El macrismo mantiene su ofensiva sobre todo lo público y derechos sociales básicos, lo que agudiza los conflictos. Un ejemplo es la situación de los trabajadores precarizados de la Ciudad. Hoy la vanguardia de ese sector la representan los jóvenes contratados del programa Buenos Aires Presente (BAP). Guido, despedido en lucha y activista, nos traza un cuadro de la situación.

Contanos un poco la situación del BAP

Desde mediados del 2012 se inicia un conflicto por la falta de pago de salarios. A partir de ahí iniciamos un proceso de organización, primero presentando notas, después avanzando con asambleas, finalmente ya como autoconvocados llevando adelante medidas de fuerza y teniendo que sufrir varios despidos, entre ellos el mío. Experimentamos las limitaciones de no tener una organización sindical y por eso resolvimos colectivamente afiliarnos a ATE y armar nuestra propia Junta Interna. Estas decisiones fueron las que motorizaron el conflicto con el Gobierno de la Ciudad.

¿En qué consiste el BAP?

Es un programa de asistencia a personas en situación de calle. Lo integramos trabajadores sociales y psicólogos que en equipo asistimos a estas personas ante el llamado de vecinos o porque los detectamos recorriendo las zonas donde sabemos que se presenta esta realidad. El conflicto una explicación política. Después del escándalo de la UCEP el macrismo, para lavarse la cara y promover la figura de María Eugenia Vidal, relanza este programa en las elecciones del 2011. Pasadas las elecciones, empiezan los recortes y el vaciamiento que sufrimos hoy.

¿Cuál es la perspectiva?

Ahora estamos en instancia de negociación, pero hay problemas de fondo que si no tienen respuesta van a provocar la profundización. Nuestro reclamo es contra la precariedad laboral y la persecución gremial. Creo que el 2013 tiene que ser el año de la lucha contra la precarización y por la libertad sindical. La realidad es como un perro que se muerde la cola: para luchar contra la precarización te tenés que organizar; pero si te organizás, el PRO te persigue y te despide. Acá hay un derecho básico vulnerado y el Estado de la Ciudad apela a todo con tal de impedir que nos organicemos. El macrismo avala las patotas del sindicato SUTECBA que agredieron a compañeras. La precarización es un problema de fondo y para luchar para resolverlo necesitamos libertad sindical.

Entrevistó: Mariano Rosa