Las elecciones anticipadas se han vuelto moneda corriente en nuestro país. La crisis política, económica y social alienta a los gobernadores a aislar los procesos electorales. Córdoba, que no será la excepción ya se prepara para la batalla electoral del próximo 12 de mayo.
El PJ hace 20 años que gobierna nuestra provincia en un sólido acuerdo con el radicalismo y el servilismo de la burocracia de la CGT, completamente afín a sus intereses. Este sólido bloque que les permitió repartirse el territorio como un botín de guerra -el PJ gobierna la provincia y la UCR la Capital- empieza a resquebrajarse al compás de la crisis.
«El amigo de Sciaretti es Macri, no soy yo»
La frase corresponde al actual intendente de la ciudad, el radical Ramón Mestre. Y una cuota de razón tiene. En Córdoba el mejor aliado de Macri fue y es Schiaretti, excelente aliado del plan de ajuste del gobierno de Cambiemos. Es esta la razón por la cual la campaña jugando de opositor se le complica tanto.
Más que Cambiemos, rompemos
La novela en torno a la interna de Cambiemos tuvo mil capítulos y se transmitió en horario central por los medios hegemónicos: Mestre, presidente de la UCR reclamó internas y se postuló para gobernar la provincia. Negri, Baldassi y Juez con la venia del Macrismo, rechazaron las internas, las impugnaron y se postularon por fuera. El final no fue feliz para ellos: no hay Cambiemos en Córdoba, el espacio se presenta en dos listas diferentes generando un cimbronazo a nivel nacional y habilitando una segura victoria al PJ, tanto a nivel provincial como en la ciudad.
En el mismo lodo todos manoseados
Mientras tanto Sciaretti se dedicó a cooptar a todo el arco «opositor» y terminó generando un nuevo frankestein electoral: «Hacemos por Córdoba», al que se sumaron el GEN y el PS, buscando refugio frente a la marginalidad sostenida en la que se encuentran.
Quieren entrar pero no los dejan
El kirchnerismo, a diferencia de otras provincias en las que va dentro del PJ, aquí se presenta sólo. No porque quiera, sino porque no le queda otra. Así lo reconoció su candidato a gobernador Pablo Carro: «No fuimos nosotros los que evitamos el diálogo. Para que haya un acuerdo debe haber una predisposición de dos partes. Acá no las hubo.»
Renovar a la izquierda para conquistar nuestros derechos
Las variantes tradicionales no son alternativa, eso está claro. Todas son responsables de la penosa situación que vivimos los cordobeses. Todas nuestras luchas las enfrentan: la pelea por el aborto legal, por la separación de la Iglesia del Estado, contra el ajuste y por la defensa del bosque nativo.
Pero tampoco es alternativa el FIT, que lamentablemente se ha cerrado una vez más, boicoteando la posibilidad de llevar una alternativa unitaria de toda la izquierda.
Necesitamos que nuestras voces lleguen a los lugares de decisión para enfrentar esta Córdoba para unos pocos.
Desde el MST con Luciana estamos jugados a poner en pie una izquierda unitaria, renovada y propositiva. Hay que dar vuelta todo, hoy más que nunca.