La transición hacia el 2015

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Mientras dice que vuelve a ganar, el gobierno hace el trabajo sucio para su sucesor. Por eso avanza en medidas de ajuste y entrega. Con Scioli de principal candidato, no hay discurso nac&pop que se sostenga. Si con tanta debilidad, la rosada tiene margen de maniobra, es por la patética oposición. Macri, Massa y UNEN también están a la derecha, ofreciéndose como continuadores y garantes de los privilegios y negocios de las corporaciones.
Mientras tanto, sigue la crisis y habrá nuevas protestas y conflictos, aunque las luchas serán contra la burocracia sindical que también piensa en las urnas y no quiere hacer olas. En este contexto, la izquierda tiene un extraordinario espacio para llegar con sus propuestas. El sectarismo del FIT, tanto en las luchas como en el plano electoral, es funcional al poder. Por eso junto a Bodart-Ripoll seguimos desarrollando el proyecto de nueva izquierda y llamando a quienes quieran unirse a no dejar pasar esta oportunidad.
Con las reformas en los códigos civil y penal, la ley Chevrón, el pago de la deuda y las declaraciones de Berni, el gobierno muestra que todas sus iniciativas buscan avanzar en lo que piden los grandes capitalistas, para que el próximo presidente no tenga tantos problemas. No es casualidad que, aunque se deje correr a otros, a todas luces el principal candidato del kirchnerismo es Daniel Scioli, un personaje del PJ tradicional, que ya acompañó a Menem y a Duhalde, y no tiene absolutamente nada que ver con los intereses populares. Ni hablemos de antiimperialismo o unir Latinoamérica.
En el final de su ciclo al frente del poder, el discurso que buscó emparentarlos con el proceso revolucionario de Venezuela, Bolivia o Ecuador, deja lugar para el clásico gobierno capitalista, que viene a tratar de “poner en caja” a un pueblo que no ha dejado de pelear por sus derechos.

Sobra derecha

Junto a Scioli, los candidatos de la oposición están ubicados completamente a la derecha. Ahí están Massa, Macri y el cambalache UNEN, yendo juntos en algunos lados, cruzando fotos y gestos. Cada uno de estos “presidenciables” se propone sostener un sistema donde los políticos se llenan los bolsillos y viven rodeados de privilegios, a cambio de defender el pago a los buitres, el fracking de Chevrón, los trasgénicos de Monsanto y los negocios inmobiliarios de IRSA. Se pelean entre sí para ver quién se queda con la tajada mayor del negocio. Eso es lo único que les interesa.
Mientras tanto crece la pobreza, los despidos, la inflación, se caen a pedazos las escuelas y hospitales públicos, los jubilados ganan miseria, llueve y cada vez más barrios se inundan, hay más femicidios y violencia contra las mujeres, la juventud no tiene perspectivas, se destruye el medio ambiente.
Si alguno de estos es el próximo presidente, todos los problemas que tenemos se van a profundizar y vamos a estar peor.

Las burocracias no quieren hacer olas

En el ánimo general de los lugares de trabajo se destaca la bronca. Por eso en el año hubo mucha pelea. Mientras Caló y Yasky aplaudían al gobierno, salieron los docentes, estatales, trabajadores de la salud. También sectores de obreros industriales. Hubo movilizaciones en los barrios de distintas ciudades. También frente a casos de violencia de género o para rechazar la contaminación. Y, después de muchos años, volvieron los paros generales.
Hace algunos días, luego de un paro de cuatro horas de los gremios del transporte y tras la reiterada negativa del gobierno a otorgar un bono de fin de año, se volvió a colocar la posibilidad de un paro CGT-CTA. Todo mostraba que sería una medida muy fuerte. El gobierno retrocedió un poco y, antes de la protesta, ofreció que el medio aguinaldo no pague ganancias. Algo positivo, pero que sólo afecta a una minoría de trabajadores. Y en lugar de mantener la convocatoria para conseguir el bono, Moyano la levantó de inmediato, confirmando que él también está apostando al pacto de gobernabilidad y, en lugar de las demandas de los trabajadores, lo que lo preocupa es acomodarse con el sucesor de Cristina.
En este contexto, la CTA Autónoma, correctamente, ha definido la convocatoria a una Jornada Nacional de Lucha para el próximo 18 de diciembre. La Corriente Sindical del MST será parte de la misma.

Una oportunidad inédita para la izquierda

En un contexto de crisis y luchas sociales, con un gobierno y los opositores girando a derecha, el espacio para que la izquierda pueda llegar con sus ideas es realmente gigantesco. No hablamos de conquistar algunas bancas, algo que hace tiempo se ha logrado en varios distritos, incluso a nivel nacional. Ahora son millones los que no son atrapados por los viejos partidos y buscan una opción para cambiar la realidad. Incluso entre quienes acompañaron al kirchnerismo por creer que era lo más avanzado, no serán pocos los que correctamente identifiquen a Scioli como un referente de lo peor de la política de este país y también busquen otros rumbos.
Si la izquierda responde correctamente, puede colocarse como un actor de gran relieve en la etapa que se viene y, cuando lo situación lo plantee, incluso disputar el gobierno. Por eso, Bodart y Ripoll vienen proponiendo hace meses la conformación de un movimiento de toda la izquierda política y social, que se mantenga más allá de las elecciones y donde cada uno de los partidos que existe sea una tendencia y pueda expresar sus posiciones. Para el caso de las elecciones, sabiendo que las candidaturas suelen ser un problema, se le hizo la propuesta al FIT de Altamira y a Unidad Popular de De Gennaro y Lozano, que cada sector lleve sus listas a las internas de agosto y sea la gente la que termine eligiendo la propuesta que le parece mejor. De esta manera, ponemos por delante los acuerdos y también hay espacio para expresar los matices.
Sin embargo, Altamira y el FIT han mantenido el sectarismo (que ya se vio en los distintos conflictos gremiales) y ha rechazado la unidad. Esta actitud mezquina y equivocada, lejos de ayudar al pueblo, es funcional a los partidos del régimen.Hasta el momento, De Gennaro y Lozano no han respondido a nuestro llamado. Esperamos que lo hagan y no dejemos pasar esta oportunidad.
Mientras tanto, junto a Bodart, Ripoll y demás referentes, seguimos extendiendo el proyecto del MST Nueva Izquierda a nuevas provincias y municipios, apostando a desarrollar una nueva izquierda unitaria, amplia y que quiera gobernar para cambiar las cosas de raíz.

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