Comenzando el año nos enfrentamos a un nuevo gobierno de Derecha. Es tiempo de Piñera, el cual mostrará un rostro más conservador dentro de un desgastado modelo que ha encontrado respuesta masiva y callejera. Los principales administradores del neoliberalismo están en decadencia, expresando el agotamiento de un sistema que nos lleva a limites sociales y naturales. De todo esto conversamos e intercambiamos ideas con Mariano Rosa, coordinador de la Red Ecosocialista de Argentina. Tranzando una hoja de ruta común de convergencia mundial, de la protesta a la propuesta.
La herencia pinochetista, transición y nuevo período
Chile en los últimos años ha venido expresando una crisis de la democracia consensuada, herencia de la dictadura, la cual comenzó a mostrar sus grietas con la irrupción de la movilización estudiantil en el 2006-2011, periodo que manifestó las contradicciones de la mayoría del estudiantado con la lógica mercantil, sintonizando la enorme desprotección social que promueve el neoliberalismo. La reorganización económica-social que comenzó con el terror militar implicó una orientación a la privatización y extranjerización de la economía, aquella profunda contrarrevolución implementada a sangre y fuego, tuvo un proceso de normalización bajo el ideario “chicago boy” sostenida por los gobiernos de la Concertación, la cual bajo sus primeros mandatos se volcó a poner en practica la agenda privatista, está vez profundizando la monopolización. Un dato es la evolución de los sectores privados en el sector del agua potable, a fines de los 80’ contemplaban un 3%, mientras que durante el Gobierno de Eduardo Frei (1998), se modificó la Ley General de Servicios Sanitarios, derivando en el 2005 resultaran con el 95%.
La dinámica de los años post-dictadura ha sido fuertemente cuestionada por las alzas de las movilizaciones, el impulso del 2011 condicionó en el régimen político un proceso de desafección con el grueso de la sociedad. De esa forma el segundo gobierno de Bachelet, en donde se incluyó al Partido Comunista a la Nueva Mayoría, intenta tomar las principales demandas y transformarla en un paquete de reformas dentro de los márgenes del neoliberalismo, no logrando resolver las contradicciones latentes. En educación el 28% solamente accede con una subvención de “gratuidad”, mientras que el proyecto de Reforma Constitucional, actuó como simulacro en “consultas ciudadanas” y frente a las masivas movilizaciones por un nuevo sistema de pensiones, la propuesta fue una AFP Estatal, es decir un maquillaje que buscaba sustentar el sistema con reformas indoloras al capital. Esto terminó constituyendo uno de los factores de la crisis del proyecto de la Nueva Mayoría, sumando a la crisis de se cruzados por casos de corrupción concluyen en las últimas elecciones como los mayores derrotados.
La derecha ganó en un marco que la principal referencia de gobierno de los últimos años entra en una etapa de crisis terminal, buscando recomponerse en un periodo abierto por el fin del bipartidismo. Las elecciones pasadas mostraron la urgencia de un nuevo fenómeno político-electoral como síntoma del proceso de desgaste de la etapa previa, es así como el Frente Amplio surgido por movimientos estudiantiles principalmente, logró en primera vuelta marcar la sorpresa, con un 20% de Beatriz Sánchez, muy cercano a los 23% de Guiller y logrando 20 diputados y un senador electos. El conglomerado que se reclama “ni de derecha ni izquierda” canalizó aquel descontento contra “lo viejo” y la búsqueda por lo nuevo con un discurso de renovación.
Laboratorio de extractivismo y resistencias
En las últimas décadas a América Latina le ha correspondido en la división mundial el rol exportador a gran escala de los bienes primarios, en desmedro del despojo territorial y la desposesión social. Esta estrategia global del capital implica reorganizar el control y la disposición de los recursos naturales para asegurar la dinámica de acumulación, teniendo libre acceso gracias a la mercantilización y especulación financiera sobre el territorio. Chile que a partir de la perpetuación de la herencia pinochetista ha venido siendo un laboratorio de contrarreformas, se configura en la fase actual del extractivismo en medio de un triunfante neoliberalismo, es decir siendo una de las economías más extranjerizadas a nivel mundial.
La lógica privada y la desregulación estatal se sustentan en un marco jurídico amparado en la constitución de Pinochet. En el caso minero –pilar fundamental- la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras y el Código de minería y Reglamento, ambas de 1983, aplican concesiones indefinidas para su exploración y explotación, engendrando un poder político-empresarial en el traspaso de cargos entre CEOS a ministros, bajo el alero de un negocio redondo. Otros ejemplos son el caso de la Forestales, sustentadas en el D.L. 701: Ley de Fomento Forestal, que en 1974 subsidia a privados hasta en su 90%, con beneficio tributario para la explotación de especies exóticas en grandes extensiones de terreno bajo el monocultivo.
El Código de Agua instaurado (1981), sustenta y ampara con garantías constitucionales el derecho privado de la propiedad del agua, de esa forma el Código aplica dos derechos sobre el agua en función de su uso, consuntivo y no consuntivo, el primero aplicado a las aguas que no se pueden reutilizar, es decir a minería, agricultura, entre otras actividades. La dimensión de esta traba legal ha permitido a la institución del Estado encargada de la gestión del agua -la Dirección General de Agua- conceder a privados el aprovechamiento del recurso de forma gratuita y a perpetuidad. Las consecuencias sobre la perdida de soberanía hídrica conlleva a una concentración de la propiedad del agua en grandes grupos económicos, expresado en que el 90% no consuntivos están en manos de empresas extranjeras: Endesa, Aes-Gener y Colbún. Otro factor ya nombrados son el uso del agua potable.
Protestar, proponer: hoja de ruta anticapitalista y ecosocialista.
El mes de Enero compartimos con Mariano Rosa, coordinador de la Red Ecosocialista de Argentina, en donde realizamos dos actividades centrada en tender puentes entre las experiencias de lucha socioambiental y de manera propositiva plantearnos los retos que implica pasar de la resistencia a la propuesta. La primera la llevamos adelante junto a la Asamblea Agua y Soberanía de Puente Alto, en donde nos hacemos parte orgánico como BAM, en aquella ocasión en una plaza pública, entre música y diálogos, los voceros de la asamblea plantearon el rol protagónico que ha tomado Agua y Soberanía como oposición al proyecto hidroeléctrico Alto Maipo que amenaza a la principal fuente hídrica de agua potable de toda la región Metropolitana, por su parte nuestro compañero Mariano enfatizó la necesidad de un proyecto político que tendiera puentes a nivel continental para dar frente al extractivismo.
Creemos necesario y posible pensar nuevos horizontes, así lo ha vuelto a ejemplificar un mundo donde las mujeres, la juventud y los trabajadorxs vuelven a ser protagonista en frenar los intentos del capitalismo en su ofensiva plantearía por sobre el 99% de la población. La movilización social es decisiva en desmantelar el poder del 1%, sin embargo necesitamos pasar de la resistencia a la propuesta, a construir una fuerza política y social propositiva, consciente, rebelde y no dogmática, suficientemente audaz para tomar el cielo por asalto. Esa es nuestra hoja de ruta, Anticapitalista, Feminista y Ecosocialista. En ese camino nos proponemos construir como BAM y la Red Ecosocialista, en nuestro país y en todo el continente, de esa forma la experiencia y acuerdos que dialogamos estos días con compañeros del MST y la Red, se hacen voces propositivas. A Multiplicarlas.
Joaquín Araneda, Bloque Anticapitalista Movilizados – Red Ecosocialista.