Terminó el gobierno de Macri, Fernández agarra la manija. Cambio de mando

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De salida. Se terminó el tiempo de cambiemos en el gobierno y lo que podría haber sido un desbarranque de proporciones se pareció bastante a una salida ordenada. El PJ trabajó con ese objetivo y acompañó al peor gobierno de los últimos años hasta el final de su dañino mandato. Pobreza por sobre el 40%, inflación, recesión, parálisis económica, endeudamiento sideral y podríamos seguir ocupando renglones y renglones con los “logros” del que llegó presentándose como el mejor equipo de los últimos cincuenta años.
Es verdad que lograron sostener una porción importante de votos a pesar de la derrota, aunque no es menos cierto que la sangría en las filas de cambiemos empezó a producirse apenas minutos después de que los números estuvieran sellados y varios empezaron a abandonar el barco.
El futuro los obliga además a colaborar activamente con la gobernabilidad, devolviendo el favor que supo recibir del otro lado de “la grieta” y eso pondrá en tensión permanente la posibilidad de recuperarse como proyecto.

Ocupando el centro de la escena. Sin perder el tiempo, Fernández y el PJ se lanzaron a ocupar el centro de la escena incluso antes de la asunción. Desplegando lo mejor de la “mística” peronista agarraron la manija ardiente de un país al borde de la quiebra y con un discurso que busca tranquilizar por igual a los grandes grupos económicos y a los millones que perdieron con el gobierno anterior, y esperan que la situación empiece a transformarse a su favor. Compleja tarea.
Los pasos iniciales combinan la necesidad de lograr un período de gracia, algunas medidas cosméticas y otras destinadas a fortalecer la recaudación, bajar el gasto público y demostrar que es posible renegociar y “crecer para pagar” con algunos mensajes que parecen más icónicos que efectivos por ahora.

Los últimos serán los primeros… y los únicos. Las primeras medidas por DNU y los proyectos de las emergencias a tratarse, apuntan a colocar algunos parches sociales. Una inversión de bajo costo solo en los sectores que se caen del mapa social y ninguna medida universal que abarque al conjunto del pueblo trabajador como el aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales que se necesita. Preanunciando que les trabajadores registrados y bajo convenio serán variable de ajuste para “bajar los costos laborales” como piden los patrones.
En este sentido van los dos bonos de $5.000 para jubilados, el de dos mil para la AUH y la doble indemnización, que está lejos de ser una medida que frene los despidos o la baja mínima en los precios de medicamentos, después del colchón récord que hicieron los laboratorios. Al mismo tiempo van mostrando la hilacha: suspenden la movilidad jubilatoria y no retrotraen nada de los siderales aumentos de precios. El Pacto Social debutaría además con la conjura de empresarios y la burocracia sindical para contener las paritarias por 6 meses. La brutal crisis en la conducción de la UTA muestra la descomposición de esta dirigencia corrupta. También tiene como telón de fondo la bronca por abajo por la falta de aumento salarial.
La resolución del ministerio de salud sobre la aplicación del protocolo para la ILE viene acompañada por un notable silencio respecto de debatir el proyecto de legalización del aborto.

Crecer para pagar. Alberto sabe que, como dice la canción, no hay tiempo de más y por lo tanto sale a la ofensiva para que sus primeros pasos le permitan ganar algo de impulso. Estableció el plazo para las sesiones extraordinarias en el congreso, actualizó las retenciones al agro y se reunió con los gobernadores, opositores y oficialistas, para que acompañen el primer paquete de medidas, que buscará en el congreso contar con el mayor apoyo político.
Más allá del discurso de barricada de los equipos de difusión gubernamentales, la medida de imponer un impuesto del 30% a las operaciones en dólares apunta centralmente a golpear a sectores medios para recaudar, la mejor demostración es que minería, petróleo, juego y sistema bancario, entre otros núcleos del gran capital concentrado, parecen estar exentos del esfuerzo solidario que se les exige a los usuarios de netflix o spotify.
El centro de los problemas, que obviamente no está en el discurso radical anti “chetos” de los firmes militantes del ajuste, es que el aumento de la recaudación tiene un destino central: el pago de la deuda externa y el cumplimiento de los “compromisos” internacionales.
Alberto ya anunció además su objetivo de una renegociación, lo cual solo puede significar un aumento de intereses. Es decir, más deuda.

Fortalecer a la izquierda y el sindicalismo combativo. El plan del gobierno, que seguirá mostrando todos sus contornos en los próximos días se asienta en un acuerdo entre las patronales, la Iglesia y los sindicatos. Los partidos del régimen se disponen a no hacer olas y permitirle desplegar sus herramientas. Saben que el contexto internacional y la endeble situación tiene muchos peligros para ellos. Por eso justamente, quienes peleamos por un camino diferente, sin sometimiento a la deuda y al FMI, con un programa económico donde los grandes grupos económicos sean los que paguen y el pueblo trabajador el que mejore su situación, donde los derechos de las mujeres y la disidencia no se cubran con alguna sotana, tenemos que fortalecernos.
Los residentes demostraron que se pueden enfrentar los intentos de ajuste y triunfar, y en el Hospital Italiano nuestros compañeros y compañeras de la Bordó volvieron a demostrar que con un modelo democrático y de lucha se puede terminar con la burocracia, incluso la del propio líder de la CGT.
Está terminando el año pero se abre una nueva etapa en el país, te invitamos a que te organices con el MST para preparar juntxs las batallas que se vienen.

 


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