ambiemos tomó la bandera anticorrupción. Pero la tiene manchada y hecha girones. Hay que hacer cambios profundos.
Los funcionarios kirchneristas hicieron una de las gestiones más corruptas de la historia argentina en democracia. No fue un choreo solamente individual, estaba organizado desde arriba. Además de llenarse los bolsillos en provecho propio, robaban para la corona. Lo que todo el mundo sabía, se va comprobando día a día.
Sin embargo, las cosas no son tan fáciles de desentrañar. En el medio hay varios problemas: Macri y Cambiemos (PRO-UCR): ¿Desde qué legitimidad son paladines de la transparencia? ¿Qué mecanismos están utilizando? ¿Pueden llegar hasta el final en la investigación y castigo? ¿Qué ocultan los partidos patronales?
Caraduras
Las denuncias contra los corruptos K la están encabezando los corruptos de Macri y Cambiemos desde el gobierno. Macri está embarrado con su participación directa en los fondos off shore que saltaron con los Panamá Papers. Además, no pierde oportunidad de favorecer los negocios de su familia cada vez que puede. Lo tuvieron a Fernando Niembro y a otros sedientos de negocios truchos. ¿Esto no es corrupción?
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, es otro que está íntimamente relacionado al mundo off shore en Paradise Papers. Como ex CEO de Shell fue director de empresas radicadas en jurisdicción secreta, es decir en un paraíso fiscal. ¿Esto cómo se llama?
Como estos ya hay decenas de casos similares. Y sería muy malo que haya quienes se olviden que en este gobierno también participa la UCR, con sus viejos y conocidos ladrones echados a patadas por el pueblo.
Giro autoritario
Más allá de que no tenemos nada que ver políticamente con Boudou, De Vido o Milagro Sala, ni con el proyecto FPV-PJ, los están encarcelando en forma arbitraria y sin condena. Estos son antecedentes pésimos que demuestran una brutal utilización política de la justicia y el avasallamiento de garantías democráticas básicas. Hoy lo hacen contra estos personajes, luego lo harán con otros opositores políticos y dirigentes sindicales combativos.
La bronca y el odio a los chorros, no debe ocultar que Cambiemos se está pasando de la raya en el camino de hacer lo que se le da la gana, por encima hasta de la justicia formal.
Limitaciones insalvables
Nunca van a ir hasta el final con la investigación y el castigo, a no ser que se los imponga la movilización y la voluntad popular. Esto se debe a una razón muy sencilla: están todos entongados. Los chanchullos cortan transversalmente a los representantes de los partidos patronales que ocupan cargos y al empresariado.
Por eso, cuando alguno amaga a prender el ventilador, empiezan los alertas de distintos sectores burgueses para bajarle el tono al tema y que no se desmadre.
La gran estafa
Los políticos patronales, se pasan facturas por los que meten la mano en la lata y viven en la vereda de enfrente. Pero hay algo en lo que se ponen de acuerdo: en esconder la corrupción estructural.
La Argentina está sometida por la madre de todas las corrupciones, una que es tan profunda y tiene tantos cómplices, que nadie la pone en este rubro, pero está. Es la deuda externa. Aunque es comprobadamente ilegítima, fraudulenta y usuraria, todos la pagan. Todos la realimentan. Todos la “honran”. Esto es corrupción de fondo: que todo el pueblo haya asumido por imposición del Estado, la deuda contraída por patrones privados. La plata que los gobernantes le dan a los usureros, es la que le roban a la salud, a la vivienda y a la educación de los de abajo.
Para ir hasta el final
Con esta justicia, totalmente dependiente del poder político de turno, oscura, privilegiada y patronal, no se puede llegar muy lejos. Y, sí Carrió sigue siendo el modelo anticorrupción, estamos fritos. Ella fue la primera que pasó de denunciar la corrupción macrista a cerrar su bocota cuando se hicieron sus aliados de gobierno.
La única forma para que haya justicia es con cambios profundos. Primero con la movilización, para obligar a todos a ir más allá de sus intenciones. Pero sólo esto, no alcanza.
En necesario formar una Comisión Investigadora Independiente, integrada por personalidades intachables de distintos sectores, sin compromisos con el poder y de probada honestidad. Para investigar hasta el final y que se castigue a los chorros. Una verdadera Conadep de la corrupción.
En el camino de medidas que avancen más aún, es necesario que los jueces dejen de ser esa casta privilegiada al servicio del gobierno de turno, elegidos a dedo en sus cargos a cambio de favorecer al que los puso. Deben ser electos por voto popular directo, con revocatoria de mandato y control social. Hay que instaurar los juicios con jurados populares como una herramienta legítima para tomar decisiones. Sin esto, jamás habrá una justicia independiente.