Entrevistamos al Dr. Eugenio Semino, Defensor de la tercera edad en CABA, Director de la Asociación Civil Años y Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría.
¿Cómo ves la situación de los adultos mayores en la pandemia?
El sistema político no está percibiendo que hoy estamos hablando de una crisis humanitaria del adulto mayor en la Argentina, con particularidades que hay que tener en cuenta, de los 37.000 fallecidos por Covid el 80% son adultos mayores y los que se recuperaron quedaron con secuelas que hay que atender y que requieren un gran esfuerzo y recursos. Y los que al empezar la cuarentena tenían ayuda familiar hoy la han perdido por que se ha resentido el ingreso de esa familia, por la pérdida de puestos de trabajo y la disminución de haberes.
¿Qué ocurre con los haberes de los jubilados y pensionados?
El haber del jubilado perdió el 40% del poder adquisitivo desde diciembre del 2017 hasta este momento. Los números dicen que en diciembre del 2017 se perdieron seis puntos por el llamado factor empalme del cambio de fórmula. Esto lo dice la propia Corte en fallos producidos como producto de una gran cantidad de juicios. Y se trata de una deuda que tiene el Estado con los jubilados y pensionados. Durante el 2018 -2019, como todos sabemos se perdieron veinte puntos de ese poder adquisitivo en relación con la inflación, dato reconocido por el actual presidente Alberto Fernández que decía que había que recuperarlo y cuando era candidato había generado una propuesta que proponía la venta de las LELIC para recomponer esos 20 puntos, pero finalmente no se vendieron y seguimos pagando los intereses de la mismas.
¿Y qué significó la emergencia previsional?
El diciembre pasado al declararse la emergencia lo que ocurrió es que los reajustes que se dieron en marzo, junio y septiembre fueron a la baja y esto está planteado y lo judicializamos con un amparo colectivo con el patrocinio de los doctores Adrián Tróccoli y Andrés Gil Domínguez y llegamos por vía de per saltum a la corte el 18 de marzo de este año y hasta el día de hoy no lo ha tratado la corte.
¿Qué opinás de nueva ley de movilidad que quiere aprobar el parlamento?
En estos meses se empezó a discutir en el Congreso de la Nación en una comisión bicameral cuál era la mejor fórmula para aplicar. Yo fui invitado, y ahí les comenté a los legisladores que el problema estaba radicado en la recomposición de los haberes porque con sueldos tan deprimidos cualquier fórmula ratifica la depresión del haber. Bueno, se debatió y en un momento llego la propuesta del ejecutivo, que es similar a la que estuvo en vigencia del 2008 al 2017, que en algunos momentos fue beneficiosa y en otros como el 2012 -2014 fue perjudicial. Y siempre cuando les va mal está relacionado con problemas de la macroeconomía y fueron años de alta inflación fundamentalmente en 2018 y 2019.
El secretario general de la ANSES dijo que con la nueva fórmula van a estar muy bien los sueldos de los jubilados…
Sí, inclusive ANSES dijo que le ganó este año el reajuste a la inflación y a lo que era la aplicación de la otra fórmula. Y son dos cosas que no son así. Me parece que los jóvenes funcionarios debieran ser cautelosos y prudentes para con nosotros los viejos. A veces nos duele más que agredan nuestra dignidad que lo que sufrimos cuando nos meten la mano en el bolsillo. Y me parece que este idioma festivo de anunciar los 5 puntos de diciembre, que son $900, es decir $30 por día, debiera por lo menos hacerse hasta en otro tono y explicarse otras cosas.
También declararon que es una mentira que la nueva ley está atada al ajuste que pide el FMI, que no está en el marco del ajuste. Que estamos mintiendo…
Mirá, hace 35 años que estoy en esto. Me tocó vivir con muchos com-pañeros, inclusive en aquel momento de CTA, de ATE, de oponernos a la privatización. Y estaban los papers del Fondo, planteando el ajuste a partir de la capitalización, etc. En realidad, los papeles con las sugerencias de los organismos multilaterales de crédito son siempre los mismos. Es más, bromeaba con un compañero cuando hablábamos del actual proceso, que hay casualidades que llaman la atención. La fórmula se discutió casi cinco meses y apareció de repente una noche, a las 22 pm, el proyecto del Ejecutivo. A las 8 am del día siguiente llegaron los representantes del FMI…
No hay casualidades…
Sí, yo lo comparaba con los regalos que te hacen en algunos hoteles cuando entrás a la habitación, que te dejan bombones, o algún otro souvenir. Me parece que cuando llegaron los dos o tres de del Fondo a las 8 de la mañana, entraron al hotel y tenían arriba de la almohada el papelito con la fórmula y un moñito. Mira, esas casualidades… se dice en Centroamérica que lo que tiene color, olor y sabor a vino, cuando lo bebés es vino…
Y la canasta básica para una pareja de jubilados está en los $50.000. Es invivible. Ni hablar si alquilan…
Por eso, inclusive pasaron cosas muy graves que habíamos advertido. Nosotros le habíamos hecho una presentación a Cafiero cuando empezó la cuarentena. Yo estoy presidiendo una sociedad científica, la Sociedad Iberoamericana de Geriatría y Gerontología, nada que ver con lo previsio-nal. Y le habíamos plantado dos cuestiones desde la Sociedad. Una de ellas era la necesidad de los testeos intensivos, a partir de que empezara la cuarentena en los Geriátricos al personal. El personal de la comunidad geriátrica es uno de los personales más sacrificados, peores pagos, más manoseados y demás. Y por otro lado planteamos, dentro de esa misma presentación, la necesidad de llevar los haberes mínimos de los jubilados o de quienes ganaran un poquito más, por lo menos durante la duración de la cuarentena, al margen de que no suponíamos que fuera a ser tan larga, a una base no menor de $30.000. Porque si no, el jubilado tenía que seguir saliendo a trabajar. Nos dijeron que no se podía, que no había plata en el sistema. Y, desgraciadamente, esto fue lo que pasó.
Para estas cosas nunca hay plata, para otras, aparece rápidamente.
Ni hay plata, ni hay una mirada razonable. Esa plata hubiese evitado cientos de miles de contagios y cientos de miles de muertes. Yo vivo en Mataderos, un barrio de trabajadores como tantos otros, pero que está pegado a Provincia de Buenos Aires. Los jubilados de mi barrio y los del otro lado de Gral. Paz, tuvieron que violar la cuarentena desde el comienzo y no porque no se sepan las consecuencias, o por anti-cuarentena, sino porque si no se morían de hambre. O le ponían el cuerpo al virus, o no podían comer.
Hay una fecha que los argentinos solemos, en este vértigo que vivimos, olvidar rápidamente las cosas. El 3 de abril, 1 millón de jubilados, salieron a pasar la noche y esperar a que abrieran los bancos, para que les pagaran los 15 o 20 días que tenían acumulados ahí, porque no podían subsistir.
Bueno, como siempre muchísimas gracias por tu tiempo, y nos vamos a seguir encontrando en la calle, peleando por los derechos de los adultos mayores.
Hay que seguir horadando la piedra. Y esa lucha ojalá fuera comprendida por los jóvenes. El otro día estábamos en Congreso, y éramos un puñadito de viejos heroicos, y en realidad faltan los jóvenes porque tienen un enorme miedo a envejecer. Nadie se ve como jubilado. En Francia, pasó exactamente lo contrario, cuando quisieron recortar derechos de la seguridad social, salieron cientos de miles de jóvenes, y el gobierno no lo pudo hacer. ¿Y por qué salieron? Porque ellos se ven jubilados en el futuro, y quieren preservar los derechos que tienen. En cambio, acá, las personas tienen alrededor de 60 y no se ve como jubilados y sólo les falta un pedacito. Es más, vienen a los 65 a la Defensoría, no a ver cómo jubilarse, sino a ver cómo hace para no jubilarse. Bueno, tenemos que cambiar esto.
Entrevistó: Fernando Sacarelo