Lo planteamos cuando se presentó el reglamento interno del Frente de Izquierda para las PASO, lo dijimos ocasionalmente durante la campaña electoral y lo repetimos a la hora del balance: es malo, muy malo. El tiempo a rotar en las bancas que se conquisten no es en función del peso de cada fuerza del FITU en la lucha de clases, como proponemos, y ni siquiera es proporcional a los votos que aporte cada una de las listas internas, sino que para entrar en el reparto hay que superar un piso proscriptivo que determinaron el PTS y PO, acompañados como siempre por IS.
Como fue puesto como condición para integrar el frente, desde el MST y en función de la importancia política que para nosotros tiene la unidad de la izquierda, lo aceptamos pero dejando constancia de nuestra total disconformidad por considerarlo antidemocrático. El objetivo de ese reglamento es desalentar la conformación de listas disidentes para que se acepten los criterios de «proporcionalidad» alejados de la real relación de fuerzas de cada partido que han pergeñado el PTS y el PO en beneficio propio.
Los cuatro partidos que integramos el FITU rechazamos el piso electoral del 1,5, 2, 3 o hasta 5% que impuso la burguesía a nivel país o en las distintas provincias porque resulta proscriptivo. Lo repetimos hace poco ante las elecciones de Salta y Jujuy, donde esa traba del régimen nos dejó sin diputados provinciales pese a los buenos resultados. Y al menos nosotros, el MST, rechazamos el método de la burocracia sindical de que «el que gana se lleva todo», que impide integrar a las conducciones gremiales a la o las listas opositoras en forma proporcional a sus votos y así deja a toda una parte de las y los trabajadores sin su representación. Esto ocurre, por ejemplo, en la Unión Ferroviaria Oeste que conduce Izquierda Socialista.
Pero mientras todos criticamos dichos pisos burgueses por proscriptivos, dentro del Frente de Izquierda el PTS, el PO e IS nos imponen al MST un piso interno para poder acceder a la rotación de los cargos que obtengamos gracias al esfuerzo militante de las cuatro fuerzas que hoy integramos el FITU. Eso afecta también las finanzas, claves para poder hacer campaña por el Frente. Para diputados el piso a pasar es del 20 o 30%, según el caso. Y en senadores no se comparte la lista aunque una saque 51 y la otra 49%. Es incluso mayor al piso interno del macrismo, que es del 15%.
Nos parece claramente antidemocrático, incluso aunque en la mayoría de las provincias hayamos superado el piso. Por ejemplo ahora en Jujuy todo el Frente sacó un 23,3%, cerca de poder meter un diputado nacional. Si desde el MST aportamos el 4,8% de los votos provinciales, o sea el 20,6% del total del FITU, ¿por qué nos dejan afuera de la rotación si sacamos un diputado en noviembre? Porque allí pusieron un piso del 30%.
La «proporcionalidad» al antojo de algunos, una metodología hegemonista, no sólo impide visibilizar la diversidad de posturas que formamos parte del FITU sino que es un obstáculo evidente para poder sumar al mismo a otras fuerzas de izquierda que equivocadamente fueron a las elecciones por separado, dividiendo el voto de la izquierda. El MST seguirá sosteniendo la necesidad de cambiar ese reglamento antidemocrático por una representación acorde la fuerza real de cada corriente que integra el Frente.
P. V.