El cierre de listas, dejó entre las diferentes opciones electorales, a candidatos que comparten el mote de ser «amigos de los mercados». Más allá de alguna diferencia, cada vez más difícil de hallar, Unión por la Patria, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza, en caso de ser gobierno, se preparan para profun-dizar el ajuste fondomonetarista. En la vereda de en frente, con un programa alternativo al servicio de las necesidades de las mayorías trabajadoras, está el plan de gobierno de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda del FIT-Unidad.
Escribe: Nicolás Zuttión
No es necesario mencionar que la situación económica y social del país sigue empeorando. Los salarios deteriorados que desde hace seis años vienen perdiendo poder de compra, sumado a la inflación descontrolada, la escasez de reservas, el gran endeudamiento externo y la pobreza generalizada, son expresiones del fracaso de la organización capitalista de la economía de Argentina. Sergio Massa, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Javier Milei, en sus diferentes formas y variantes, se disputan ser la continuidad de este orden político y económico que, para prolongar su rumbo, como lo expresa el fenómeno de Jujuy, necesitarán mayor presencia del aparato represivo, ya que no cabe más ajuste si no es por la vía de los palos.
Esta perspectiva, sumada al pacto extractivista que hay en relación a nuestros bienes comunes, es la que comparten Unión por la Patria, Juntos por el Cambio y los liberfachos. Sólo discuten entre ellos las velocidades y los modos de aplicar las reformas regresivas que significarían un mazazo para los trabajadores y sectores populares.
Por otro lado, con un programa alternativo, anticapitalista y socialista, nos encontramos quienes formamos parte de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda del FIT-Unidad, que integramos conjuntamente el MST y el PO.
Una economía al servicio de las mayorías
Contrariamente a la organización económica que prioriza las ganancias empresariales y los intereses de organismos imperialistas como el FMI, el programa de gobierno que presentamos va contra el orden que todos muestran como uno imposible de cambiar. Exponemos algunos puntos centrales:
. Dejar de pagar la deuda externa, investigar la estafa y romper con el Fondo
Dejar de pagar la deuda externa, según el Frente de Todos, ahora Unión por la Patria, en su momento significaba entrar en una catástrofe para el país. Era entrar en un panorama incierto, inflacionario, devaluatorio, de colapso económico total. Sin embargo, desde que asumió Alberto Fernández, se pagaron U$S 11.997 millones en concepto de deuda externa pública y se contrajeron préstamos en moneda extranjera por U$S 14.412 millones. La realidad, contrariamente a la que agitaban, fue la opuesta. Pagar la estafa del FMI y demás organismos de crédito, y muchas heredadas del gobierno de Macri, ha significado a la vez que las reservas netas del Banco Central se encuentren en terreno negativo, a pesar de que entre principios del 2020 y marzo del 2023 el superávit comercial fue de U$S 45 mil millones.
En concreto, sostener esta estafa significa dilapidar todos nuestros recursos con el único fin de cumplir con una deuda ilegal, reconocida de tal carácter hasta por los propios estafadores. Si queremos asegurarnos los recursos para las necesidades internas y el desarrollo del país hace falta dejar de pagar la deuda, investigarla y que así la paguen los responsables políticos y, además, romper con estos organismos.
. Nacionalización de la banca y el comercio exterior
La dilapidación de recursos y divisas en nuestro país también se ha dado por la vía de la fuga de capitales. Al momento se estima que hay U$S 428.635 millones fuera en paraísos fiscales, un monto que es casi equivalente al PBI. Otro punto importante, que suma a esta sangría, son las maniobras de sobrefacturación de los sectores importadores y subfacturación de los exportadores.
Estas estafas, en parte, son admitidas legalmente por la herencia que se mantiene desde la última dictadura genocida a la que ningún gobierno le puso fin. Nos referimos a la Ley de Entidades Financieras que les permite cualquier tipo de lucro.
El establecimiento de una única banca de carácter estatal y pública, con control de los usuarios y trabajadores, permitiría tener el control sobre las reservas del país y evitar cualquier tipo de fuga. Además, la nacionalización del comercio exterior pondría punto final a las maniobras mencionadas de sub y sobrefacturación. Sería un retorno de los puertos a manos de los trabajadores, poniéndole fin a las privatizaciones. Es hacernos de puntos neurálgicos de la economía como la Hidrovía del Paraná, donde se da gran parte de las exportaciones del país.
. Plan de obras públicas y aumento salarial de emergencia
Lo expuesto se concatena con la reactivación de la economía interna. Asegurarnos los recursos mencionados más arriba, tiene el objetivo de volcarlos en un gran plan de obras públicas para la construcción de viviendas populares. Plan que reduciría drásticamente el desempleo y, también, terminaría con el déficit habitacional que alcanza la cifra de 3,5 millones de viviendas.
De este modo también se garantizarían salarios que equivalgan a una canasta familiar, con aumentos mensuales indexados por inflación. Siendo gobierno sería una medida que aplicaríamos desde el día cero. Los recursos además de obtenerlos por la vía del desconocimiento soberano de la deuda externa, también provendrían de una reforma tributaria donde comenzarían a pagar más los que más tienen y poniendo fin a tributos regresivos como el IVA.
Un modelo Estatal al servicio de los trabajadores
Así como el actual Estado está pensado para asegurar las ganancias capitalistas, desde nuestra lista tenemos un plan de gobierno opuesto por el vértice. Además del nuevo ordenamiento económico que proponemos, también sumamos la creación de otro orden estatal que termine con los privilegios de las castas empresariales, judiciales y políticas.
Desde la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda impulsamos que todos los cargos electos puedan ser revocables y que todos los funcionarios o legisladores cobren lo mismo que una directora de escuela, entendiendo este salario como el monto de una canasta familiar. A su vez, los mismos, por ley, van a estar obligados a educar a sus hijos e hijas en escuelas públicas, como también tendrán que atenderse en hospitales públicos.
El deterioro de lo público ocurre por los privilegios políticos que existen en la actualidad, donde el modelo estatal capitalista privilegia a las figuras de sus gobiernos para que funcionen como celadores de los intereses del 1% más rico.
También pondríamos fin a la cueva reaccionaria del modelo judicial actual, avanzando a una reforma que disponga elegir a los jueces y fiscales por voto popular, como ocurre con cualquier funcionario de gobierno. Establecer jurados populares para todo tipo de juicio es una medida necesaria así podremos reformar un poder que actúa en connivencia con el político defendiendo los intereses empresariales mientras persigue a la clase trabajadora que lucha por sus derechos. Ejemplos sobran, como los enjuiciados por haber participado de las jornadas contra las reformas jubilatorias del macrismo.
Separar definitivamente a la iglesia católica del Estado, terminando con los diferentes subsidios que reciben, es otra de las medidas centrales del modelo de gobierno que planteamos. Como también lo es disolver todas las fuerzas del aparato represivo, hoy a disposición de reprimir para hacer pasar el ajuste y los planes del FMI, como se demuestra en Jujuy.
Esta es una hoja de ruta general de un modelo socialista de gobierno de y para los trabajadores que ofrecemos en nuestra plataforma de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda, conformada conjuntamente entre el MST y el PO en el FIT-Unidad, en contraposición a un modelo capitalista que de continuar sólo asegura más miseria para las mayorías sociales.