El 11 de agosto una multitud se hizo escuchar en las calles cordobesas, por los derechos laborales y por la salud de todo el pueblo.
La salud pública sufre ante un gobierno nacional que decidió vaciarla. A tono con esa política privatista y su engañoso «Seguro Universal de Salud», Schiaretti recorta presupuesto sanitario y construye hoteles de lujo que nadie usa. Pero tiene un problema para concretar sus planes: la resistencia de lxs trabajadores de la salud, que no estamos dispuestos a ser observadores de su destrucción.
La situación es crítica y se refleja en el presupuesto. En 2016 se destina menos que en 2015. El 80% va a salarios, siendo de los más atrasados del país, en su mayoría por debajo de la canasta familiar. Y hay precarización laboral para más de 4.500 compañeros contratados y otros tantos encubiertos como monotributistas. Los de planta sufren un retraso de más de 10 años en cuanto a la categorización. Aun así, falta recurso humano y cierran pisos enteros de internación por falta de personal de enfermería. Hay falta de insumos básicos, un abandono total en el mantenimiento edilicio y un gran deterioro en aparotología. Desde UTS venimos denunciando un vaciamiento del sistema sanitario sistémico. El ministro de Salud, Fortuna, dice desconocer la situación y apunta contra los trabajadores. Sufrimos descuentos, notificaciones y persecución por parte de las direcciones de los hospitales y el ministerio.
Marcha Blanca que golpea al gobierno
El 11 de agosto una multitud se hizo oir en las calles cordobesas. La encabezamos los trabajadores, que desde todas las instituciones nos organizamos para hacerle saber a Schiaretti que no le será nada fácil seguir con su ajuste a la salud.
Aumento de presupuesto en salud que frene el vaciamiento, paritarias propias, aumento salarial para que ningún trabajador esté por debajo de la canasta familiar, 82% móvil y reconocimiento pleno de los derechos de trabajadores residentes y concurrentes, fueron algunas de las consignas que llevamos. Y el gobierno acusó recibo. A los días, mágicamente aparecieron medicamentos faltantes hace meses en el Hospital Neuropsiquiátrico y se informó el nombramiento de tres médicos que trabajaban sin contrato. También reabrieron (aunque parcialmente) el piso de internación cerrado en el San Roque. Estas pequeñas victorias sólo se explican por la presión que le hicimos al gobierno con la Marcha Blanca y la gran movilización que hubo en cada institución.
Residentes y concurrentes son quienes más se destacan en este proceso de movilización y organización. Antes y después de la marcha llevaron adelante marchas y paros masivos. Sin su trabajo el sistema público se desmoronaría, pero el Estado los desconoce como trabajadores. No gozan de derechos laborales, lo que los ubica en la extrema precarización laboral. Por eso decidieron ponerse de pie y luchar.
Vamos por más
Más compañeros se han sumado y se proponen llevar adelante elección de delegados de UTS en cada institución. Hacemos asambleas para debatir entre todos cómo seguir la lucha. El debate democrático y respetuoso de las diferencias que existen es nuestra bandera. También la voluntad de unidad que se expresó en la Marcha Blanca, porque es fundamental seguir avanzando en más unidad para frenar a este gobierno. Vamos a seguir marchando y organizándonos.
La salud del pueblo está en juego y no la negociamos: la defendemos.