Los funerales del Comandante Hugo Chávez se constituyeron, además de una muestra de enorme afecto humano, en un hecho político descomunal. Durante diez días ininterrumpidos desfilaron para darle su último saludo más de cuatro millones de personas de todas las edades, sobre todo pueblo humilde. Pero no fue una despedida. Fue un juramento. El pueblo bolivariano desarrolló una de las más grandes manifestaciones nunca vista en el país para comprometerse a continuar con el proceso revolucionario. Empezó una nueva etapa. Ahora, sin la presencia física de Chávez y con lo que eso significa, se pondrá a prueba el proceso que desde hace dos décadas viene marcando a América Latina.
El capítulo electoral
En lo inmediato, el próximo 14 de abril y como lo exige la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se realizarán elecciones presidenciales. El candidato señalado por Chávez es Nicolás Maduro. Pero la bandera de la batalla es el propio Hugo Chávez, que no hay dudas, ganará para su heredero esta pelea política. Sin embargo el escenario de la campaña ya iniciada ha adquirido una violencia verbal, nunca antes vista.
El candidato de la oposición Henrique Capriles ha cambiado el discurso que utilizó para el 7 de octubre. Pasó de moderado y dirigido al chavismo descontento con la burocracia a provocador e insultante, radicalizándolo para consolidar a su electorado. Daría la impresión que frente a la derrota inminente, está buscando instalar su liderazgo para el incierto periodo que se abrirá luego de la elección presidencial.
Por su parte el candidato del Psuv y los partidos del proceso, recurre a una campaña mediática tradicional, donde no se busca activar para un papel protagónico la fuerza vuelta a mostrar en estos días por ese pueblo que siente y jura que se ha hecho Chávez. Así Maduro profundiza el error que cometió la dirección política del gobierno durante la transición entre la última operación del Comandante y su fallecimiento.
Problemas que se agudizan
Al tiempo que el país se encamina a la nueva elección presidencial se acumulan problemas no resueltos y en un sentido agudizados en el último mes por la devaluación del bolívar. Sigue el desabastecimiento de los productos básicos de consumo masivo, se mantiene la especulación y el aumento de precios sigue licuando el salario del pueblo trabajador. La ofensiva de la burguesía obtiene por su parte otro éxito al anunciarse la creación de un nuevo organismo para la subasta de dólares que continuará con la transferencia de esa moneda generada por las exportaciones de PDVSA hacia el sector que tradicionalmente fuga las divisas o especula con ellas.
Sin ser convocado a participar activamente en la batalla política para defender y profundizar el Proceso, atacado su nivel de vida y saliendo de dos semanas de una enorme demostración de dolor, cariño y lealtad a Chávez, el pueblo bolivariano empieza a recorrer el camino donde debe asimilar y asumir la entrada en esta nueva etapa.
Maduro y después…
La tarea que impone la campaña electoral, hacer de Nicolás Maduro el nuevo presidente del país, no puede ser tomada como un apoyo acrítico ni únicamente como una batalla contra la oposición. Debe estar acompaña de un proceso de debate y discusión sobre los problemas urgentes que señalamos más arriba y también sobre los desafíos estratégicos que vienen.
En este sentido es imprescindible hacer al mismo tiempo que la campaña electoral, el debate y la acumulación de fuerzas para impulsar el “Golpe de Timón”, la última declaración política del comandante Chávez, asentada en una intensa autocrítica sobre la ineficiencia y el burocratismo, y alentando el avance hacia la transformación del Estado Capitalista que todavía sobrevive en el proceso.
Este debate lleva asimismo a la construcción de un nuevo instrumento político desde donde luchar por el cambio de rumbo y la profundización del proceso bolivariano. La fuerza para esa imprescindible edificación se pudo ver en estos tristes días en la calle. Cuando desde el dolor de la perdida, millones se juramentaron por continuar con lo que ellos interpretan es el Legado de Chávez.
Carlos Carcione, Marea Socialista