Aportes para fortalecer la Central

Estamos en los últimos días previos al Congreso de la Central, que se desarrollará en Costa Salguero durante los días 11 y 12 de abril. Las regionales se encuentran en plenos debates locales, mientras se preparan para el evento nacional. Venimos de un año positivo, que permitió un avance de la organización. Sacar conclusiones de lo que hicimos y aprovecharlas para seguir sumando es la tarea decisiva hacia la central de masas que se necesita.

Ratificando lo planteado en el AS Nro. 590 («Hacia el Congreso…») es importante ubicarse en el contexto actual que vive nuestra central. En este sentido es posible hacer una definición categórica: estamos transitando plenamente la nueva etapa que definimos, la ruptura con el sector de Yasky, con todo lo difícil que haya sido, ha quedado atrás.
La operatoria del gobierno, que se jugó a destruir la organización, fue superada. También venimos capeando, no sin esfuerzos y costos políticos, el posterior intento de parálisis que desde afuera y también adentro esos sectores ligados al kircherismo apostaron a sostener.
Hoy, la realidad de la CTA está marcada por un protagonismo mayor, ocupando un destacado lugar en los reclamos del movimiento obrero. Varios paros nacionales, con un pico en el 20N que hiciéramos junto a la CGT. También movilizaciones unitarias a Congreso, Plaza de Mayo y el Ministerio de Trabajo. La correcta decisión de avanzar en la unidad de acción, por la que que Pablo Micheli y otros dirigentes -entre ellos los de nuestra corriente- sostuvimos durante meses en fuertes debates que avanzaron hacia una síntesis, significó un salto muy importante en nuestra capacidad de respuesta.
Esa unidad alrededor de un programa de 33 puntos que expresan los reclamos más sentidos por los trabajadores y trabajadoras del país nos permitió poner sobre la mesa las verdades de un gobierno y un modelo que posó de progresista, pero que viene desnudando su verdadero rostro de la mano del ajuste y deteriorando acentuadamente la situación de millones. Por ello sufre un fuerte desgaste, al que sin dudas contribuimos, denunciando la realidad y desenmascarando la falsedad de sus iniciativas tramposas. Esta ubicación de la CTA y la política correcta, fueron la clave de haber logrado la ubicación alcanzada en la escena nacional.
Con ese impulso terminamos el año, arrancamos 2013 y llegamos al congreso.

Algunos debates y tareas pendientes

Si se comparte el marco anteriormente descripto, entonces queda sacar las mejores conclusiones para poder capitalizar la nueva ubicación de la CTA. Sabemos que tenemos y vamos a tener nuevas dificultades, pero es el único camino que garantiza que nos dotemos de un rumbo correcto. Aquí aparecen algunos debates. Según como respondamos a ellos, podremos ganar o perder el terreno conquistado.
En primer lugar la ubicación que se debe tener frente al gobierno nacional.
Si definimos en cada movilización, acto o plenario conjunto que estamos enfrentando un ajuste, que se expresa en una política inflacio-naria, ajuste salarial con techo y en cuotas (llegando a proponerse acuerdos por 18 meses), impuesto al salario, pérdida de asignaciones familiares, más precarización laboral y negativa al 82% móvil, así como la criminalización de la protesta, la única ubicación que le corresponde a una organización que se plante por los trabajadores es en la vereda de enfrente del gobierno K. Por supuesto, también enfrentando a los gobernadores y al jefe de gobierno porteño, que vienen acompañando como socios el ajuste nacional con sus propias medidas antipopulares. Ha sido esta ubicación la que pudimos expresar el año pasado, en las calles y demás acciones realizadas. Por eso la Central fue vista por un sector de los trabajadores como una alternativa de lucha. En el período que viene tenemos que mantener y reforzar este posicionamiento de la CTA. No podemos retroceder a concepciones que ubiquen a la central en una falsa neutralidad, como plantean algunos sectores, que sólo suma confusión entre los trabajadores, paraliza a la central y termina siendo funcional por esa vía a las políticas de los oficialismos.
De la misma manera hay que profundizar la política de unidad de acción para desarrollar más la movilización marchando hacia un nuevo Paro Nacional.
En segundo término, está el debate sobre cómo construir «la CTA de masas». Es un debate muy importante, que tenemos que encarar apasionadamente. En este sentido, pensamos que se deben profundizar las iniciativas como el Encuentro de Trabajadores del Sector Privado, combinándolas con el apoyo a las listas de oposición que se van construyendo allí donde el proceso más dinámico se da al interior de los gremios de la CGT. También tiene un papel importante el desarrollo de la Federación Nacional Docente y el desarrollo de los nuevos sindicatos construídos alrededor de procesos reales del movimiento obrero.
Asimismo tenemos que agendar el debate sobre el modelo sindical, no solamente con respecto a la autonomía, que ya es patrimonio e identidad de esta CTA. Hay que sumarle la pelea por derogar la ley de asociaciones sindicales que somete los sindicatos al estado y profundizar en el camino de la democracia sindical, debatiendo acerca de la necesaria democratización plena de los estatutos de la propia central y asimismo de las asociaciones que la integran.
La declaración presentada a debate, si bien requiere de aportes, es en términos generales correcta a los fines de obrar como material introductorio al programa de 33 puntos que será votado por el congreso.

Movimiento político y elecciones

Este tema también recorre la vida de la CTA. Y en un año electoral se hace con mayor fuerza.
Hay que despejar una cuestión para poder debatir con la tranquilidad necesaria: la autonomía de la central no puede suprimirse durante las elecciones. Si hay distintas visiones y proyectos políticos, esto no puede impedir que la organización discuta y resuelva medidas de acción para seguir defendiendo los intereses de los trabajadores y sectores populares. Ningún compañero puede tener dificultades por pensar distinto ni ser presionado a sumarse a tal o cual espacio político para seguir en la Central. Esto es un principio y no debe cambiar.
Pero esto no puede impedir que los dirigentes, cuadros y activistas que confluimos en la CTA y somos parte de espacios políticos que comparten visiones y propuestas para cambiar la sociedad, hagamos todos los esfuerzos para articular una inteligencia y acciones comunes para unirnos en una fuerte herramienta política ampliada a la mayor cantidad de sectores que compàrtan un programa emancipador y de cambio. No podemos dejar que los trabajadores que luchan codo a codo con nosotros, terminen eligiendo a sus propios verdugos corporizados en expresiones de la vieja política, porque no hemos sido capaces de ofrecerles una opción de cambio real. Si podemos unirnos, esto también fortalecerá la construcción de la CTA.
Con estos aportes vamos al Congreso, apostando a que la Central siga creciendo. Nuestra corriente tiene la decisión de reforzar su participación. Vamos a redoblar los esfuerzos para la construcción de una CTA autónoma, democrática y de lucha para todos los trabajadores del país.

Guillermo Pacagnini, Coordinador Corriente Sindical MST. Mesa Nacional CTA