En 7 regiones del país, desde Tucumán hasta Caleta Olivia pasando por el Litoral, Cuyo y CABA, la juventud del MST impulsa esta iniciativa de confluencia de cientos de jóvenes. Con nuestra propia agenda, anticapitalista, feminista, ecosocialista, internacionalista.
La juventud en Argentina enfrenta un desafío crucial. El gobierno de Macri, expresa a fondo sin mediaciones, los intereses sociales de las principales corporaciones capitalistas. La concepción empresarial del Estado implica una ofensiva en toda la línea sobre derechos históricos de nuestro pueblo, con especial saña en los trabajadores y la juventud. Para bajar el precio del trabajo y contener o desviar la energía rebelde del movimiento estudiantil, la hoja de ruta del elenco gobernante está trazada en Washington. El PRO opera en América Latina como cabecera de playa del intento del imperialismo yanqui, debilitado pero hegemónico, por recuperar esta porción del mundo como plaza de negocios. La seguridad “jurídica” que reclaman las inversiones por venir tiene como deriva el cuestionamiento de conquistas importantes. Recortar el “gasto” del estado, supone, por ejemplo achicar el presupuesto en educación, restringir el ingreso, elitizarla y estimular que los jóvenes trabajen en lugar de estudiar. En este punto hay también una política precisa que podríamos denominar “estándar McDonald’s”: trabajo precario con salarios de $ 4.500 de los cuales $ 1.000 los banca el Estado. En simultáneo se profundiza la línea empresarial de integrar representantes de la gran burguesía en el co-gobierno de la universidades, modificando los contenidos curriculares hacia una transformación directa de las mismas en centros de formación profesional, barata, precarizada y rápida para las grandes empresas. Nosotrxs tenemos un planteo opuesto, desde otro anclaje social.
Un plan B de ruptura, desde la izquierda
El macrismo aunque orgánica y estructuralmente débil, sin partido, sin cuadros propios en el movimiento obrero, estudiantil o territorial, cuenta sí con un consciente sostén. Para empezar las empresas mediáticas, el sindicalismo burocrático y toda la oposición política tradicional. Esto es así por terror a la acción independiente del pueblo (síndrome 2001) y a la vez porque no tienen otro plan, es Macri o el desenlace de crisis. Por eso lo bancan, lo cubren, lo justifican. Por eso en el debate del ajuste, en todo caso todos (incluyendo a los principales referentes del kirchnerismo), aceptan, difunden y explican que “ajustar había que ajustar”, en todo caso el debate es de táctica y ritmos. El PRO, claro, es la versión más derechista del bloque social de poder. Despliega así una perspectiva reaccionaria sin anestesia, restauradora del orden burgués alterado por el 2001. La política de “reconciliación” en derechos humanos, la visita de Obama, el desfile de Rico, el clericalismo militante, la “angustia” de los patriotas del Bicentenario, Piter Robledo recibiendo neonazis en el casa de gobierno. Son eso, claramente. Nosotrxs construimos una salida antagónica, de ajuste en la crisis, claro, pero a los capitalistas, a las corporaciones. Y que la crisis la paguen ellos.
Una Universidad nuestra, con otra lógica, con otra estrategia
La universidad formal estandariza a la juventud, o por lo menos lo intenta. Pero la potencialidad rebelde se expresa una y otra vez. Por ejemplo, en defensa de lo público como en el primer semestre con el gran movimiento educativo que derrotó al gobierno. Sin embargo, necesitamos disputar con ideas, a su ideología del “capitalismo for ever” y oponer nuestra concepción de revolución, de cambio estructural, de desmantelamiento de lo viejo y reorganización sobre nuevas bases. Queremos discutir en talleres, foros, encuentros de formación y conferencias, nuestros propios contenidos: lucha de clases y juventud; América Latina y la experiencia del bolivarianismo; marxismo y pensamiento estratégico; patriarcado y machismo; identidades divergentes, LGBTIQ; qué es el ecosocialismo como paradigma; la historia de las grandes revoluciones para “tomar el cielo por asalto”; universidad, ciencia y transnacionales. Y por supuesto, como un eje transversal para cada tema, una obsesión, una tarea de vida o muerte: cómo construir organización militante portadora de ese “otro programa”, el “B”, el anti-sistémico y por la positiva, socialista. Es ahora el momento, con Macri, con el giro en la situación continental, con la fuerza liberada de miles de jóvenes que quieren ocupar la política, para tener futuro. Esa es nuestra bandera, porque el futuro es nuestro, sí o sí. Ahora es cuando más que nunca comprender el mundo para transformarlo es la tarea. Se viene entonces, la 1ª Universidad Anticapitalista en todo el país.
Mariano Rosa