El domingo 23 fueron las elecciones municipales en Córdoba capital, el resultado dió ganador por 7 puntos al oficialista Passerini que derrotó a Rodrigo De Loredo de Juntos por el Cambio. En el marco de una polarización de casi el 90%, la izquierda logró retener su banca en el Concejo, donde será la única fuerza por fuera del PJ y Juntos por el Cambio.
Campaña sucia
La campaña de las dos grandes coaliciones fue bochornosa, se acusaron de narcos, proxenetas y otras barbaridades, lo que demuestra que son de la peor calaña y que además, no debaten proyectos ni ideas, porque su modelo de ciudad es exactamente el mismo. Una ciudad excluyente, hecha a la medida de los negocios de los grandes empresarios.
Desde el oficialismo, intentando acrecentar el ya enorme peso de su aparato, se desalentó la participación, aclarando desde la Junta Electoral que no se pondrían multas a quienes no votaran. Esto, sumado al hartazgo de la población, fue clave para cosechar la participación más baja desde el ‘83 a la fecha.
La polarización que se expresó en la elección contó con la ayuda de los medios masivos de comunicación que restringieron al máximo cualquier expresión por fuera de las mayoritarias. Las encuestas daban ganador a de Loredo por entre 4 y 10 puntos, terminó perdiendo por 7 y le hizo protagonizar una nueva derrota en Córdoba a la plana mayor de Juntos por el Cambio.
La izquierda tercera fuerza
En ese marco de extrema polarización desde la izquierda logramos ser tercera fuerza y entrar al Concejo Deliberante con casi 19 mil votos. Esta banca es rotativa y la compañera del MST que ingresa es Viki Caldera, trabajadora social y referente de la lucha feminista. Es un logro importante porque somos la única fuerza, además de las grandes coaliciones, que ocupará una banca, por ende el rol que juguemos ahí va a ser trascendental, ya que sabemos que tanto el PJ como Juntos por el Cambio quieren seguir entregando nuestra ciudad al desarrollismo inmobiliario, los empresarios del transporte y las tercerizadas y sólo nosotros podemos ponerles un freno, llevar ahí adentro los reclamos de los de abajo y fortalecer cada lucha con nuestra participación en el territorio.