El jueves 25 de agosto se escuchó un tremendo ruidazo de bombos y redoblantes avanzando desde el Obelisco a la cámara de apelaciones de la calle Viamonte. Era la columna de trabajadores de la línea 60 y de Interlíneas. Un mar de compañeros de las líneas 112, 165, 540 y varias otras, de organizaciones políticas y sociales entre las que estábamos una delegación del MST encabezada por Vilma Ripoll. Todos solidarios con el reclamo de desprocesa-miento del delegado Héctor Cáceres que esperaba en la puerta de la Cámara. La marcha duró unas horas e incluyó el festejo del cumpleaños del hijo de Héctor. Al día siguiente nos enteramos de la caída de una de las dos causas por falta de mérito, pero sigue vigente la armada por DOTA y el carnero Melián. Se equivoca el monopolio si quiere acobardar al cuerpo de delegados, a la agrupación «Hugo Schwartzman» y a la base de choferes y compañeros de Técnica. Vamos por el desprocesamiento de Cáceres, a la vez que realizamos asambleas por la reapertura de paritarias y contra el intento patronal de alargar el recorrido desde Plaza Constitución a Barracas. Que quede claro que en la 60 si tocan a uno tocan a todos!
Martín Schermer y Gastón Madelo