Los discursos del gobierno dejan poco margen para quienes se ilusionaron con una epopeya libertaria K. Luego de negar la masividad del 8N y el 20N, en una de sus apariciones por cadena, Cristina se defendió, mezclando a las grandes corporaciones del capital financiero con los juicios por el 82% móvil. Sus dichos son repudiables, por amalgamar a los usureros con los que trabajaron y aportaron toda una vida y hoy cobran miseria. Pero no trata igual a los “buitres capitalistas” que a los “caranchos del 82%”. A los primeros, les viene pagando. A los segundos, les rechazan o apelan los juicios. Esa, la senda real por la que transita el kirchnerismo, debilita un relato oficial que niega la realidad de millones. Existe un quiebre de amplísimos sectores de los trabajadores, la clase media y la juventud. Enormes contingentes se alejan, para sumarse a muchos que ya se oponían desde antes.
Por eso, aunque no está en la agenda de las mayorías, el gobierno intenta recuperar terreno con el 7D. Como antes le dio buen resultado, volvió a presentar un escenario de guerra con el Grupo Clarín y anunció el fin de monopolios y corporaciones. Pero luego de las poderosas acciones del 8N y 20N, moderó el discurso guerrero para llegar a un festival en Plaza de Mayo, con Cristina insistiendo en despojarlo lo más posible de militancia y banderas políticas. Seguramente habrá gente en la plaza, pero no podrá compararse con los cientos de miles que protestan y la mayoría irá por los artistas. Por su naturaleza y también por la gran desorientación que atraviesa, no podemos descartar alguna medida desesperada de CFK. Si lo hace posiblemente coseche un enorme rechazo y hasta pueden generar acciones de respuesta que la debiliten más. Sin cerrar esa variante, cabe más esperar finalmente haya un “7Dcopas”.
Sea cual fuere la evolución del asunto, debe tenerse en cuenta que los K apuestan a amordazar toda voz crítica, sacándole a Clarín para concentrar los medios en un poderoso aparato gubernamental, sin el menor espacio para los medios comunitarios, como bien denuncia la Red Nacional de Medios Alternativos. Por eso reafirmamos lo publicado en nuestra edición 583: “…el gobierno K impulsó la ley de medios con un único objetivo, como denunciamos desde el principio: construir su propio monopolio comunicacional al servicio de su gestión, encubrir los problemas estructurales y manipular la opinión pública… La esencia de la ley es que la autoridad de aplicación está controlada por el Poder Ejecutivo. También dijimos que el gobierno se proponía habilitar con el nuevo marco y su absoluto control el ingreso de Telefónica al negocio comunicacional. La realidad actual nos da la razón… Del otro lado, el Grupo Clarín no expresa la voluntad popular, ni ningún interés progresivo desde el punto de vista del pueblo trabajador. Como empresa capitalista defiende el derecho al lucro… Por lo tanto, ni el gobierno ni Clarín defienden en esencia la pluralidad de voces… Desde hace tres años los medios alternativos y las organizaciones populares esperan la aplicación del otorgamiento del 33% del espectro radioeléctrico a este sector, que no está impedido por la cautelar de Clarín y supondría una expresión concreta de democratización comunicacional … No se hizo nada hasta ahora en relación a la legalización de los medios alternativos y, peor todavía, cuando se los convoca se les exige pautas de sustentabilidad empresaria que nada tienen que ver con su estrategia de construcción… La política que hace falta para los medios de comunicación audiovisuales y para lograr la mayor democracia y participación popular en real cumplimiento de la pluralidad de voces es discutir un modelo verdaderamente democrático, donde no existan monopolios mediáticos privados ni oficialistas… Hace falta discutir y luchar por otro modelo comunicacional al margen de los monopolios en pugna.” (extracto)
El año termina con el tablero político movido. Scioli vuelve a la carga, se propone como ‘continuidad con cambio’ y hasta se pelea con un Macri que no levanta. Ambos quieren capitalizar el descontento, pero siendo mejor garantía de negocios capitalistas en la era pos-K. También está en danza un intento de ‘nueva alianza’ entre sectores del FAP, la UCR y la Coalición Cívica. En un escenario jalonado por grandes acciones en las calles, problemas de fondo sin resolver y el impacto de la crisis económica, ninguna de esas opciones ofrece soluciones transformadoras como las que hacen falta y, por eso, no gana el grueso del espacio político existente.
Así las cosas, las semanas que quedan hasta fin de año colocan varias tareas en el centro de la escena. Primero, trabajar con fuerza para darle continuidad al parazo del 20. La CTA y la CGT definieron convocar a una marcha a Plaza de Mayo el 19D. Es una nueva oportunidad para que los trabajadores volvamos a marcar la cancha frente al gobierno. Hay que llevar esa propuesta a todos los
lugares de trabajo, estatales y privados, apostando a que seamos cientos de miles en la Plaza contra el ajuste y que eso sea en el camino de un nuevo paro nacional CTA-CGT si el gobierno no da respuestas. Convocamos a participar de las iniciativas en todo el país de cara a un nuevo aniversario del Argentinazo. Frente a los gobiernos del saqueo, el ajuste y la entrega, hay que seguir reivindicando la rebelión popular. Y lo fundamental, salir con todas las fuerzas a fortalecer una alternativa unitaria y transformadora. El gran acto del Movimiento Proyecto Sur en Capital, con la presencia de referentes de espacios con los que queremos confluir, fue un importante paso adelante para avanzar hacia una herramienta mayor. El MST viene apostando a fondo en esta perspectiva. Llamamos a quienes comparten las luchas con nosotros a sumarse a nuestro partido para fortalecer esta perspectiva.