¡Juicio y castigo a los culpables!
El miércoles 6 de febrero, en la puerta de su casa, fue asesinado a balazos por dos hombres encapuchados uno de los más destacados dirigentes de la izquierda radical de Túnez: el abogado Chokri Belaid.
Desde el MST y nuestra corriente internacional repudiamos este crimen brutal, nos solidarizamos con los familiares y compañeros de Belaid, y exigimos el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de su cobarde asesinato.
Belaid, de 48 años, era el secretario general del Partido de los Demócratas Unificados (Watad) y uno de los voceros del Frente Popular para la Realización de los Objetivos de la Revolución, que agrupa a toda la izquierda radical y nacionalista árabe, principal opositor al gobierno islamista de Ennahda.
Belaid venía sufriendo una dura campaña en su contra por parte de las milicias islamistas -o salafistas- a causa de su participación en las movilizaciones populares que continúan en Túnez. Ya el 2 de febrero había sufrido una agresión de estos sectores durante el congreso del Watad. El día previo al asesinato, Belaid en una entrevista televisiva responsabilizaba al gobierno por dichos ataques. Su familia directamente acusa a Ennahda y a su líder Rachid Ghannuchi.
Protestas contra el gobierno
El asesinato de Belaid generó una ola de protestas en Túnez e incluso ataques e incendios contra sedes del partido gobernante. También hubo marchas en otros países árabes y en Francia, donde viven muchos inmigrantes tunecinos. El presidente tunecino Moncel Marzouki se volvió urgentemente desde Estrasburgo (Francia), de una sesión del Parlamento Europeo, y anuló su viaje a una cumbre islámica en El Cairo (Egipto).
A la mañana, unos mil manifestantes se reunían ante el ministerio del Interior y seguía llegando gente. Gritaban consignas contra Ennahda y cantaban el himno nacional. Dicho ministerio es el símbolo de la revolución de 2011 que derribó al régimen dictatorial de Ben Ali, durante la llamada “Primavera Árabe”. También una multitud se movilizo al hospital de Ennasr, donde está el cadáver de Belaid. Acusaron a Ennahda y gritaron por “una nueva revolución”.
En Túnez, el proceso revolucionario no ha cesado. En noviembre hubo huelgas generales en varias ciudades, dirigidas por la central sindical UGTT, con reclamos económicos y políticos. El gobierno de Ennahda y sus dos socios de centroizquierda, Ettakatol y Congreso para la República, bloquea la reforma constitucional y las nuevas elecciones.
El asesinato de Belaid abrirá sin duda un nuevo capítulo, de mayores confrontaciones.
Pablo Vasco