El 7/10 las calles de la ciudad de Buenos Aires y de todo el país se llenaron de bronca acumulada. Comedores populares desabastecidos, entrega de polenta y de sèmola a los barrios y carencia de alimentos básicos, y la ausencia de trabajo genuino a pesar de declaraciones altisonantes y mentirosas, motivaron una Jornada Nacional de Lucha del Movimiento Sin Trabajo «Teresa Vive» a lo largo y a lo ancho del país. Mientras tanto, los movimientos sociales amigos del gobierno fueron a la cancha de Nueva Chicago para aplaudir las nuevas falsas promesas electorales de Alberto Fernández y darle al gobierno una foto con mucha gente.
Escribe: Mónica Sulle, coordinadora nacional del MST «Teresa Vive»
Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina llevan 22 meses de gobierno con Sergio Massa como un hombre fuerte presidente de la cámara de diputados, con un gabinete nacional cada vez más de derecha y lleno de antiderechos, con gobernadores del PJ tradicional y con el apoyo absoluto de lo peor de la burocracia sindical. Y en estos 22 meses la pobreza no ha parado de crecer, más del 50% de la población está por debajo de la línea de pobreza y esta cifra crece escandalosamente entre los chicos, la desocupación aumenta, la inflación no para de crecer, los salarios de quienes tienen trabajo están cada vez más lejos de los índices de inflación y en los barrios populares el hambre y la falta de comida se sienten en la piel y en el estómago. Con La inflación ya se perdió poder adquisitivo de los programas sociales , casi el 30%, con un SMVYM que recién va subir en febrero a 33.000, lo mismo que la canasta de indigencia.
Y en estos 22 meses, un sector importante de los dirigentes de los movimientos sociales que integran el Frente de Todos se ha sumado al gobierno, como funcionarios y defensores de este modelo de pobreza creciente. Transformados en voceros del gobierno nacional, quieren convencernos de que toda la culpa es de los cuatro años de Macri, de la pandemia, de cualquiera menos de quienes nos gobiernan. Por supuesto que sabemos que los años de Macri fueron un desastre y por eso durante todo ese período enfrentamos sus políticas en la calle. Y nadie niega la pandemia. Pero con esa misma fuerza y convicción decimos que Alberto y el gobierno nacional no cumplieron ninguna de sus promesas electorales del 2019. El propio ministro Zabaleta dijo: «no vamos a pagar con el hambre del pueblo», y sin embargo… las heladeras siguieron vacías, el asado está cada vez más lejos, no hay trabajo genuino y en nuestros barrios crecen escandalosamente el hambre y la pobreza. Y, encima de esto, se ha reducido de forma salvaje la ayuda alimentaria a los comedores populares y a los barrios: quieren que solo comamos polenta y sémola. Mientras tanto, el gobierno le paga puntualmente la deuda externa ilegal y fraudulenta al FMI y a los acreedores internacionales.
Con Alberto y el FdT crece el hambre y la pobreza
La realidad de los barrios populares en todo el país está muy lejos del relato del gobierno nacional. Familias enteras que no tienen alimentos para comer ni una vez al día. Niños que crecen desde la cuna con índices alarmantes de desnutrición. Regreso de enfermedades relacionadas con la mala y escasa alimentación. Y, mientras el hambre y la pobreza azotan a las familias en nuestros barrios, la ayuda social es cada vez menor y se deteriora su calidad. Cuando hablamos de que quieren alimentar a nuestros pibes solo con polenta no es figurado. Mes a mes la ayuda social se ve reducida a camiones y camiones de polenta mientras vamos viendo como desaparecieron para siempre el aceite, el azúcar, la carne envasada, ya hace años que los comedores populares no tenemos acceso alguno a verduras o carnes, por parte del gobierno nacional nunca lo tuvimos, son acuerdos muy pequeños en las intendencias. Esta realidad es la única verdad, y esta realidad es una verdadera vergüenza. Y más vergüenza da que haya dirigentes y movimientos sociales que acompañen y defiendan esto.
Las imágenes de decenas de miles de personas llenando la avenida 9 de julio en CABA, u ocupando el Puente Pueyrredón o haciendo un «polentazo» masivo frente al Ministerio de Desarrollo Social son la respuesta popular a este crecimiento sostenido del hambre y la pobreza. Las jornadas nacionales de lucha y las marchas masivas en todo el país son la expresión organizada de la bronca ante esta insoportable situación que lleva a la desesperación a las familias.
La lucha está en la calle y no en las fotos con Alberto
Mientras todas las semanas crecen las marchas y las movilizaciones para enfrentar este crecimiento brutal del hambre y la pobreza, la falta de trabajo genuino y la disminución salvaje de la asistencia social, hay movimientos sociales que con sus dirigentes siguen apoyando a un gobierno que ha elegido pagarle al FMI y no responder a las necesidades de su pueblo. Dirigentes importantes de la UTEP, Movimiento Evita, la CCC, Barrios de Pie (oficial), MTE y de otros sectores, no solo se han trasformado en locuaces voceros de un gobierno claramente antipopular, sino que aportan a sus actos de campaña para seguir escuchando falsas promesas cada día más alejadas de la realidad.
La semana pasada la cancha del club Nueva Chicago fue escenario de este verdadero acto de campaña electoral, con estos movimientos sociales en las tribunas y en el campo, escuchando otra vez las promesas mentirosas de Alberto Fernández y su gobierno. Cada minuto crece y se agranda la brecha entre los dirigentes de estos movimientos y su base social en los barrios. Las mentiras tienen cada vez patas más cortas y no se puede tapar el sol con las manos. Por más que sus dirigentes se esfuerzan por llamar a sus bases a mantener el apoyo al gobierno nacional, a hacer campaña por sus promesas y a llevar a los barrios esas mentiras, se chocan con la realidad que viven las familias y los comedores populares. Por más que Grabois llame a votar al Frente de Todos «aunque sea con la nariz tapada porque muchas cosas no nos gustan», se confirma una y otra vez que la nariz es para respirar y no para tapársela.
No se puede seguir sosteniendo el apoyo a un gobierno que de popular no tiene nada. No sirve como argumento que hay que enfrentar a la «derecha», porque es cada vez más visible que la derecha crece desde adentro del gabinete nacional con personajes como Manzur, Aníbal Fernández o Julián Domínguez, y con la presencia de los gobernadores del PJ y de los intendentes del Gran Bs As en el gabinete de Kicillof. Y que, los verdaderos responsables de que el macrismo recupere terreno o de la aparición de monstruos como Milei y otros antiderechos es responsabilidad directa de las malas políticas del gobierno del FdT.
Por eso los movimientos sociales que enfrentamos esta política de hambre y de pobreza extrema vamos a seguir en las calles. Por eso no vamos a bajar nuestras banderas históricas de trabajo genuino, de una ayuda social alimentaria que alcance a los barrios y a los comedores populares, con alimentos que permitan a nuestros niños crecer dignamente, que permita a nuestras familias comer y salir de la indigencia. Las calles, las plazas y los accesos de todo el país seguirán llenos de reclamos y de exigencias, porque al hambre y a la pobreza no se los combate con discursos ni con fotos, sino con políticas reales y estas siguen sin aparecer.