Al cumplirse tres meses de gestión de Macri, su promesa de “pobreza cero” ha quedado en el olvido. En línea con su brutal ajuste a los trabajadores y sectores populares, los programas sociales han tenido aumentos irrisorios o directamente están congelados, ya que el macrismo quiere liquidarlos.
Solo hubo un modesto aumento en la Asignación Universal del 15%, cuando su pérdida frente a la inflación es mucho mayor y un bono de fin de año de $1.200 para los beneficiarios del Argentina Trabaja, cuando su monto de $ 2.600 tiene un grave atraso de más de dos años sin aumento desde su creación y no se permiten nuevos ingresos.
El resto de los programas están congelados. Así sucede con los programas de Capacitación y Empleo que otorgan $ 1.200 o los PTA del M. de Trabajo, los Barrios Bonaerenses de la prov. de Bs. As, el “Ellas Hacen” y la mayoría de los programas sociales de las provincias o de la CABA. La mayoría de ellos tiene cerrados sus cupos para nuevos ingresantes hasta que logren armar “nuevos diseños”, para agosto con suerte. A esto se suma la reducción de la asistencia alimentaria, justamente cuando el precio sideral de los alimentos hace necesario que aumenten las partidas.
Los “nuevos diseños”
Apoyados en una crítica general al clientelismo en el manejo de la era K, el macrismo intenta ahora algo mucho peor: achicar el volumen de la asistencia, liquidar a las organizaciones sociales y recuperar el control absoluto de los programas, para ponerlos a disposición de las empresas, los gobernadores e intendentes amigos y los burócratas sindicales como los de la UOCRA. Transformando programas que tienen un carácter asistencial en planes para generar mano de obra precarizada.
A las cooperativas del Argentina Trabaja pretenden convertirlas en adjudicatarias de trabajos tercerizados de los municipios o asociarlas con empresas para utilizar la mano de obra barata de sus beneficiarios, reemplazando así a los trabajadores estatales y docentes de planta permanente. A los programas de capacitación laboral, se los quiere poner al servicio de las necesidades de las grandes empresas, bajo la tutela de sindicatos amigos como la UOCRA, con una duración máxima de ocho meses, luego de los cuales dejarán sin cobertura a los beneficiarios, aunque no hayan conseguido empleo.
Pretenden una reducción paulatina de la entrega de alimentos a los comedores y centros de asistencia alimentaria, para suplantarla por una tarjeta para comprar en supermercados, que sería un gran negocio para los empresarios, y un brutal recorte para la gente, ya que la tarjeta se devalúa rápidamente con la inflación.
Buscan liquidar a las organizaciones
Las luchas que desató la grave crisis del 2001 generaron una gran conquista: la posibilidad de tener acceso a un plan social gracias a la pelea de las organizaciones sociales y barriales, que enfrentaron la escasa y clientelar asistencia canalizada por los punteros políticos del intendente, totalmente corruptos y desprestigiados.
Macri, al servicio de mantener y profundizar un modelo económico con una importante desocupación y salarios a la baja, tiene una política gradual pero sostenida, para liquidar esta conquista, y trabajando con empresas, burócratas y punteros, utilizar la asistencia para su propio clientelismo y favorecer aún más la precarización del empleo.
La próxima marcha unitaria organizada por nuestro MST-Teresa Vive, junto a la CCC, Barrios de Pie, el Polo Obrero, los dos sectores del FP Darío Santillán y la AGTCAP, entre otras organizaciones, está demostrando cual es el camino para enfrentar esta nefasta política.