Ya se encuentra en nuestro país una misión del Fondo Monetario Internacional. Realizará una auditoría de las cuentas nacionales y las proyecciones del Producto Bruto Interno en el marco de lo establecido por el artículo IV del reglamento del organismo al cual Argentina adhiere. Además sus integrantes se reunirán con funcionarios, economistas y empresarios.
La última misión de estas características en Argentina fue en el año 2006. En esa ocasión fue suspendida en coincidencia con la intervención del INDEC y el pago cash y anticipado de la deuda con el FMI por 10 mil millones de dólares por parte del gobierno de Néstor Kirchner. Luego de esto las auditorias fueron rechazadas pero el país continuó siendo miembro del organismo internacional.
La reapertura de las puertas a las comitivas del FMI forma parte del plan de normalización capitalista que lleva adelante el gobierno de Macri. Uno de los objetivos centrales que se busca asegurar con esta «visita» es que el FMI levante la «moción de censura» sobre las estadísticas argentinas que estableció desde el 2013. Así, el gobierno busca recuperar la confianza de los grandes capitalistas internacionales mostrando al mundo la imagen de un país seguro y rentable para sus inversiones. Al mismo tiempo, envía un mensaje hacia los organismos de crédito internacionales en un intento por mejorar las condiciones para profundizar el endeudamiento, es decir una reducción de las elevadas tasas de interés. Este retorno a los mercados de crédito internacionales ya había sido iniciado por CFK y su ministro Kiciloff con el pago al Club de París, y luego reafirmado con el pago a los fondos buitres a comienzos de este año.
Nuestro país tiene una larga historia de sometimiento y dependencia. Conocemos las consecuencias de un modelo basado en la «inversión» extranjera y el endeudamiento. Ya hemos sufrido las consecuencias de los consejos del Fondo, y escuchamos a sus funcionarios aplaudir el remate del país. Es necesario rechazar esta nueva misión colonial del FMI, dejar de pagar la deuda externa y construir una economía al servicio de los trabajadores y el pueblo.

Luis Meiners