Los gobiernos argentinos desde Menem, pasando por la Alianza y Duhalde, hasta Cristina o Macri, le han sido funcionales al imperialismo en su lucha contra el pueblo iraní y los pueblos árabes y en defensa del Estado genocida de Israel, y sus masacres contra el pueblo Palestino. La causa AMIA ha sido manipulada al servicio de esos intereses.
Por eso, mientras siguen vigentes órdenes de captura internacional contra funcionarios iraníes, acusados sin que exista ninguna prueba, nuestro gobierno, aún con los desencuentros tácticos actuales, ha sido junto a los yanquis, defensor a ultranza, del estado terrorista que dirige el sionismo, el Estado de Israel.
Israel no es una nación legítima de sobrevivientes del Holocausto que volvieron a la “tierra prometida”. Es un enclave imperialista. Un Estado artificial creado sobre la base de la persecución, la matanza, el desplazamiento de millones de palestinos que convivían en esos territorios con una pequeña minoría judía. Una verdadera política genocida que se extiende hasta nuestros días en la persecución y el exterminio del pueblo palestino, financiada por el imperialismo mundial que ha convertido a Israel en un verdadero estado tapón contra la revolución árabe, al extremo de que pese a que el Estado sionista cuenta con pocos habitantes, tiene uno de los arsenales nucleares más poderosos del mundo.
La lucha anti imperialista de los pueblos árabes, el empantanamiento de las tropas yanquis en Irak y Afganistán, el estallido de esa enorme revolución llamada la “primavera árabe” que cruza transversalmente todo el Medio Oriente y Norte de África. Primavera que ha terminando con regímenes fundamentales para mantener el status quo imperialista de la región, como el gobierno de Mubarak, y que derrumba o que cuestiona a gobiernos que alguna vez tuvieron roces serios y enfrentamientos con el Imperio, pero que hace rato que conviven y negocian con sus multinacionales como el depuesto Kadafi o el carnicero Al Assad, han debilitado enormemente el dominio imperialista y aislado a su gendarme, el Estado de Israel.
Ante esta coyuntura el imperialismo ha divido tareas. Mientras Obama busca una negociación que le permita maniatar el derecho independiente de la Nación Iraní para desarrollar su energía nuclear y para ello se apoya el grupo 5 + 1, el gendarme israelí sigue masacrando al pueblo palestino y amenaza en descargar su arsenal contra el pueblo de Irán. Al interior de EEUU se divide el juego con la oposición republicana que aparece como la sostenedora de una política de agresión militar más sostenida. Los dos trabajan para la misma causa, ahogar a Irán y la lucha de los pueblos árabes.
Cristina y la oposición de derecha repiten en la Argentina el mismo juego. Pero la lucha de los pueblos hace que las maniobras y los dobles discursos duren poco. De allí la crisis de la política imperialista para Medio Oriente y los fracasos de Cristina y la oposición de derecha en la Argentina.