Estamos ya en el mes de febrero y se evidencia un año muy complejo, tanto desde el punto de vista de la situación social y de las luchas en curso, como de la pelea político- electoral que se avecina y que va tomando cada vez más temperatura. Es que el 2013 ya fue levantando vuelo inmerso en la crisis económica que nadie puede ocultar y en el malestar social de grandes franjas. En ese contexto, los últimos anuncios de CFK traen aparejados más debates y luchas salariales y ya tiene fecha una nueva movilización de la CTA para mediados de marzo. Combinada esta situación con los cortes de luz, la crisis del ferrocarril y los anuncios de tarifazo en el subte, está por delante la batalla electoral del 2013. Que no será una disputa menor sino la antesala del 2015.
Frente al kirchnerismo, lo viejo no sirve
Bajo el impulso del deterioro del proyecto kirchnerista, y el hecho objetivo e incontrastable de que los últimos meses la situación e imagen del gobierno empeoró, algunos sectores políticos alimentan la idea de unirse para ganarle. Algunos sueñan con unir a toda la oposición. Otros al menos a una parte importante. Pero no se trata de “gobierno u oposición a secas” sino de proyectos y modelos en pugna. Desde ya que en nuestro caso no compartimos el modelo kirchnerista, pero a la vez repudiamos el modelo macrista, o del viejo PJ y sus aliados, algunos de los cuales van o vienen del kirchnerismo, siempre de acuerdo a la encuesta coyuntural en que se miren.
Por eso mismo, estando convencidos de que hay que luchar por un cambio de modelo político y económico en el país, pero lo hacemos mirando hacia adelante y no hacia las magras y negras experiencias del pasado. Los partidos y dirigentes que han sido parte responsable de los desastres anteriores a los K, no pueden pretender hoy erigirse en constructores de un cambio positivo.
De la mano de la UCR solo se llega a una nueva frustración
La irrupción del FAP en la política nacional abre nuevos y viejos debates. Y como siempre que un gobierno como el actual comienza a empeorar se aceleran los ritmos y los intentos –cuasi desesperados- de quienes proponen armados electorales en función de “hay que prepararse para gobernar, hay que ser amplios, necesitamos a todos”. Y así, se va trazando una posible línea de alianza entre la vieja UCR y sectores importantes del FAP. El problema es que esa experiencia ya fue parte de la historia reciente del país, y precisamente representa a la Alianza que llevó al país al desastre del 2001. Por eso cuando Binner, o Tumini alientan ese camino junto a políticos del régimen como Prat Gay o Gil Lavedra están abonando un camino de continuismo que ya fracasó. En ocasiones para tapar el ejemplo de la vieja Alianza intentan evocar por la positiva el ejemplo de Santa Fe, donde socialistas y radicales comparten el gobierno. Pero la crisis actual en esa provincia muestra a las claras, la cruda realidad de esa gestión plagada de problemas y alejada de cualquier cambio profundo y positivo.
El frente y la amplitud que hacen falta
Frente al gobierno de CFK y sus expresiones provinciales del PJ, frente a la vieja la UCR y al macrismo, se trata entonces de construir un proyecto político que tenga expresión concreta en un acuerdo político electoral que asuma la amplitud necesaria entre todos los que queremos cambios verdaderos y profundos que deben estar contemplados en un programa de propuestas. Ese programa y ese proyecto tiene que arrancar plantándose en defensa de los recurso naturales y estratégicos contra la Barick, todas las mineras y la Chevron y otras transnacionales petroleras socias del kirchnerismo; un proyecto que se plante también contra Monsanto y el negocio agro-financiero de los pools en defensa de nuestra tierra; y además que enfrente en las grandes ciudades como en la Capital al grupo IRSA y los grandes negocios inmobiliarios que impulsan el PRO, el kirchenrismo y toda la vieja política. Nuestro proyecto tiene que ser de ruptura con todo esto y poner lo público como prioritario, la tierra y la producción al servicio de las mayorías y nuestros recursos estratégicos en función de las necesidades populares.
Sobre esta base programática, el proyecto que hace falta tiene que poner a la par y de forma prioritaria las necesidades obreras y populares, atacando de verdad el flagelo de la inflación, dando los aumentos salariales que realmente se necesitan y eliminando el robo reaccionario del impuesto al salario. Y para esto, el frente que construyamos tiene que plantear la anulación de la Ley Antiterrorista, toda la legislación represiva y defender la libertad sindical. Junto a todo esto, desde ya que también tomamos como propio todas las reivindicaciones de los pueblos originarios, de género y de la juventud que necesita un futuro y quiere más protagonismo, y la pelea contra la corrupción y la impunidad.
Creemos que en líneas generales esta es la propuesta político programática que tenemos que levantar en las próximas elecciones legislativas junto a las propuesta locales que en cada provincia y ciudad vayan en el mismo sentido. Son parte esencial de un programa transformador y emancipador que desde el MST y el Movimiento Proyecto Sur le proponemos a todos los sectores del campo popular que quieran también defenderlo; a los sectores políticos realmente progresistas que integran el FAP, a todas las compañeras y compañeros de la izquierda que quieran un rumbo unitario sin sectarismo, a los compañeros con quienes construimos la CTA y también a los activistas y dirigentes con quienes compartimos listas opositoras en gremios de la CGT; a las organizaciones sociales, los compañeros independientes y todos aquellos sectores que quieran sumarse a desarrollar una gran alternativa unitaria. A todos les proponemos que hagamos los mayores esfuerzos para confluir en una propuesta común que enfrente al kirchnerismo y a todas las variantes de la derecha tradicional y de la vieja política.
Para dar esta pelea política venimos construyendo una alternativa y queremos hacerla más grande con más unidad. En Capital, apoyando e impulsando con fuerza la candidatura de Pino Solanas a Senador y contribuyendo desde el MST con la candidatura de Alejandro Bodart a diputado nacional. Y en la provincia de Buenos Aires proponiendo a Vilma Ripoll también como diputada. Junto a ellos muchos otros dirigentes del MST serán parte de esas listas en estos dos importantes lugares y en todo el país en expresiones similares. Convocamos a las y los trabajadores, a los jóvenes, intelectuales y profesionales a ser parte de esta construcción y esta pelea política de lograr el frente que hace falta. Y a quienes así a lo quieran, a construir también con nosotros el MST como un aporte desde la izquierda a esta construcción amplia y unitaria que necesitamos.