Es el llamado que le hacemos al pueblo. En particular a los honestos jóvenes y trabajadores kirchneristas que se movilizan contra el ajuste macrista.
Desde el inicio del conflicto apoyamos las marchas, permanencias y ollas populares de los compañeros del Grupo 23, Tiempo Argentino y Radio América. También participamos activamente de las asambleas, paros y marchas contra los despidos de Macri en el Estado. También en el repudio ante el despido de Víctor Hugo Morales y de los contratados en el Centro Cultural Kirchner. Ejemplos así se repiten en todo el país.
En estas acciones unitarias, nos encontramos con compañeras y compañeros luchadores entre los cuales hay quienes reivindican al kirchnerismo. Si es tu caso, sabés que nosotros no compartimos la política del FPV. Pero también sabés que eso no nos impide intercambiar opiniones y enfrentar codo a codo las políticas antipopulares de Macri. Rechazar la unidad en la lucha debilita los reclamos y por lo tanto, más allá de las intenciones, le hace el juego al gobierno del PRO.
Por eso les decimos a todos los trabajadores y trabajadoras que quieran luchar, hayan votado a quien hayan votado, que vamos a seguir por el camino de la unidad. Y la próxima gran oportunidad para hacerlo es el 24 de febrero, con la primera manifestación nacional unitaria contra el gobierno macrista del ajuste, las corporaciones y el imperialismo.
Trampa en gestación
Que por abajo crezca el ánimo unitario es algo muy positivo y esperanzador. Sin embargo, por arriba pasa algo muy negativo y lo protagonizan los dirigentes políticos y sindicales del FPV.
De Cristina casi no hay novedades. Quienes la representan llevan adelante una agenda política para reivindicar la gestión K y a la par le dan la espalda a los reclamos populares actuales. Otros abandonaron el espacio K y ya se pasaron al PJ o al PRO. Y algunos no lo hicieron, pero pactan con el macrismo y aplican ajustes en las intendencias y provincias que gobiernan. Entre otras cosas, le votaron el presupuesto bonaerense a María Eugenia Vidal.
Entre tantas agachadas y maniobras, todos coinciden en impulsar una campaña de afiliación al viejo PJ. Con la misma franqueza que debatimos qué hacer frente a cada lucha, te decimos que ésa es una trampa para que no te vayas de un armado político patronal y agotado.
Tener memoria
A lo largo de la historia del PJ hubo corrientes internas críticas, que decidieron disputar la conducción. El resultado siempre fue el mismo: terminaron diezmados o adaptándose a políticas antipopulares y a las metodologías antidemocráticas del aparato.
Es más: con doce años en el gobierno, los que se reivindican del espacio K nunca pudieron desbancar al PJ ni construir una opción de poder por fuera de los barones del conurbano, los caudillos feudales y los burócratas sindicales.
No hay forma de embellecer a un aparato que es parte de la vieja política de siempre, la de los privilegios, los punteros y los pactos, en donde las bases no deciden nada. Aun en crisis, no se puede esperar nada progresivo de la estructura del PJ, que es un partido del sistema capitalista y defensor de las corporaciones. Aunque los justicialistas se reciclan e inventan nuevas figuras, en el fondo se conservan como una estructura que aplasta cualquier intento de cambio más o menos importante. Ir al PJ es ir a una frustración. Es hora de cambiar, poner manos a la obra y hacer algo nuevo.
¿Conocés nuestro proyecto?
Hoy tenemos el desafío de enfrentar y derrotar a Macri y sus planes. Pero hay un desafío histórico que a la vez está más presente que nunca: construir algo nuevo. Este es nuestro mensaje a los trabajadores, a los jóvenes, a los desocupados, a todos. Sin algo totalmente nuevo, en el país nunca habrá cambios de fondo.
Y no es por el lado del FIT que surgirá lo que hace falta. Lamentablemente, se obstinan en limitar el alcance de la izquierda, mientras sus integrantes se atacan brutalmente entre sí. Con esa estrechez de miras, es imposible construir una alternativa atractiva y de alcance nacional.
¿Cómo es el proyecto que proponemos poner en pie? Es de lucha, porque sin movilización, sin nuevos dirigentes políticos y sociales, no podemos ganar. Es abierto a todas las expresiones de izquierda política y social. También al verdadero progresismo. Es antiimperialista y anticapitalista, ya que el actual sistema de explotación sólo trae penurias para las grandes mayorías y no puede solucionar los problemas de hambre, miseria, trabajo, salud, vivienda, educación, género y medio ambiente.
Es un proyecto con propuestas para defender los derechos de los trabajadores y el pueblo, de los jóvenes, las mujeres y la diversidad. Es democrático, ya que el verticalismo y el reinado del pensamiento único sólo conducen a desastres. Hay que aprender a convivir con diferencias y es necesario debatirlas, sin que ello signifique romper y dividirse.
Desde ya, las puertas del MST-Nueva Izquierda están abiertas para vos y para todos los que quieran abandonar lo viejo y poner el rumbo en construir algo nuevo para lograr cambios políticos de fondo.