“Hay revolucionarios sabios y otros ignorantes, los hay inteligentes y los hay mediocres. Pero no es revolucionario el que no esta dispuesto a destruir obstáculos, el que carece de abnegación y espíritu de sacrificio”1 Lázaro, quizás sin haberla leído, aplicaba permanentemente esta frase de Trotsky. La hacía real con su vida.
Lázaro hacía concretas muchas de esas grandes frases y citas del marxismo. Las aplicaba en la realidad con actividad, actitudes y moral revolucionaria. La necesidad de ser preciso y directo en las discusiones, para que rápidamente se pudieran llevar adelante las tareas necesarias para llegar a más compañeros, trabajadores y vecinos, era casi una obsesión del viejo. Y era donde más demostraba su abnegación de revolucionario. Las fotos que hoy vemos de él, son esas donde siempre tiene una pancarta, o levanta la bandera del partido lo mas alto posible. En vida lo hacia. Hoy, como mártir, lo continúa haciendo.
El era, como es la clase obrera. Concreto, directo y activo
Entendía con firmeza, las cuestiones más importantes. Que los patrones explotaban a los trabajadores. Que los gobiernos están del lado de los patrones –los vivió democráticos y de dictaduras y mucho no le cambiaron su idea-. Que si no te convence el gobierno, para que te quedes tranquilo, te apalea la policía –palabra que, indudablemente, iba acompañada de un insulto de lo más grosero-.
Pero, además de esto, había algo de lo que estaba totalmente convencido y que con los años se arraigaba más en su cabeza. Ese convencimiento lo elevaba teórica y políticamente muy por encima de grandes escritores y periodistas de las ideas “progresivas y de izquierda”. Esa seguridad era de que sin una organización, sin un partido, que una a los revolucionarios, la clase obrera y los sectores populares nunca podrán salir del laberinto de la explotación capitalista. Que la construcción de un partido, que hable y sea dinámico como la clase obrera, era una tarea fundamental. Y que para esa tarea no importaba la edad, siempre se podía colaborar con algo. En eso era un ejemplo. Con 80 años militaba a la par de los jóvenes.
Nahuel Moreno escribió que la nuestra es “…la moral que define lo bueno y lo malo en base a sí está a favor o en contra de nuestra clase y nuestro Partido. Es el odio al enemigo de clase y el cariño más entrañable a los camaradas y nuestra clase” 2
La solidaridad que Lázaro emanaba era recibida por todos nosotros, sus compañeros. Esa solidaridad, ese cariño, no se expresaba en forma de palabras. Lo que prevalecía en él, eran los hechos. Innumerables veces su rastrojero fue y vino, con innumerables mudanzas de libros y muebles, de distintos e innumerables compañeros. Otra vez lo lindo de las palabras siendo concreto con lo hermoso de las acciones. Como lo atestigua su último acto militante.
Estas cosas hacían del viejo un verdadero Morenista y hoy, a 5 años de su cobarde asesinato, está como siempre, presente!
MST – Regional Oeste
1 Leon Trotsky, “Como se forman los revolucionarios” 1929. Textos sobre Centralismo Democrático.
2 Nahuel Moreno, Carta al CC del PST Argentino 1974
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