Cromañón: hay que castigar a Ibarra, Kirchner y Chabán
«La tumba, confidente de mi sueño infinito,. te dirá ¡de qué te sirve no haber conocido lo que lloran los muertos!» Charles Baudelaire
En las noches la almohada abraza y silencia el bullicio de la calle porteña. Unanoche se escucharon llantos incontenibles. era la mismísima muerte que lloraba, eran los muertos inocentes que lloraban, eran. son los sobrevivientes que lloran. Pero los vivos no: sin tiempo que perder, el presidente, el ministro del interior y su jauría de perros asesinos tenían que minimizar el estruendo político que significó Cromañón. Tan grande fue el daño que ocasionó, que los animales no se acercaron a brindar ayuda a las víctimas de sus juegos sucios y corruptos. También parece que los pingüinos temen al fuego, entonces no asoman la cabeza, será por eso que Kirchner no dio la cara, por eso el presidente de la Nación jamás se pronunció públicamente, por eso, 9 meses después de la masacre en Once, sigue en silencio. No aparece y no manda ayuda porque tiene cola de paja, porque sabe que es responsable y protege al otro gran asesino porteño, Aníbal Ibarra. Cuando fue la tragedia en Bariloche donde murió otro pibe, el gobierno nacional dispuso varios mecanismos de ayuda, Kirchner mandó el avión presidencial. Esto fue por solidaridad, fue porque no está involucrado, gran diferencia con el incendio de 30 de diciembre.
Soy poetiza. La musa de la poesía es el dolor. Cromañón me duele muchísimo. Me duele también mirar la campaña asquerosa que hace el oficialismo. Me duele que gasten fortunas en mostrar la emparchada cara de Cristina mientras la noche del incendio no había espirómetro ni tubos de oxígeno para atender la asfixia de los pibes. Soy poetiza. Una vez el sol comenzó a caer, algunos callejeros se reunieron para vivir una fiesta de bengala y rock and roll. Pero el sol cayó de golpe, hecho fuego, sobre los techos de una tierra joven y fresca. Hubo fuego sobre una República encerrada, sin salidas de emergencia, sin posibilidad de cambio o justicia, se incendió, tan sólo, una maqueta a escala de otra República más grande. Argentina es Cromañón: ese mismo fuego puede causar iguales muertes en las facultades o escuelas, Cromañón son las oficinas públicas, todos los boliches. Pero no hay presupuesto para arreglar eso, así que no molestemos, el dinero debe usarse para que el oficialismo haga su repugnante campaña. Cromañón son los hospitales donde un corte de luz te asesina o donde te morís en la puerta porque no hay medicamentos o camas. Cromañón es la Argentina de hoy; Cromañón era también un poblado en Francia, Cromañón era una raza prehistórica: la actualidad política argentina debe ser historia, debe extinguirse como el hombre de Cromañón. Para vivir, para tener salud, educación y trabajo, es necesario, junto con los 195 muertos del 30 de diciembre, enterrar a la clase política de siempre, a los ineptos, incapaces, asesinos, corruptos y ladrones que son capaces de muchas más masacres. Debemos decirles BASTA. BASTA DE IMPUNIDAD. Debemos poner fin a esta insostenible muerte segundo a segundo, a esta desocupación, a esta imposibilidad de vivir. Debemos movilizarnos para luchar en contra de nuestros verdugos.
Pero no les importa, a nuestros gobernantes no les importamos, pedimos justicia y desaparecen o no dan la cara, no se entregan. Yo hoy lo quiero decir así, hoy quiero manifestarme poéticamente porque el dolor es tan grande que no me salen otras palabras, busco ideas o fuerzas y no las tengo más que para pedirle a las musas un verso que acaricie mi alma en las postimetrías del fuego inapagable. Las injusticias me atan las manos y las piernas, pero no me callan. El dolor me empaña la vista pero los cuerpos muertos no me dejan morir sin luchar. Acá estoy, escupiendo versos pobres y rengos para que los lea quien quiera, para que me consuele quien quiera, para que me entienda quien lo desee. Escribo versos esperando, por fin, el 23 de octubre para empezar a cambiar las cosas.
Los pibes de Cromañón
Presentes
Los sobrevivientes de Cromañón
Presente
Ahora y siempre
Natalia Barrios
Hermana y amiga de sobrevivientes
del 30 de diciembre de 2004