Escribe: Ana Paredes Landman, concejala electa en La Matanza (MST-FIT Unidad) – Integrante de la Asamblea de Ramos Mejía.
Nadie citó y, sin embargo, nos encontramos. Fue el 20 de diciembre, luego de la movilización que desafió el protocolo de Bullrich y demostró que se podía salir a las calles. Ese día Milei y compañía iban a anunciar el DNU, que demoraron hasta la noche por miedo a que la movilización se multiplique. Pero, pasado el anuncio a las 21 hs, empezaron a sonar las ollas, latas, cacerolas en los puntos obvios: los del 2001. En Congreso fuimos miles hasta pasadas las 3 hs. Esos primeros cacerolazos fueron seguidos con otros, empezaron a replicarse en más ciudades, comenzaron a realizarse asambleas y definir una regularidad semanal. También comenzó el proceso de coordinaciones por zonas entre ellas.
Las características de las asambleas y su potencia
Las asambleas están en proceso de consolidación y crecimiento. Aún no son masivas, pero en cada una de ellas se definen comisiones de difusión, de arte, de seguridad, etc. y se votan acciones como volanteadas, stencileadas, radios abiertas, festivales con el objetivo de invitar a más vecinos y trabajadores que se sumen. Hay jóvenes, jubilados, docentes, estatales, precarizados, compañeros organizados políticamente y autoconvocados. Todos confluimos por una necesidad concreta: tirar el DNU y la Ley Ómnibus de Milei.
Ese programa contra el plan motosierra es el que se viene votando correctamente en cada asamblea, así como también no hay asamblea que no se esté organizando para movilizar en el marco del paro general al cual se asume como una parada importante pero no la última. Hay claridad de que vamos a tener que seguir hasta derrotar este ajuste con un plan de lucha. En ese sentido, en las asambleas y las coordinaciones que van tendiendo a ganar peso (en CABA, en Parque Centenario; rotativas de Matanza-Oeste, en La Plata) se debatió la necesidad de movilizar con este programa, coordinando con otros sectores como el sindicalismo combativo, Unidxs por la Cultura, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia de DDHH, el movimiento piquetero y la izquierda, sectores que pondrán en pie una columna independiente, multisectorial y unitaria. Este 17 habrá participación de asambleas en la reunión de coordinación de esa columna. Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad venimos remarcando la importancia de hacer un gran bloque de asambleas en esta columna.
Fortalecer el movimiento
Creemos de gran importancia ser partícipes del proceso de asambleas activamente, colaborar para desarrollarlas, para que sean mas grandes y más fuertes, para que sean deliberativas, democráticas y resolutivas y asuman un programa correcto que sea refrendado con una orientación de lucha unitaria con la clase obrera y los sectores populares. Desde la izquierda tenemos mucho para aportar en este sentido y debemos trabajar en equipo con los activistas y autoconvocados de cada asamblea para construir en este sentido.
En las asambleas hay una visible ausencia: el peronismo orgánicamente decidió darles la espalda y organiza multisectoriales en algunos municipios del Conurbano donde no resuelven medidas de lucha, y se regimentan desde arriba. Es la línea que despliegan también nacionalmente. Es más: sectores como La Cámpora no participarán del paro y llaman a seguir esperando en el marco de un silencio de cementerio de lxs principales referentes políticos. Es muy valiosa en ese contexto la participación de compañerxs u organizaciones que, proviniendo de esos sectores, pero en desacuerdo con esa orientación, se suman a construir la asamblea en unidad.
Debates para encarar
En algunas asambleas se ha intentado desde algunos sectores alentar un prejuicio anti-partido, anti-política, definiendo que la lucha sea sin banderas, por ejemplo. Sabemos, que esos planteos son normalmente interesados y fomentados: el peronismo orgánico, cuando no puede “controlar”, trata de debilitar o hacer implosionar. En el Gran Buenos Aires y el interior provincial y del país, está línea es intensa. En CABA, por ejemplo, les es más complejo ese operativo de confusión: la izquierda y el activismo tienen un peso dominante, que legitima la acción explicita de partidos. Lógicamente, hay honestos activistas que tienen dudas y se plantean interrogantes en torno a ese asunto. Nosotrxs somos categóricos: creemos incorrecto ese camino. Hay que recuperar la política como herramienta de transformación sistemática, pero también diferenciar entre partidos responsables del ajuste que nos han traído hasta acá y nos quieren hundir más de quienes no lo somos. Por ejemplo, en el Congreso, hay negociaciones en curso de quienes dicen ser oposición para votar por partes la Ley Ómnibus traicionando a todos sus votantes.
Ese no es el caso de los partidos del FIT-Unidad como el MST quienes nos oponemos y siempre hemos estado en las calles por las causas justas, simplemente por ser un partido perteneciente a la clase trabajadora que nos organizamos democráticamente y nos autofinanciamos, que no somos políticos tradicionales ligados al empresariado haciendo carrera: somos trabajadores y luchadores que hacenpolítica. El problema no son los partidos en general: son los partidos patronales en particular. El discurso antipolítica es parte de la ideología sobre la que se asienta el hipócrita de Milei.
Por último, no queremos soslayar matices e incluso polémicas con otras fuerzas de izquierda, incluso con quienes compartimos la confluencia del FIT-Unidad: por un lado, el sectarismo que niega toda unidad de acción sobre puntos de lucha correctos y de ahí, a las maniobras más bien divisionistas pensadas desde el “ombligo” de la autoconstrucción, y no del desarrollo positivo del movimiento en curso. No dramatizamos los debates, más bien los consideramos parte de la lucha de ideas y la deliberación colectiva. Pero, cuando debilitan el movimiento y priorizan la lógica parcial de la propia fuerza, los consideramos muy negativo. En fin: vamos andando y esto, recién empieza.