El interrogante que encabeza este artículo atraviesa el debate de varias de las fuerzas políticas fundamentales que pretendemos enfrentar el proyecto del PRO y del kirchnerismo. El 2013 arrancó con un panorama de conflictividad social con eje en la lucha por salarios y el combate a la inflación desbocada. La crisis económica ya entró en Argentina y actúa como telón de fondo del ajuste más o menos desembozado que aplican todos los gobiernos. Este año electoral de carácter bisagra hacia el 2015 presenta un cuadro de situación con profundo desgaste de todos los oficialismos. En la ciudad de Buenos Aires, esta realidad de erosión del macrismo y oposición al kirchnerismo, ofrece una oportunidad única para poner en pie una alternativa que dispute con chances de ganar a ambos aparatos con un programa emancipador.
El desafío es construir la herramienta político-electoral para avanzar en ese objetivo.
Por estos días todas las fuerzas políticas en la capital debaten el que hacer. Las que integran el FAP manifiestan distintas miradas y propuestas, el partido Proyecto Sur tendrá su reunión nacional para decidir el rumbo a seguir, Buenos Aires Para Todos viene debatiendo en el mismo sentido, nuestro partido viene de discutir esta situación en una reciente reunión de Dirección Nacional, donde evaluamos el escenario político, la perspectiva del kirchnerismo, la ubicación de los oficialismos en cada distrito y definimos una serie de coordenadas políticas y de orientación para actuar. En particular en la Capital, trazamos definiciones para pelear por construir el frente político que, partiendo de llevar a Pino como candidato a Senador, a nuestro entender tendría chances de disputarle a los dos aparatos gubernamentales que actúan: el PRO y el FPV.
El pacto PRO-K y la crisis de ambos proyectos políticos en la ciudad
Los problemas del macrismo en la ciudad son enormes y tiene alto costo político para el PRO. Los problemas estructurales de la Capital se profundizan y el jefe de gobierno no resuelve nada: caos de transporte, crisis medioambiental con la basura, desplome de la salud y la educación pública entre otros temas. Todo esto da como suma un deterioro muy grande de la ubicación electoral del PRO, tanto que desechó la opción de desdoblar las elecciones en la ciudad para evitar “plebiscitarse” y por esa vía no sufrir un duro golpe político. A su vez el kirchnerismo arrastra el desgaste de la gestión nacional –y la capital lo es también de la bronca “anti k”- y suma en este distrito una fuerte caída como producto de haber pactado escandalosamente gigantescos negociados con el macrismo y en perjuicio del pueblo de Buenos Aires. El pacto PRO-K desnudó que el doble discurso no es salida real a la alternativa reaccionaria que gobierna la ciudad. Por eso, una amplia franja de simpatía que se ilusionó con el kirchnerismo en esta coyuntura electoral buscará canalizar su opción electoral hacia otra variante. De allí la oportunidad de ganarle al FPV e incluso disputar con el PRO.
En la Ciudad, un programa transformador con proyección nacional
En ese contexto, lo primero a señalar es que hay varios puntos de anclaje para desarrollar una propuesta de cambio para otro modelo de Buenos Aires. La defensa de lo público como un pilar central de cualquier programa, que recupere para el estado con control social todo aquello que el macrismo entrega al lucro capitalista de empresarios amigos. La respuesta a los problemas sociales que hacen a la vivienda, a la educación, a la salud y que siguen postergados por el gobierno de Macri. Los grandes temas nacionales que se concentran en la ciudad y que se proyectan a todo el país: terminar con los negocios de las corporaciones inmobiliarias, el recupero del transporte público con control de trabajadores y usuarios, la defensa del medioambiente, un cambio tributario para que paguen más los que más tienen y la necesidad de un modelo cultural popular que priorice lo público. En síntesis: la adecuación para la Ciudad de Buenos Aires de las cinco grandes causas nacionales definidas como pilar programático del Movimiento Proyecto Sur que encabeza Pino Solanas y que integramos desde el MST. En esta elección legislativa del 2013 se juega en la ciudad la posibilidad de fortalecer este proyecto político de cara al 2015, año de cambio de gobierno en Argentina.
Un amplio frente electoral con candidatos que expresen el cambio que hace falta
En este escenario tenemos un debate planteado que en definitiva es el quid de la cuestión: ¿Qué frente se necesita para disputar la ciudad? Desde el MST estamos convencidos que partiendo del programa emancipador que PINO con su figura y trayectoria corporiza como candidato a Senador, hay que trabajar para vertebrar una unidad superior que en primer lugar permita enfrentar con éxito a dos aparatos de gobierno muy poderosos que pondrán todos sus recursos para intentar derrotarnos.
Para ese objetivo en primer lugar es muy necesario reconstituir la unidad de los espacios del Movimiento Proyecto Sur y del FAP dándole debida importancia a los compañeros que provienen de la CTA; estos espacios ya fuimos juntos en las elecciones pasadas y tenemos que valorar esa unidad. Sobre esta base, ese frente puede intentar ampliarse explorando nuevos aliados, como pudiera ser por un lado la Coalición Cívica, las fuerzas de izquierda y Marea Popular u otros agrupamientos que estén dispuestos a pelear la ciudad. No así la UCR que está en las antípodas de este proyecto. Porque la necesaria búsqueda de unidad hay que hacerla sobrepasando dos peligros: el del sectarismo y también el del oportunismo electoral.
A su vez, creemos que esta unidad posible tiene que expresarse en candidaturas que reflejen este perfil y proyecto transformador; y a su vez generen entusiasmo, apoyo y participación activa de miles de hombres y mujeres que no quieren una nueva decepción. Por eso a Senador, no cabe duda que Pino tiene que ser el candidato de todos. Y de igual modo hay que pensar candidaturas que encabecen la lista de diputados nacionales y la de legisladores. En este sentido, creemos que la diputada Carrió no expresa este perfil y programa integral que hace falta para encabezar una lista de diputados y disputarle a los dos gobiernos. Podemos compartir aspectos contra la corrupción, pero diferimos en temas centrales sobre el modelo a proponer y, por lógica, no expresa el proyecto que venimos levantando.
Bajo esta visión política, desde el MST entendemos que partiendo de reafirmar la candidatura de Pino por la consecuencia y firmeza que él representa, hay que hacer los esfuerzos necesarios para intentar que se construya el frente que hace falta. Al servicio de esto hemos venido organizando y participando de distintos paneles de debate y propuestas. Los próximos días seguramente seremos parte de nuevos eventos y reuniones con otras fuerzas y, como siempre, estarán puestos en función de un debate democrático y de tratar de unir, lo que hace falta unir. También hemos decidido poner a disposición del frente que finalmente se construya e integremos la candidatura a Diputado Nacional por Capital de Alejandro Bodart y la de Sergio García a Legislador. Y en la Provincia de Buenos Aires la figura de Vilma Ripoll a diputada.
En resumen, nuestro partido va insistir los próximos días y semanas pacientemente en esta propuesta. Porque creemos en la fuerza y la vigencia de las causas que identifican el programa del Movimiento Proyecto Sur como motor para encarar los cambios fundamentales que necesita la ciudad y el país frente al proyecto K y al de la derecha tradicional. Y con todos aquellos que compartan estas propuestas y estos criterios vamos a encontrarnos seguramente en la pelea electoral, en el tiempo que viene.
Guillermo Pacagnini