Hay indignación en la opinión pública por la corruptela serial. La grotesca de los que se fueron, la elegante de los que están. Se debaten los por qué, pero sobre todo cuál es la salida.
Tímidamente, como pidiendo permiso, la olla podrida de la corrupción, los negociados y lisamente el robo de miles de millones de los fondos públicos, fueron apareciendo durante el propio gobierno kirchnerista. Saltó porque era imposible ocultar el escándalo del Vice Amado Boudou con la imprenta Ciccone y su máquina de hacer dinero. También saltó lo de Jaime, el chofer multimillonario de Néstor y sus multimillonarios negociados con los trenes y las empresas concesionarias de los mismos.
Sin duda la derrota electoral del FPV en octubre del 2015 fue una luz verde para que las causas y denuncias que se amontonaban en los diferentes juzgados se aceleraran. “tortuga” Casanello empezó a allanar departamentos, cuevas de dinero, agujeros y bóvedas por doquier. Eso sí, 2 ó 3 años después, cuando ya los videos se estaban volviendo viejos y en los sitios allanados no quedaba ni el olor del dinero buscado. Saltó la ruta del dinero k, los valijeros, los sobreprecios de la obra pública y otros tantos titulares con que los diarios nos han inundado en estos últimos meses. Desde el FPV-PJ no podían explicar a propios ni ajenos cómo un empleado bancario como Lázaro Báez en su propia década ganada, pasó a ser dueño de media Patagonia, estancias fastuosas, decenas de empresas, cientos de autos y camionetas, sólo trabajando para los Kirchner. Hasta sus hijos, se volvieron repentinamente millonarios en dólares y en el exterior. Casi lo mismo podríamos decir de Cristóbal López, etc.
Pero fue la delirante y bizarra escena de José López (el segundo de De Vido) tirando valijas con 9 millones de dólares al interior de un Convento de la siempre implicada Iglesia Católica, la gota que colmó el vaso. Los K ya no pudieron defenderse, la corrupción brotaba por los poros de su gobierno, comprometiendo a De Vido y hasta la propia Cristina, que hoy desfila por los tribunales de causa en causa. Y aparecieron las vinculaciones de la corrupción, el gobierno y el narcotráfico, por si fuera poco.
También el macrismo
La bronca, el asco y el rechazo masivo a lo que se destapaba día a día, llevó por un lado a la debacle del kirchnerismo, el intento de despegue del PJ y a que muchas ratas abandonaran raudamente el barco. Pero también dio justificación y motivo de distracción al gobierno de Macri para avanzar en su ajuste mientras la gente tenía estas escenas en la cabeza.
También le permitieron, con la colaboración de la prensa oficialista, pasar a segundo plano las cuentas offshore de Macri y Grindetti (el Intendente de Lanús y ex ministro de hacienda de Macri en BsAs), los Panamá Papers o la imputación a Fernando Niembro por lavado de dinero con su empresa en CABA.
Todos estos casos que involucran al presidente actual, sus ministros y candidatos, demuestran que ellos también son parte de la corrupción, aunque hoy con el peso del poder puedan cajonearlo.
Y esto es así porque la corrupción no es sólo de tal o cual partido, es el sistema capitalista la base material para la corrupción, siempre detrás de la misma están las grandes empresas o corporaciones, pagando coimas, comprando funcionarios o consiguiendo sobreprecios en las contrataciones de obra pública. El objetivo es siempre el mismo, garantizar sus fabulosas ganancias a como dé lugar. Este sistema capitalista sólo persigue y garantiza la ganancia de las grandes empresas desde su nacimiento y con todos los gobiernos, recordemos la gestación de la deuda externa de los milicos, las privatizaciones del menemismo con su secuela de millones de desocupados y el regalo de las empresas del Estado, o el corralito de De la Rúa para salvar a los bancos y hundir a los pequeños ahorristas.
Por eso no hay salida ni solución a la corrupción bajo este sistema corrupto, si queremos atacarla de fondo hay que cambiar de fondo al capitalismo y luchar por el socialismo que persiga como interés supremo no la ganancia de unos pocos sino el bien de la inmensa mayoría de los trabajadores y el pueblo.
Nuestra salida: Una CONADEP de la corrupción
Como decimos en la nota anterior, la corrupción abarca a todos los gobiernos, la casta política y el gran empresariado. La corrupción son los militares, Menem, De la Rúa, Néstor-Cristina y hoy Macri.
Pero hay otro aspecto que es fundamental: la justicia. Por más desfile de personajes por los juzgados que haya, en la gente queda más la certeza que la duda de si alguno de los principales responsables irá preso finalmente. Casi nadie cree que De Vido, Aníbal Fernández y menos Cristina terminen en la cárcel por más que abunden las pruebas en su contra.
Y tienen razón los que descreen, ya que sobran los casos de jueces corruptos y sumisos al poder político de turno desde la Corte adicta de Menem hasta el recientemente renunciado Oyarbide. La justicia, los jueces y fiscales que hoy quieren aparecer como prestos y dispuestos a investigar, imputar y procesar a los integrantes del gobierno K, hoy caído en desgracia y presionados por el gobierno actual, son los mismos que no avanzan en la causa AMIA, liberaron a Menem por Río III y dejaron libre al De la Rúa del Argentinazo.
Por eso desde el MST-Nueva Izquierda decimos que para investigar la corrupción del kirchnerismo y la actual no alcanza ni sirve esta Justicia. No podemos dejar la investigación de los miles de millones que se robaron en manos de Casanello, menos podemos confiar que investiguen las cuentas de Macri y sus socios a un sistema judicial caracterizado por fallar siempre a favor del gobierno de turno.
Para que vayan presos no sólo los perejiles como Fariña sino los verdaderos responsables políticos, pero sobre todo para garantizar que devuelvan todo lo que se robaron y para llegar al fondo, a los empresarios que sobornan o compran a los políticos hay que avanzar con una Comisión Independiente del poder político y judicial. Hay que montar, como se hizo con la dictadura, una CONADEP de la Corrupción. Donde intervengan personalidades y figuras destacas, intachables y confiables, independientes del gobierno y los jueces, para llegar hasta el fondo. Hoy el problema político-económico-social que provoca la corrupción lo amerita. Solo con una Comisión Independiente podremos tener garantías de que se investigue y procese a los responsables políticos de la crisis actual, que se eliminen todos los privilegios de los políticos como fueros, etc. para investigar toda la corrupción, sea con valijas o de guante blanco.
Gerardo Uceda
