MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Libertad a María Ovando

Hace pocos d
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Eldorado es una pequeña ciudad misionera, a tres horas de Posadas. Allí se desarrolla este mal llamado juicio, en una provincia fronteriza y de alta desigualdad social. El aparato judicial de este sistema capitalista pretende criminalizar a una pobre mujer que ha sufrido todas las formas de violencia, acusándola por la muerte de una pequeña hija por desnutrición.
Analfabeta, tarefera desde los 6 años, doméstica desde los 11, entregada a los 13 a un hombre que le hizo 9 hijos a la fuerza, a María Ovando hasta le negaron la ligadura de trompas con la excusa de que era «muy joven». El hombre le pegaba, le dejó 12 cicatrices y la amenazaba con un rifle.
En Colonia Mado ella vivía en una choza junto a sus hijos y dos nietos, en total indigencia. El baño era el bosque. El agua, la de un arroyo contaminado. La luz, la del sol. La asistencia social, bien gracias.

Un juicio escandaloso

Los testigos puestos por la acusación mostraron las miserias de la realidad. Su ex suegra, emperifollada, ahora comprada y traída en auto por la intendencia de Colonia Delicia, se desdijo de su primera declaración de que la nena fallecida «estaba enferma» y acusó a María de «matarla a golpes». Por supuesto, el médico que hizo la autopsia no pudo constatar semejante mentira.
Un camionero, traído por el fiscal a decir que María nunca había trabajado en la cantera municipal, terminó reconociendo que la vio embarazada picando y acarreando piedras.
El director del hospital, que le había indicado a María «hacer atender» a la nena, reconoció que la salita está a 12 kilómetros de la casa y, el hospital, a 25. Las promotoras de salud, que tienen a su cargo indicar o no la asistencia, ganan 800 pesos, no tienen el secundario y no saben distinguir si un desnutrido es leve, moderado o grave. Y todo así…
¿Cómo no me iba a agarrar a los gritos con el fiscal Federico Rodríguez en plena sala de audiencias, que tiene la caradurez de acusar a María de «abandono de persona» siendo que la abandonada es ella?
¿Cómo no indignarse al saber que la subsecretaria provincial de Derechos Humanos, Amelia Báez, se pasea alegremente con Amado Boudou por París mientras transcurre este juicio aberrante?
Nuestra pequeña satisfacción fue poder sacarle a la ex suegra a Carmen, la hijita menor de María -a la que estaba amamantando cuando fue detenida y ahora tiene 18 meses- y llevarla por un rato a brazos de su madre, que no la veía desde entonces.

Sigamos por la libertad

La tarea de los abogados defensores, Roxana Rivas Zelaya y Eduardo Paredes, es loable y ardua. Lo mismo la de las incansables Alicia, Graciela, Yolanda, Muriel y otras compañeras del Colectivo de Acción contra las Violencias de Género, que organizan acciones solidarias en Eldorado y en Posadas. En la puerta del tribunal organizaciones sociales hicieron un acto y también acompañan la psicóloga Fanny Friedl, el dirigente docente Rubén Ortiz y otros referentes.
Entretanto, sigue creciendo la campaña por la libertad de María. A los miles de firmas del recurso de amicus curiae que presentamos -entre ellas las de Soledad Silveyra, Norita Cortiñas, Jorge Lanata, Norman Brisky, Luis Juez, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer, Victoria Donda, Gabriela Michetti, Alcira Argumedo, Alejandro Bodart, Ricardo Alfonsín y Graciela Ocaña- llevé ahora las del diputado Claudio Lozano y los dirigentes de la CTA Julio Fuentes y «Cachorro» Godoy.
Además a nuestro amicus se han sumado otros tres en apoyo a María: de la Asociación Civil Pensamiento Penal, de la Defensoría General de la Nación (Comisión sobre temáticas de género) y de la Asociación Argentina de Mujeres de Carreras Jurídicas.
Ya han finalizado las declaraciones de los testigos. El martes 27 son los alegatos de las partes y quizás el miércoles 28 se dicta la sentencia. Ante la presión de la solidaridad con María, la maniobra del Tribunal Penal Nº 1 puede ser cambiar la carátula y reducir la pena.
No queremos ninguna condena a María: es inocente y víctima desde siempre.
Acá los únicos culpables son sin niguna duda el Estado y el señor Maurice Closs, el gobernador kirchnerista de Misiones.