El Ente que aprobó Mestre hace de la Municipalidad una unidad de negocios privados: está facultado para contratar o ejecutar la totalidad de las obras y servicios públicos y tiene asignada la tarea de controlarse a sí mismo. Su directorio será designado por el Intendente y no establece la licitación pública.
La conducción sindical del SUOEM no actuó con firmeza desde el comienzo, pero rápidamente -por la presión de las bases que rechazaron el Ente en el 85% de las reparticiones- se vio obligada a enfrentarlo.  Mestre respondió descontando los días de paro, reglamentando ridículamente el derecho de huelga e impulsando la imputación penal de casi 60 trabajadores.
Al momento de escribir estas líneas la municipalidad lleva más de 42 días paralizada.  Los trabajadores no sólo se han mantenido firmes si no que han obligado a la conducción sindical a profundizar la lucha con la convocatoria a una Multisectorial, compuesta por organizaciones sindicales, barriales y políticas. Un acierto que permitió realizar una masiva movilización y quebró el intento de aislar el conflicto.
El conflicto está entrando en una etapa de definiciones, la Municipalidad apura una negociación para sacar un Ente «mejorado». Pero un Ente «menos malo» no le sirve a los trabajadores ni a los ciudadanos porque no frena la privatización.
Hay que organizar  y garantizar un plan de lucha para ganar, debatido y votado en cada una de las asambleas en las reparticiones que son el verdadero motor del conflicto.