bodart en su proyecto de ley, hay que declarar la emergencia eléctrica, el Estado debe instalar generadores en las zonas más críticas e intervenir a Edenor y Edesur como un paso hacia la reestatización del servicio con el control de los trabajadores y usuarios.
Eduardo Jorge Bunster, delegado gral. ATE-ENRE