El año 2019 se convirtió en una pesadilla para el actual gobernador de la provincia, hijo dilecto de las políticas ajustadoras y reaccionarias de Macri. Si a principios de año Cornejo se jactaba de una alta aceptación de la población que lo “blindaba” de la crisis económica nacional, lo que le permitiría a Cambia Mendoza ganar holgadamente las elecciones provinciales, la profundización de la misma lo llenó de incertidumbre y las elecciones PASO del domingo acentuaron las dudas.
Es que en una provincia que se presentaba como ordenada y con un gobierno que había hecho el ajuste a la medida del plan nacional y más, el que perdiera en las dos categorías en disputa (presidente y diputados) no estaba en sus cálculos, ni siquiera los más pesimistas. Cambia Mendoza venía de unas PASO provinciales en junio donde había ganado por cierto margen al PJ y confiaba que la supuesta estabilidad de los últimos meses le jugaría a favor. Se prepararon para un discurso de vencedores este domingo a la noche. Sin embargo la bronca contra el gobierno nacional se extendió al suyo propio y recibió un cachetazo que lo dejó al borde de las lágrimas.
Cornejo, eje indiscutido de la campaña (bastante apática por cierto) perdió junto a Macri en la inmensa mayoría de los departamentos, una situación inversa a la que se venía registrando en las últimas elecciones, donde los peronistas sólo podían contar con 4-5 departamentos de la provincia. Y la magnitud de la derrota se notaba en su cara al cierre de los comicios, nunca imaginó el alcance del arratre hacia debajo de la crisis económica nacional que le demostraba que Mendoza, contra todos sus dichos, no es una isla sino parte de la misma crisis.
Pero el panorama ahora es aún más negro aún que el del domingo, en poco más de un mes Cornejo se juega la continuidad de su modelo con su elegido Rodolfo Suárez, que no enamora a nadie y ahora con esta derrota a cuestas, enfrentará a un PJ envalentonado, con una candidata del propio riñón K, Anabel Sagasti y la posibilidad, otrora remota de perder las elecciones, hoy es un fantasma que recorre todos los pasillos del 4° piso de la Casa de Gobierno.
En contraposición al malhumor oficialista, los resultados de FIT-Unidad nos llenan de optimismo. En Mendoza como en el resto del país la unidad de la izquierda logró no sólo capear el temporal de la falsa polarización, sino también revertir los resultados de las elecciones provinciales donde el FIT había logrado un 3,5% creciendo ahora en Diputados al 4,8%, mostrando que unida sigue siendo una opción válida y real para los mendocinos. Fue un voto al único programa de oposición verdadero al ajuste de Macri, un voto que nos llena de fuerzas para las próximas elecciones que se vienen en la provincia y a nivel nacional. Desde el MST nos sentimos muy contentos y orgullosos de una campaña a pulmón, casa a casa, donde contribuimos no sólo a mantener sino a hacer crecer una alternativa de izquierda, de los trabajadores, la juventud y las mujeres que debe seguir desarrollándose luego de las elecciones y que como siempre, seguirá presente en las calles en cada lucha y movilización.
Gerardo Uceda