La huelga general del 8N convocada por la pequeña central CSC ha sido un éxito. Cataluña se paralizó. Fue un éxito con muchos méritos por las dificultades que tuvo que enfrentar. Los Comités de Defensa de la Revolución jugaron un gran rol. El pueblo catalán lejos de estar derrotado demostró que puede tomar en sus manos la pelea independentista.
Cuando la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, detuvo al vicepresidente Junqueras y a siete ministros, el pasado 2 de noviembre, Cataluña estalló. Inmediatamente miles y miles colmaron las calles, tanto el 2 como el viernes 3. La ANC llamó a una Diada por la Independencia para el 12N y una pequeña central sindical, la Intersindical – CSC convocó a la huelga general para el 8N.
El llamado a huelga obtuvo un fuerte apoyo del sindicato del magisterio, la central anarquista CGT dio libertad de acción a sus regionales y se plegaron en forma decidida los Comités de Defensa de la República (CDRs), la CUP, los estudiantes y los agricultores. Contaba desde sus inicios con el boicot de la socialista UGT y las comunistas CCOO, que impidieron que la coordinación más numerosa de la Mesa por la Democracia, en la cual están también la ANC y Ómnium, se pronunciara a favor como en el pasado paro general. A lo que debemos sumarle que en la anterior huelga del 3-O el gobierno de la Generalitat, ahora depuesto, empujó en toda el área estatal. Con estas dificultades, la huelga fue un éxito y Cataluña se paralizó. Miles de catalanes salieron desde temprano a realizar decenas de piquetes (más de 50) que garantizaron múltiples cortes en rutas y arterias claves de acceso. Entre ellas las rutas que comunican con Francia y Madrid. La Policía Nacional, Guardia Civil y los Mossos destinados a impedirlos no pudieron evitar que se corte el tren de alta velocidad, ante más de mil piqueteros que las desbordaron en Girona.
En horas de las tarde. 25.000 personas convocadas por los sindicatos independientes, los CDRs, la ANC y Ómnium, se reunieron en la Plaza Sain Jaume de Barcelona exigiendo la libertad de los presos y contra el 155. También se movilizaron 5.000 en Terragona. En Barcelona fue silbado por la multitud el secretario general de UGT Cataluña, Camil Ros. Pese a que el gobierno y los medios de comunicación españolistas intentaron disminuir la importancia del paro, lo cierto es que Cataluña vivió un nuevo día de paro general, con miles en las calles, la policía desbordada y las viejas conducciones totalmente sobrepasadas por las bases y las nuevas organizaciones.
Se radicaliza el proceso
Contra todos los que opinaban que luego de las detenciones, primero de los Jordis y luego de medio Govern, el exilio de Puigdemont y la caída del gobierno de la Generalitat, el proceso iba a entrar en una meseta en la cual se iban a fortalecer Rajoy y el régimen del Estado español, lo cierto es que las movilizaciones y acciones que siguieron a la detención de Junqueras y los ministros, y ahora este nuevo exitoso paro general del 8N, muestran lo contrario. Lejos de encaminarse por un proceso más calmo que lleve a las tramposas elecciones del 21D, Cataluña sigue peleando. Y ahora lo que avanza es el desborde de las viejas conducciones. Tanto de aquellas que traicionaron desde un principio como las del PSOE y la central UGT, del PC y las CC.OO., como de aquellas que han conducido hasta acá el proceso soberanista, como son la ANC y Ómnium, que si bien no enfrentaron tampoco se jugaron con todo por esta medida. El llamado de pequeños sindicatos independientes y la CDRs empalmó con la necesidad del pueblo catalán de pelear sin pausa hasta obtener la libertad de los 10 detenidos en Madrid y el cese en la aplicación del art. 155, recuperando sus autoridades autonómicas y su derecho a decidir ser independientes. Ganaron los catalanes, perdió Rajoy, el régimen y todos los que se oponen a la independencia y avanzaron nuevas organizaciones y direcciones.
Las elecciones autonómicas del 21D
Fueron lanzadas como una trampa, que bajo una mascarada democrática, pretenden ocultar la aplicación del art. 155 y que se realizan tras un golpe de Estado y con las autoridades autonómicas depuestas, en la cárcel o el exilio. Sin embargo, el conjunto de los partidos y el movimiento independentista se preparan para participar en ellas. La debilidad de Rajoy no le permitió estirar más su intervención directa y ha optado por esta salida «democrática». No pudo avanzar el pedido de Ciudadanos para proscribir a los partidos soberanistas y hasta tuvo que permitir que los dirigentes presos o en el exilio
puedan ser candidatos. Cuando cerramos esta edición de AS está venciendo el plazo para la presentación de las listas con la particularidad que no pudo constituirse la lista única
de partidos independentistas que proponía el PdeCAT y Puigdemont y que rechazó la CUP.
Tampoco prosperó la maniobra de la alcaldesa Colau, que con el argumento de armar una lista «de izquierdas» proponía juntar desde ERC al PSC. Algo muy coherente con su desastrosa posición de pedir por los presos y la anulación del 155, pero oponerse completamente a la independencia. Esta posición de Colau y su referente nacional Pablo Iglesias llevó a que esta semana renunciara Fanchín, el máximo dirigente de PODEM
Cataluña, quien se retiró junto a gran parte de la militancia. La dinámica de los enfrentamientos se lleva puestos a los que no están a la hora de la lucha y a los que en el terreno político pretenden jugar al medio y terminan siendo funcionales al enemigo.
Una revolución que está conmoviendo a España y a Europa
La intervención del gobierno autonómico, la prisión y persecución de sus dirigentes, sumada a la enorme movilización democrática del pueblo catalán, hace que el espectro de apoyo y simpatía por la causa catalana se extienda hasta sectores que no apoyaban la independencia o tenían dudas sobre ella. Y plantea la obligación tanto para los revolucionarios como para todos los demócratas del mundo de pronunciarse y movilizarse en defensa del pueblo catalán, de la libertad de sus dirigentes presos, la anulación del 155 y el respeto al derecho a la autodeterminación. El levantamiento catalán ha puesto a la luz del sol la tremenda crisis y decadencia del régimen bonapartista monárquico imperialista que gobierna España. Algo que lamentablemente las corrientes sectarias como el PTS o el PO no llegan a percibir. Ya que aunque formalmente defienden el derecho del pueblo a decidir se oponen a la formación de un Estado republicano independiente, que de triunfar sería el golpe de muerte que hundiría ese régimen podrido, liberando enormes fuerzas revolucionarias contenidas por él. El apoyo incondicional a las banderas actuales de la rebelión catalana, es el mejor servicio que podemos hacer los revolucionarios a la causa de la revolución anticapitalista europea y mundial. Desde el MST hemos impulsado pronunciamientos, declaraciones y múltiples actividades solidarias con el pueblo catalán conjuntamente con las organizaciones que conforman nuestra corriente internacional. En Argentina ya hemos realizado dos actos frente a la embajada de España, acompañado a la comunidad catalana y llevado la bandera de Cataluña libre a cada actividad en la que participamos. Llamamos a todos los luchadores de nuestro país a sumarse a esta campaña.
Cronología de la revolución catalana
11/9: En la «Diada» catalana, un millón de catalanes convocados por la ANC y Ómnium marcharon reclamando la independencia, bajo la consigna del Sí en el plebiscito convocado por el gobierno autonómico.
20/9: La Guardia Civil allana dependencias del gobierno de la Generalitat buscando material a ser utilizado en el plebiscito declarado «ilegal» por el Tribunal Constitucional. Detiene a 14 catalanes, la mayoría altos funcionarios. Se intervienen las cuentas bancarias. El ataque fue considerado como un verdadero intento de «golpe de
estado» del gobierno de Rajoy y el Rey. Los catalanes convocados por la ANC y Ómnium salen masivamente a la calle, rodean el ministerio de economía, los cuarteles de la guardia civil, los lugares de detención de los dirigentes presos, destruyen los patrulleros de la Guardia Civil estacionados. Son decenas, cientos de miles. Estas jornadas son consideradas como el inicio de una revolución democrática en Cataluña.
1º/10: Miles de familias habían tomado las escuelas, que eran los lugares de votación, para impedir la presencia de la policía. Emitieron su voto 2.200.000 catalanes, enfrentando en muchos casos una dura represión policial. Más del 90% votaron a favor del Sí. Se calcula además que hubo 700.000 votos secuestrados por la Guardia Civil. Los enfrentamientos con las fuerzas represivas dejaron cerca de 900 heridos. Muchos de ellos ancianos y mujeres grandes brutalmente golpeados, cuyas imágenes recorrieron el mundo.
3/10: en repudio a la represión del 1º-O y en defensa del resultado a favor de la independencia se realiza un paro general total en Cataluña. El paro es garantizado centralmente por los sindicatos independientes. Es muy fuerte por la gran adhesión en el transporte, los cortes de rutas y de calles que impidieron circular, el abandono en masa del pequeño comercio ayudado por la actitud favorable de sus dueños, el paro de docentes y empleados públicos, etc. El gobierno de la Generalitat empuja con todo en el sector público.
10/10: Puigdemont anuncia los resultados y por lo tanto la decisión de independizase en el Parlamento catalán. A renglón seguido suspende la proclamación de la independencia con el objetivo de negociar con el gobierno español y la Unión Europea.
11/10: Rajoy lanza la primera parte del artículo 155 de la Constitución. Se hace un «requerimiento» a Puigdemot para que ratifique o rectifique la declaración de independencia. La UE llama al «pleno respeto del orden constitucional español». Las grandes empresas, empezando por la gran banca catalana «La Caixa» van cambiando su domicilio de sede central a otros lugares fuera de Barcelona, gracias a un trámite express facilitado por una disposición del gobierno español.
12/10: Se usa la fecha patria para favorecer movilizaciones unionistas contra la Independencia de Cataluña.
16/10: Son detenidos Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los presidentes de la ANC y de Ómnium, en ocasión de que son citados a declarar por la Audiencia Nacional, acusado del delito de sedición.
17/10: 200.000 personas marchan en Barcelona por la libertad de los «Jordis» y por qué España respete su derecho a decidir ser independientes.
21/10: Ante la negativa de Puigdemont a contestar el requerimiento del gobierno español, el Consejo de Ministros presidido por Rajoy decide enviar al Senado la activación del artículo 155. Pocas horas después, una enorme movilización en Barcelona en la que participaron más de 500.000 personas repudia la aplicación del 155, exige la libertad de los «Jordis» y reclama que se respete su derecho a la independencia de España.
26/10: Comienza la sesión del Parlament en la que debe proclamarse la independencia unilateral (DUI). En tanto Puigdemont, se encuentra negociando febrilmente con el gobierno español, apelando incluso a los «buenos servicios» del PSC (la sucursal del PSOE en Cataluña) para llamar a elecciones autonómicas anticipadas y de esa manera evitar la aplicación del 155. Las conversaciones fueron hechas en consulta con sus socios de ERC. Estas negociaciones fracasan ya que Rajoy exigía que al llamado a elecciones autonómicas debería acompañarlo un pronunciamiento categórico desmintiendo la declaración de independencia, aún en su versión «suspendida». Puigdemont no acepta.
27/10: Con la presencia de Puigdemont y el gobierno de la Generalitat, el Parlament se pronuncia por la independencia deCataluña. Miles festejan en las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas. Inmediatamente el Senado español, con el voto favorable del PP, el PSOE y Ciudadanos decide intervenir al gobierno de la Generalitat, disolviendo su parlamento autonómico para llamar a unas antidemocráticas elecciones anticipadas para el 21D, interviniendo los Mossos D’Esquadra, entre otras medidas. La fiscalía empieza un proceso judicial con el objetivo de acusar y enviar a prisión a Puigdemont y a altos funcionarios. Se envía al Tribunal Constitucional una demanda para que declare nula la resolución de independencia del Parlament.
28/10: Rajoy designa a la vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría para la intervención al gobierno autonómico. Es destituido el mayor Trapero, el jefe de los Mossos D’Esquadra, y reemplazado por otro oficial de carrera. Puigdemont llama a resistir «pacíficamente» la aplicación del 155.
30/10: Puigdemont aparece con varios de sus ministros en Bruselas, desde donde planea resistir. También señala la intención de su partido, el PdeCAT, de disputar en las urnas el 21D. Junqueras, el vicepresidente de la Generalitat y referente máximo de Izquierda Republicana (ERC), anuncia que se van a presentar en estas elecciones. La CUP, que se había negado totalmente a intervenir, empieza a barajar la posibilidad de participar.
Pablo Iglesias señala que la posición de los Anticapitalistas (la corriente interna
perteneciente al SU) de reconocer la independencia catalana la ubica fuera de PODEMOS. La dirigente pública más importante de esta agrupación, la diputada andaluza Teresa Rodríguez apoya la posición oficial de PODEMOS. Iglesias también enfrenta a Fanchín, el máximo dirigente de PODEM de Cataluña, que está a favor de la independencia.
31/10: La Justicia española cita a la presidenta del Parlament Carmen Forcadell y a la Mesa de este parlamento autonómico, a Puigdemont y sus ministros, para declarar por el delito de sedición.
02/11: la Jueza Carmen Lamela, de la Audiencia Nacional, dicta la prisión del vice presidente Junqueras y de siete ministros, acusados de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos. Otro ministro, Santi Vila, fue dejado en libertad condicional luego de pagar una fianza de 50.000 euros. Ante la negativa de Puigdemont a presentarse a declarar, la jueza lanza una orden de detención internacional. Más de 20.000 catalanes se concentran en Barcelona. Se exige la libertad inmediata de los miembros del Govern detenidos y de los Jordis. El Ayuntamiento de Barcelona vota el reconocimiento de las autoridades de la Generalitat depuestas por Rajoy, por iniciativa de ERC.
03/11: Múltiples cortes de ruta. La ANC y Ómnium convocan un masivo cacerolazo. Se realiza una multitudinaria concentración en Barcelona y distintas movilizaciones en los pueblos y ciudades. Exigen la libertad de los presos y el cese del 155. Los sindicatos independientes convocan a una nueva huelga general para el 8N y la ANC y Ómnium a una nueva y masiva «Diada por la Independencia» para el 12N.
05/01: Puigdemont junto a los cuatro ministros que lo acompañan, se presenta en los tribunales belgas. Son puestos en libertad bajo el régimen de libertad vigilada. Llama a conformar una lista única de todos los partidos soberanistas para participar el 21D.
06/01: El máximo dirigente de PODEM de Cataluña, Dante Fanchín, presenta su renuncia al partido por diferencias con Pablo Iglesias y la dirección de PODEMOS.
07/11: 200 alcaldes soberanistas viajan a Bruselas para realizar un acto de respaldo a Puigdemont y también como parte de la campaña electoral.
08/11: Segundo paro general en
Cataluña.
Gustavo Giménez