La semana pasada, el Congreso Nacional hizo ley la llamada Emergencia Social. Desde la CTEP (conducida por el Movimiento Evita), la CCC y Barrios de Pie, fue presentada como una gran conquista producto de su lucha. Una gran mentira! Fueron muchos los movimientos sociales que este año no pararon de luchar para sacarle a este gobierno conquistas que no quería dar. Y son muchos los que no pactan treguas ni acuerdan frenar las luchas a cambio de migajas y prebendas.
La primera manifestación pública de esa nueva “unidad”, se estrenó el 7 de agosto en la marcha desde la iglesia de San Cayetano a Plaza de Mayo. Encabezada por la Virgen de Luján y organizada en reuniones con la cúpula de la Iglesia argentina y el propio Papa Francisco, estos movimientos enterraron viejos reclamos y unidades con otras organizaciones sociales, para empezar a recorrer un camino de pactos y acuerdos con el gobierno, cumpliendo con el precepto papal de “cuidar a Macri” y “ayudar a mantener la gobernabilidad”.
Desde esa marcha se sucedieron muchas reuniones que incorporaron también a la cúpula de la CGT, experta en acuerdos y traiciones, y vínculos con el Frente Renovador de Massa. Después de muchas reuniones con la ministra de Desarrollo Social e importantes funcionarios del gobierno nacional, fueron trabajando un acuerdo donde el gobierno se compromete a aumentar la ayuda social a cambio de un compromiso explícito de “paz social” hasta 2019, que sus firmantes evitaron divulgar pero que igual se hizo público.
Y así llegamos al acuerdo que se concretó el 23/11, con un proyecto de ley consensuado entre todos ellos con las bancadas macristas y kirchneristas, para llevar a las sesiones extraordinarias del Congreso. Un presupuesto de $30.000 millones para planes y ayuda social y la promesa del gobierno de otorgarle cooperativas a los movimientos sociales firmantes del acuerdo, y la posibilidad de habilitarles el manejo directo de una obra social propia, al mejor estilo de los sindicatos de la CGT. Con este acuerdo, el gobierno de Macri buscaba descomprimir las tensiones y el enorme mal humor social que provoca su ajuste, y tratar de llegar sin sobresaltos a fines del 2016. En el camino quedaron enterradas las promesas de crear un millón de nuevos puestos de trabajo en cooperativas relacionadas con los movimientos sociales, que ya era de por sí muy insuficiente.
La Iglesia mete la cola y algunos movimientos colaboran con Macri
Nadie puede estar en contra de exigirle a un gobierno capitalista ajustador y entreguista como el actual, que destine más presupuesto a la ayuda social, en un país donde durante todo el 2016 crecieron los pobres, los indigentes, se perdieron puestos de trabajo y la inflación se devora los salarios y ni hablar de los planes sociales.
Es justamente por eso, que desde los primeros meses de Macri en el gobierno, todos los movimientos sociales vienen reclamando trabajo genuino, aumento de las cooperativas el plan Argentina Trabaja, aumento de la AUH, más y mejor comida para los comedores populares y merenderos que crecieron exponencialmente este año.
Pero hacerlo bajo el amparo de la jerarquía de la Iglesia, viajando al Vaticano y pactando con Macri con la ayuda de Massa y la CGT, firmando un acuerdo de paz social e intentar presentarlo como un acuerdo global con todos los movimientos, no puede llamarse de otra forma que una traición a la lucha por el trabajo digno y las conquistas sociales que se levantaron durante años y que estamos muy lejos de habérselas arrancado al gobierno. Por eso, mientras la CTEP, la CCC y Barrios de Pie festejaban junto a los diputados y senadores macristas, kirchneristas y del Frente Renovador este acuerdo como un gran triunfo, crecen las luchas, los cortes de calles y rutas, contra este gobierno que quiere usar este acuerdo para presentarse como abanderado de la ayuda social, mientras ajusta, potencia la inflación y mantiene planes sociales con montos de indigencia.
La lucha por trabajo genuino y planes sociales verdaderos, más vigente que nunca
En las barriadas populares de todo el país crece la bronca y el mal humor. La plata no alcanza para llegar a fin de mes y mucho menos para poner algo en la mesa de navidad y año nuevo. Ni hablar de un regalo de reyes para los chicos. La caída de la construcción y los despidos en las industrias generan nuevos desocupados. Miles y miles que vivían de changas pierden esa posibilidad, porque mucha menos gente pinta su casa o arregla las cosas que se rompen.
La lucha por trabajo genuino para los desocupados y desocupadas de todo el país, la batalla por planes sociales que no sean de indigencia y alcancen a paliar la crítica situación de cientos de miles de familias, el sostenimiento de comedores y merenderos con comida de calidad para los pibes y las familias que siguen pasando hambre, no solo no quedó satisfecho con este acuerdo oscuro que firmaron estos movimientos, sino que de ninguna manera justifica una tregua y una paz social a este gobierno. Y así lo entienden los miles y miles que en todo el país siguen luchando y reclamando. Y así lo entendemos desde el MST que los acompañamos y apoyamos con todas nuestras fuerzas.
Carlos Ugarte